Dellien hizo historia grande para Bolivia en el arranque de Roland Garros
“El tenis está muy parejo. Claro que puedo ganarle”, dijo sobre su próximo rival: el griego Stefanos Tsitsipas.
En la escena internacional, no suele ser Bolivia uno de los países que primero venga a la mente cuando se trata de debatir grandes potencias tenísticas. Por eso el país todo festejó uno de los logros contemporáneos más importantes que este deporte le haya regalado, con la victoria de Hugo Dellien en la primera ronda de Roland Garros. Hacía 36 años que un boliviano no ganaba en un Grand
Slam. El número 92 del mundo lo logró al vencer al indio Prajnesh Gunneswaran (86º) por 6-1, 6-3 y 6-1, en apenas una hora y 15 minutos.
Mario Martínez, quien había llegado a la tercera ronda en el grande parisino en 1983 (y alguna vez supo trepar hasta el 32° escalón del ranking), era hasta ahora la referencia aislada de Bolivia en el torneo francés. Y Dellien, que vive la mejor temporada de su carrera a los 25 años, devolvió a su país al mapa de este deporte. Había accedido al cuadro principal de forma automática, sin necesidad de pasar por las rondas clasificatorias, y fue muy superior desde el principio en su duelo, pese a la paridad que se presumía a partir de las ubicaciones de ambos jugadores.
El primer set lo sacó adelante en apenas 21 minutos, con dos quiebres de servicio y moviendo a placer a su rival indio, incapaz de contrarrestar su iniciativa. En el segundo, el asiático plantó más resistencia al inicio, pero luego Dellien volvió a conseguir dos quiebres de servicio y se anotó el 6-3 en poco más de media hora. En el tercer parcial, Dellien continuó controlando la situación sin temblar y otros dos breaks le permitieron una resolución rápida por 6-1 en el set más corto del partido, de apenas 19 minutos.
Dellien se convirtió, sin quererlo, en el faro de toda una generación de chicos de su país que podían disfrutar del juego imaginando a Roger Federer, Novak Djokovic o Rafael Nadal, pero no tenían una referencia propia que los invitara a convertir esos sueños en realidades. Vaya mochila que se carga sobre sus espaldas, lo quiera o no. Hace poco bromeó acerca de sus logros: “Ahora todo lo que hago es algo que pasa después de 35 años”.
Lo que no todos saben es que en el terreno de los sacrificios, comunes a cualquier joven con sueños en forma de raqueta, el que hizo el boliviano lo alejó bastante más que de su Trinidad natal: también lo sacó de su país, porque se vino a entrenar en Argentina. Lleva ocho años viviendo en Buenos Aires cuando no se encuentra de viaje por el mundo persiguiendo sus objetivos deportivos. “Ver a un representante del país en Roland Garros puede hacer que la gente se motive, que empiece a jugar y que las empresas comiencen a apoyar para que los niños tengan el tenis más cerca”, le dijo a principios de mes a Punto de Break.
Ahora, Dellien se medirá nada menos que con el griego Stefanos Tsitsipas, número seis del planeta tenis y uno de los prometedores candidatos a llegar lejos en el polvo de ladrillo europeo. Sin embargo, lejos de temer y sin pecar de soberbio, sino mostrándose confiado en su juego, el boliviano aseguró: “Claro que puedo ganarle. El tenis está muy parejo. Con los resultados que he tenido últimamente, puede pasar. Tengo que hacer ajustes mentalmente, pero si lo consigo puedo tener muchas chances”.
Cada paso que da es histórico y no quiere parar.