Rossi festejó la victoria esperada y Toyota, el 1-2 en el Súper TC2000
Se impuso sin fisuras y con una notable estrategia del equipo. Milla terminó tercero con el Renault.
El festejo fue genuino en el podio del extraordinario predio de El Villicum, donde una obra faraónica reluce dentro de la majestuosidad de una escenografía única, en medio de un panorama montañoso. No fue para menos. Toyota celebró un resultado soñado y que parecía inalcanzable en las dos fechas anteriores, cuando los Renault parecían correr en otra categoría.
Allí estaban Matías Rossi y Julián Santero, a los gritos y saltos con los mecánicos e ingenieros tras obtener el 1-2 en el Súper TC2000. Sin fisuras, dominando con una estrategia de trabajo diagramada desde el mismo viernes cuando la categoría dispuso una tanda más de entrenamientos por utilizar por primera vez en el circuito sanjuanino.
El sábado Rossi ni siquiera salió a girar ya que la lluvia había sorprendido a todos. “No tiene sentido, si el domingo estará seco”, fue la explicación al no ser parte de ese ensayo por parte del delvisense quien, finalmente, fue el gran protagonista y quien estampó su victoria histórica sólo por el hecho de ser la primera de la categoría en El Villicum, un autódromo de nivel internacional que es el nuevo orgullo provincial. El tiempo terminó dándole la razón.
La competencia fue lineal, con los dos Toyota al frente y sin amenazas. Más allá de las neutralizaciones el único punto de expectación fue si realmente existía o no para los dos pilotos del equipo de la marca japonesa una orden del equipo. Al principio no, ya que Santero buscó su primera victoria en la categoría y Rossi, cortar una racha de casi un año (justamente el último triunfo había sido en San Juan, pero en El Zonda, en 2018.
Atrás de ellos marchaba el siempre protagonista Agustín Canapino, que luego pudo largar en la segunda ocasión, pero que luego detuvo su marcha con apenas cuatro vueltas. “El motor se paro y quedó a 3.000 vueltas el limitado”, explicó el ingeniero Luciano Monti, de Chevrolet.
Luego, por el último escalón del podio luchó Facundo Chapur, evidenciando un notable avance del rendimiento del Citroën. Más allá del esfuerzo y las buenas intenciones, al cabo también se terminó retrasando. Y antes de que eso sucediera Matías Milla, piloto de Renault, le consultó al equipo si dejaba pasar al puntero del campeonato, su compañero Leonel Pernía, o si atacaba la posición de Chapur.
Miguel Angel Guerra, el director deportivo, le dio el visto bueno para que avanzara y su piloto así lo hizo. Finalmente se quedó con el último escalón del podio -muy valorado, por cierto, para el propio piloto-.
Para el espectáculo, bien retrasados, se observaron algunos golpes co
mo el de Gagliardi Genne a Conta y el de éste aunque, es menester mencionarlo, no sobraron grande maniobras en una competencia que fue interrumpida cuando salió el auto de seguridad.
“Estoy muy feliz. Fue una carrera impresionante para nosotros. Tuvimos libertad de acción con Julián. Después de la neutralización pude alejarme de mi compañero. Me pidieron desde el box que regulara porque teníamos un ritmo muy exigente; yo consulté por Santero y me respondieron que manteníamos los lugares. Fue un gran trabajo en equipo para cerrar un fin de semana extraordinario”, comentó Rossi, satisfecho y apenas salido de su auto..
Así, el Súper TC2000 sigue su camino en la nueva era turbo. En la búsqueda de sumar vehículos en el parque automotor y de encontrar la paridad anhelada, ya tiene tres fechas disputadas, dos marcas ganadoras y un recorrido federal con la mira puesta ahora en Rosario, escenario de la próxima jornada.
Mientras tanto Pernía, con el cuarto lugar, se mantiene al frente del torneo con la satisfacción, al menos, de sumar buenos puntos para cuando el panorama no sea el ideal. No es poco en ese contexto de lucha e igualdad que, se presume, se mantendrá a lo largo de la temporada en el Súper TC 2000. ▪