En su ascenso al segundo puesto, Atlético dejó a Independiente lejos de todo
Los tucumanos se pusieron dos veces en ventaja y en ambas el Rojo logró empatar. Fueron clave la rápida expulsión de Hernández y el penal de Figal a Rodríguez.
La de Independiente, que tropezó mal en Tucumán y que, aunque también con un encuentro menos, mira al líder con diez puntos de distancia en una Superliga que le resulta ingrata y a la que nunca apostó.
No la tuvo fácil el Rojo en Tucumán. El Decano le desnudó descuidos y bajos rendimientos en algunos ju- gadores, sobre todo en el fondo, donde no pudieron con las arremetidas de Rodrigo Aliendro -una de las figuras-, o con las “vivezas” del Pulga Rodríguez. Eso, sumando a que el conjunto tucumano supo aprovechar al hombre de más que tuvo durante mucho tiempo y al error de Campaña sobre el final (fue a cabecear un córner y de contragolpe el local selló el cuarto gol), le terminó costando demasiado caro a los de Ariel Holan.
Es verdad que en ciertos pasajes Atlético estuvo con las ideas nubladas, los que supo aprovechar Independiente, sobre todo por el sector izquierdo, donde se vio a un Maximiliano Meza intratable, volviéndolo loco a San Román. Pero este equipo de Avellaneda, que vino a Tucumán para acomodarse en la tabla, se confió muchas veces y se encontró con un equipo que viene siendo cosa seria en esta Superliga.
Y se refleja en sus estadísticas, siendo el mejor en materia de imbatibilidad: contando este torneo y el pasado, Atlético es el único equipo con más duelos sin caídas en fila. Y hasta el momento es, junto a Defensa, uno de los invictos en el torneo.
Uno de los personajes clave de este logro de los tucumanos es Rodrigo Aliendro, que le marcó dos (golazos) al Rojo. Surgido en Chacarita, repartidor de pizzas part time en Buenos Aires cuando todavía el fútbol profesional no lo había reconocido como corresponde, se transformó en una pieza estable y funcional de Atlético.
Sí, el volante tuvo una noche mágica, marcando los dos primeros goles de los cuatro que le hizo Atlético a Independiente.
Ojo, no fue fácil para los tucumanos. El Rojo, que siempre estuvo abajo en los 90 minutos, pegó dos veces en los momentos justos. Primero desde los doce pasos a través de Gaibor, y luego por intermedio del Puma Gigliotti. Y parecía que un empate sería el resultado final.
Pero no. Los tucumanos despertaron sobre los minutos finales y el partido se hizo de ida y vuelta. Y se puso más picante cuando Pablo Hernández, también ex de Atlético, ingresó, pero en pocos minutos vio dos amarillas que terminaron en expulsión. Eso, al fin y al cabo, le terminó costando el partido a los de Holan.