Clarín - Deportivo

Quintero, el as en la manga del campeón

El colombiano fue una apuesta de Gallardo y desniveló con un golazo

- Maximilian­o Benozzi mbenozzi@clarin.com

River está melo, como dicen los colombiano­s. Más melo, o más bueno, que nunca. Campeón de América en el Bernabéu. Sí, sí. En la Casa Blanca del fútbol mundial. Y en la cara de su eterno rival, nada menos. La gloria eterna. La fiesta interminab­le. Con tintes épicos. Como en Porto Alegre, en aquella semifinal contra Gremio. Es que parecía perdido el equipo de Marcelo Gallardo, conducido desde el banco de suplentes por Matías Biscay ante la suspensión del Muñeco. Pero había una carta guardada por allí. Siempre un as bajo la manga. Y esta vez fue Juan Fernando Quintero, el talentoso colombiano, de envase chico pero de juego grande.

“Ole, Ole, Ole, Juanfer, Juanfer...”, se rompían las gargantas los hinchas de River en la tribuna Fondo Norte mientras los jugadores exhibían el trofeo tan deseado en sus manos, acercándos­e a ese sector. Era el reconocimi­ento para Quintero, ese colombiano con pinta de vago que enseguida se metió en el bolsillo al hincha porque tiene el juego del paladar millonario. Pelota cortita, al pie, pegada a la zurda, toque justo, preciso. Y a diferencia de algunos compatriot­as no se excede en el pase horizontal. Va para adelante. Construyen­do jugadas como si estuviera tejiendo. Toque y toque. La muestra clara es el golazo que hizo en el alargue, para desnivelar la final en favor de River.

Enzo Pérez tomó el rebote de Esteban Andrada y se la dio a Quintero. Juanfer, rápido de mente y de pies, la tocó para Alvarez, el pibe abrió para Mayada y el uruguayo se la devolvió al colombiano que sacó un remate potente, de zurda, en el hueco que le quedó. Bombazo. Inatajable para Andrada. River deliraba. Era el 2-1.

¿Quién dijo que Juanfer no aparecía en las bravas? Ya quedaron en el olvido esas críticas. Pero a él había algo que lo perturbaba. “Necesita algo grande para sentirse más completo”, decían en su entorno. Tuvo la posibilida­d en el Mundial de Rusia, donde arrancó bien, con un gol de tiro libre a Japón, pero Colombia no tuvo un buen desempeño y él se diluyó. Otra vez a remarla en River.

Arrancó el semestre como suplente. Le faltaba ritmo y físico para completar los 90 minutos. De a poco volvió a tener aparicione­s importante­s. Y en las díficiles. Quintero fue figura en el partido de vuelta contra Racing en el Monumental, en la goleada 3-0 para barrer de la Copa al equipo de Eduardo Coudet. Y contra Independie­nte, en la vuelta de cuartos en el Monumental, entró para desnivelar. Con el partido 1-1 River se quedaba afuera. Pero Juanfer se inventó una jugada y definió bárbaro, lejos de Martín Campaña para poner el 2-1 (después cerró con un 3-1 su compatriot­a Rafael Borré). Cualquier similitud con lo del Santiago Bernabéu no es coincidenc­ia. Es talento.

A los 13 minutos del segundo tiempo, con River abajo en el marcador, Quintero ingresó por Ponzio. Cambio ofensivo para tratar de revertir la historia. Y la historia empezó a cambiar desde ahí. Si bien no tuvo una participac­ión decisiva en el primer gol (Nacho Fernández y Palacios construyer­on la pared), con Juanfer en la cancha River tuvo más y mejor posesión de pelota. Y ahí estaba la grande para Quintero. Tuvo que esperar al tiempo suplementa­rio. Pero con ese bombazo llenó de alegría los corazones millonario­s. Y en el festejo se embanderó en los colores colombiano­s junto a Rafael Borré, quien se perdió la gran final porque estaba suspendido.

Quintero llegó a River a principios de año. Lo pidió Gallardo cuando se cayó la posibilida­d de Lucas Zelarayán. Lo había visto cuando lo enfrentó en la Copa del año pasado en Medellín, cuando el zurdo jugaba en el DIM de Zubeldía y el DT renegaba porque no podía hacerle cumplir funciones tácticas. Quizás había que dejarlo volar. Que sacara la inspiració­n de su zurda. Como en el Bernabéu. ¿Qué será del futuro de Quintero? Por él le abonarán al Porto un poco más de 3 millones de euros para quedarse con el pase. Pero tiene ofertas del exterior. Poco importa ahora. Juanfer, el amigo de Maluma, está de festejo. La gloria estaba en su zurda.

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AP Una joya. Ya salió el zurdazo de Juanfer Quintero, que se clavará en un ángulo y será el 2-1 de River. Arrancaba el segundo tiempo del suplementa­rio; la Copa empezaba a tener dueño.
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AFP Delirio. Juanfer inicia el festejo del gol. Saltó del banco y fue clave.
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CARROLL Saludo. Envuelto en la bandera colombiana, Quintero con Pity.

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