Clarín - Deportivo

Boca no aprendió lecciones

No levanta. No da garantías y vive al borde del desastre. Hay fallas individual­es y colectivas, suficiente­s para que lo haya puesto contras las cuerdas el recién ascendido Sarmiento.

- Matías Bustos Milla mbmilla@clarin.com

Sigue sin juego y peso ofensivo, y no pudo vencer a un equipo recién ascendido. Encima se lesionaron Izquierdoz y Toto Salvio. Un Sarmiento muy ordenado y que se había puesto en ventaja, le cerró todos los caminos y sacó el primer empate de la historia en la Bombonera.

Perdido, desorienta­do, sin ideas. Con niveles individual­es bajos, con un rendimient­o colectivo en declive. Sin saber muy bien a qué jugar. Así terminó otra vez Boca, que apenas igualó 1 a 1 ante Sarmiento en la Bombonera (Miguel Ángel Russo evidenció que está profundiza­ndo una falta de identidad y depende de Cardona para salvar puntos). Otra vez sin Tevez (espera por él, aunque cuando estuvo el equipo tampoco rindió frente a Gimnasia) deambuló.

Con un nuevo sistema de juego (un 4-3-3), el equipo arrancó metido. Con dominio, con un flujo de juego mucho más aceitado que en otros partido y con un tándem definido en la izquierda con tonada colombiana: Fabra, Cardona y Villa. Esa banda fue lo más peligroso del primer tramo del encuentro y desde ese callejón surgió lo mejor del ataque, con proyeccion­es del lateral, con pases filtrados del mediocampi­sta y con la velocidad del delantero. Pero no logró transforma­r ese dominio en oportunida­des claras de gol, salvo una en la que Mauro Zárate definió por sobre el arquero de Sarmiento.

Las malas noticias en el partido llegaron en 60 segundos. Primero porque a Eduardo Salvio se le trabó la pierna en el pasto y por más que intentó continuar, debió irse reemplazad­o por Agustín Obando. Casi en simultáneo, después de un cruce con fuerza sobre la izquierda, Izquierdoz también debió dejar el campo de juego por un dolor intercosta­l. En su lugar ingresó Lisandro López, pero el freno afectó todavía más que las piezas que se modificaro­n.

Es que en esos primeros 45 minutos, nunca más Boca volvió a conectarse con claridad y el corredor colombiano se rompió cuando Villa emigró al carril derecho. Desde ahí, en el mano a mano triunfó, pero no consiguió tener opciones de pase en el área. Lo más peligroso hasta el cierre de la primera mitad fue una sorpresiva irrupción de Nicolás Capaldo en posición de nueve, pero su cabezazo fue imperfecto.

La aparición del juvenil Cristian Medina alertó también a Sarmiento, que decidió ponerle un hombre encima a él y a Cardona para cortar rápido el circuito de juego del equipo de Miguel Russo. Así, la pelota pasó mucho más tiempo en los pies de Zambrano y Campuzano que en los de aquellos capaces de filtrar pelotas a las espaldas de los laterales del conjunto de Junín. Eso metió a Boca en un laberinto.

El nudo ofensivo se profundizó en el inicio del segundo tiempo. El equipo se debilitó en la elaboració­n, se volvió de nuevo predecible y los casilleros para avanzar se volvieron pasos hacia atrás. Eso lo percibió Mario Sciacqua, que mandó a Sarmiento más adelante y le dominó la pelota mucho más cerca del arco de Andrada que de Vicentini. Las dudas azul y amarillas se multiplica­ron en ese cuarto de hora de un segundo tiempo que pareció demasiado a ese primer partido ante Gimnasia de La Plata y al choque contra Newell´s en Rosario, en donde Boca no supo cómo hacer daño.

La tendencia se trasladó al resultado por un conjunto de Junín que no solo se animó a ir por más: encontró falencias defensivas en Boca que invitan a cualquiera a lastimar. Así, Gabriel Alanís tomó una pelota en el círculo central y trasladó rumbo a Andrada casi sin oposición, hasta colocar la pelota con una sutileza impecable. El desconcier­to del equipo de Russo era absoluto, pero reaccionó con la única fórmula que le viene saliendo hasta acá: un buen pase de Cardona y el juego aéreo. Así, el optimismo de Lisandro López tras un tiro de esquina lo encontró al central en el área para definir con un cabezazo cruzado para el 1 a 1. Apenas eso.

Tiró a la cancha lo poco que le quedaba a Miguel Russo en el banco: adentro Soldano y el pibe Luis Vázquez para tener, todo junto, el área que jamás obtuvo con Zárate. No le salió nada de nada. Terminó desordenad­o, chocando entre jugadores superpuest­os, sin saber cómo hacer para lastimar a un equipo que solo con orden y moviéndose en la cancha con cautela hasta estuvo cerca de golpear de nuevo.

Lo desorienta­do lo llevó que Cardona se repitió en centros desde donde pudo. Los ingresados se chocaron entre sí e incluso con tantas piezas de ataque acumuladas, no llegó con claridad jamás al arco de Sarmiento. Pasó otra semana. Y Boca, aunque sumó de a uno, volvió a restar.

Se viene la Copa Argentina, se viene Vélez, se viene el Superclási­co. Tendrá que mejorar Boca.

 ?? MAXI FAILLA ?? El peor momento. Alanis sale gritando su golazo. Medina está rodillas y Cardona, resignado. Después, Lisandro López empató de cabeza y salvó el punto que sabe a poco.
MAXI FAILLA El peor momento. Alanis sale gritando su golazo. Medina está rodillas y Cardona, resignado. Después, Lisandro López empató de cabeza y salvó el punto que sabe a poco.
 ?? AP ?? Con bronca. Y no con alegría, Lisandro López celebra su gol. Sirvió para apagar el incendio poco después de que Sarmiento se pusiera arriba en el marcador con un golazo.
AP Con bronca. Y no con alegría, Lisandro López celebra su gol. Sirvió para apagar el incendio poco después de que Sarmiento se pusiera arriba en el marcador con un golazo.

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