“Tenerlos acá me pone la piel de gallina”
A Thomas Bach se lo veía conmovido por estar con los pibes que pasaron el momento más terrible de sus vidas al estar 17 días atrapados en una cueva al norte de Tailandia. “En cada lado que prendía la tele estaban ellos. El mundo entero estaba pendiente de lo que les estaba pasando y yo estuve en contacto con la gente del Comité Olímpico de Tailandia casi a diario para enterarme de cómo iba todo y preguntarles si tenían confianza de rescatarlos... Y tenerlos ahora acá me pone la piel de gallina. Ellos pasaron por circunstancias que nosotros no podemos ni imaginar”, reconoció Bach en diálogo con Clarín.
“Ellos me dijeron que siempre tuvieron fe: en su comunidad, que se movilizó para salvarlos, y también en ellos mismos. Y esa fe en uno mismo te la enseña el deporte. El deporte es determinación, nunca rendirse y creer que podés lograr lo que esperás. Esa es la razón por la que los invitamos, porque representan perfectamente el espíritu olímpico”.
Esta excursión por Buenos Aires fue la primera salida que tuvieron al exterior desde que fueron rescatados. “Honestamente, no estaba seguro de cómo estarían de ánimo -señaló-, pero los vi disfrutar la vida y el deporte de una forma increíble. Me sentí muy tocado por ellos y a la vez muy orgulloso. Y en la ceremonia fueron uno de los momentos más destacados de la noche”.