Clarín - Deportivo

“No creo que mi felicidad interior cambie por igualar a Federer”

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Se podría pensar que Rafael Nadal ya está acostumbra­do a coronarse en París, porque extendió una hegemonía infernal en el Grand Slam francés. Sin embargo, festejó el triunfo ante el austríaco Dominic Thiem con la misma emoción de la primera vez.

“Este trofeo significa mucho por todo lo que he pasado. Ha sido un año complicado en términos de lesiones.

Cuando uno se va llevando bofetadas continuada­s, va quedando herido. Estuve herido mentalment­e por todas las cosas que me estaban pasando físicament­e. Hace relativame­nte poco tiempo no sabía si podría estar

compitiend­o aquí”, reconoció el número dos del mundo.

Nadal sufrió a principios de 2019 con una molestia en la rodilla derecha y arrancó la temporada europea de polvo de ladrillo con su físico y su tenis lejos de su mejor nivel, al punto que recién pudo conseguir su primer título del año en el Masters de Roma, justo antes de Roland Garros.

“El comienzo de la tierra batida no fue bueno por mi estado emocional y tenístico. Gracias a mi equipo y también a mi ilusión y a mi fuerza conseguí revertir una situación complicada. No creo en los avances mágicos porque no los asumes. Creo en los pasitos adelante. Es el trabajo que fui capaz de hacer. Cada semana mejor, cada partido mejor. Por eso este

título es especial”, comentó Nadal. El mallorquín no se olvidó de Thiem, que lo sufrió dentro de la cancha en la final. “Dominic fue el rival más difícil de este torneo. Creo que si alguien podía vencerme aquí, era él. Sé que va a ganar este título en el futuro”, auguró.

El austríaco, en tanto, afirmó: “Rafa es una leyenda de nuestro deporte. Ganar 12 veces en París es irreal. He comprobado por qué es uno de los mejores tenistas de todos los tiempos y el mejor de la historia en polvo de ladrillo”.

Nadal quedó a solo dos títulos del récord de 20 Grand Slams de Roger Federer, pero afirmó que no le quita el sueño la chance de poder alcanzar al suizo.

“Claro que me motiva, pero no me obsesiona. No lo tomo como una referencia clara en mi carrera. No me levanto cada mañana pensando en eso. No es mi forma de encarar el deporte. Yo hago mi camino de la mejor manera posible. Si eso me lleva a una posición como la que estoy, segundo de la historia, pues perfecto. Si termino como el que más, perfecto. Pero no creo que mi felicidad interior y mi futuro vaya a cambiar por igualar a Federer”, explicó el español.

“Logré más de lo que hubiera podido soñar. Tengo una carrera muy larga y he vivido experienci­as que sin el tenis no hubiera podido vivir. Ganar doce títulos aquí tiene un significad­o único. Valoro esto más que cualquier otra estadístic­a”, concluyó el campeón. El dueño de Roland Garros. Y al final descansó.

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