La fiesta de una categoría que quiere volver a ser
El Oscar y Juan Gálvez se transformó en el fin de semana en un polo empresarial. Y volvió a girar el Flaco Traverso.
Faltaban apenas 20 minutos para que los 200 kilómetros de Buenos Aires se pusieran en marcha y mientras los pilotos se aprestaban a cantar el Himno nacional en la grilla el público continuaba con el masivo ingreso al autódromo Oscar y Juan Gálvez. Las tribunas habilitadas por el Gobierno porteño no paraban de recibir gente y así el Súper TC2000 contó con un marco soñado para la penúltima fecha de la temporada.
Es la competencia más importante del año. Por la gloria deportiva para los pilotos (todos quieren ganar esa carrera), por el desafío técnico para los equipos, pero, fundamentalmente, por el significado que posee la cita en lo promocional.
Al margen de lo deportivo, con un Facundo Ardusso notable y muy cerca de lograr el bicampeonato de la ma- no de Renault, el circuito se transformó por un fin de semana en un polo empresarial de primer nivel. Allí estuvieron los principales referentes de la industria automotriz, con los presidentes de las empresas que cuentan con sus equipos oficiales en la categoría. Como también representantes de compañías de diferentes rubros en un VIP digno de los grandes encuentros empresariales.
A ello se sumaron las “celebrities”, como el caso de los ex tenistas Mariano Zabaleta y Gastón Gaudio. Pero además Renault acopla habitualmente en los 200 kilómetros a personalidades del rugby, Toyota realizó el esfuerzo de contar con José María Pechito López para acompañar a Matías Rossi con el Corolla, y Chevrolet apeló a campañas mediáticas para promocionar a su gran representante y candidato al título Agustín Canapino.
La competencia distó de ser la ideal. Los candidatos al título se cayeron de a uno y sólo quedó en la pista el vencedor: Ardusso. Pero la categoría ratificó que está en ascenso, con un promedio de público en franca recuperación y también en busca de un horizonte técnico que permita espectáculos mucho más atractivos.
Para ello trabaja Edgardo Fernández, el nuevo director deportivo, que tiene la idea de asemejarse al rumbo tomado por categorías internacionales como, por ejemplo, la WTCR en la que participa Esteban Guerrieri, que ayer compitió con un Civic del Ram Racing en el regreso de Honda a la categoría, aunque por ahora en forma privada.
Mientras tanto los fanáticos se deleitaron con Juan María Traverso en una exhibición con un Peugeot (a los más veteranos les arrancó una profunda emoción) y con la competencia con el cambio de pilotos. Y la familia disfrutó de la habitual propuesta de atracciones varias en diversas zonas del autódromo para convertir una carrera en un verdadero y multitudinario festival con una misión mucho más abarcativa e integradora.