Clarín - Deportivo

¿Por qué no ganó River?

Con el 1-1 el equipo de Gallardo no supo facturar el minuto fatal de Boca. Le duró poco el jugador de más por la roja a Casco y falló en las últimas llegadas al arco de Andrada.

- Daniel Avellaneda davellaned­a@clarin.com

Nadie puede dudar que Marcelo Gallardo es un gran estratega. La Fundación Konex lo definió como el entrenador de la década. Y el diario El País de Montevideo lo galardonó por tercer año consecutiv­o como el mejor técnico de América. Tiene, además, el reconocimi­ento de colegas, jugadores y periodista­s. Y un plus, fundamenta­l para cualquier profesiona­l: un buen sentido de la autocrític­a.

El Muñeco lo confesó en la conferenci­a de prensa, un rato después del empate en la Bombonera. “Lo pensé con (Edwin) Cardona adentro y pensé que si no estaba, (Miguel Russo) iba a poner un atacante más o un volante. No pensé en la línea de cinco defensores”, reflexionó. Y completó el análi

sis: “La primera media hora tuvimos intención de tomar el dominio de la pelota. Al partido le hubiese venido mejor la presencia de Cardona, hubiésemos medido fuerzas de manera diferente. A ellos les permitió meter un central más y estar un poco más cómodos”.

Y tal vez ese haya sido el mayor déficit de River, no saber cómo desarticul­ar la línea de tres marcadores centrales bien sostenidos por los costados con Nicolás Capaldo y Frank Fa-bra. Le faltó volumen de juego, más allá de algunas pinceladas de Nicolás De La Cruz y sus encuentros con Agustín Palavecino. Todavía no encuentra esa lucidez que le daba Na

cho Fernández. Se soltaron poco los laterales -Milton Casco casi no pasó al ataque porque estuvo más preocupado por detener a Frank Fabra- en el primer período.

Tuvo que ver, además, con el cambio de esquema: dejar el 3-4-3 para pasar al 4-3-3 no le permitió despegar tanto a los marcadores de punta. En este contexto, quedó muy aislado Rafael Santos Borré, poco participat­ivo, y con pocos espacios para fluir Matías Suárez.

Y la mejor jugada fue un pelotazo largo. Porque ganar la posesión no garantiza profundida­d y la circulació­n tenía los caminos cerrados por el bloque defensivo. Entonces, De La Cruz la pinchó por encima de la cabeza de Esteban Andrada y Lisandro López salvó en la línea de sentencia.

River casi lo pierde por un error individual, una falla -otra vez- de Paulo Díaz que bajó a Nicolás Capaldo y por sus problemas atrás. Y no lo ganó porque en el minuto fatal de Boca, el que derivó en el 1 a 1 y la expulsión de Carlos Zambrano, no logró someter a su rival. Hubo un zapatazo de zurda de Angileri que tapó Andrada. Y, fundamenta­lmente, por la tarjeta roja que recibió Casco y se reflejó en la expresión del Muñeco, captada por los micrófonos de la televisión.

“¡Qué pelotudos que somos!”, bramó el entrenador. Y lo reflejó en sus declaracio­nes posteriore­s: “Es el segundo partido que nos pasa exactament­e lo mismo. Ya había sufrido la expulsión de Enzo Pérez en el partido anterior, en el que teníamos una supremacía y con más chances de atacar y se equilibró el partido”.

Hubo desconexió­n de Jorge Carrascal. El colombiano nunca pudo armar el tándem ofensivo con Angileri, como había sucedido ante Racing. Tampoco desequilib­ró. En el segundo tiempo, mejoró pero no logró ser todo lo explosivo que pretende Gallardo y necesita el equipo. El Muñeco le dio demasiado tiempo en la cancha.

El ingreso de Julián Alvarez debió producirse un rato antes.

Y si los técnicos suelen ganar los partidos con los cambios, hubo algo de fortuna en River. Porque Palavecino y Angileri estaban para salir cuando se asociaron en el 1 a 1. “Iban a salir los dos y terminó haciendo el gol. El fútbol tiene esas cosas. Lo dejé a Pala porque el gol por ahí le daba confianza. Fabrizio venía de una semana complicada, no había entrenado toda la semana”, admitió el laureado entrenador.

No lo pudo ganar por una gran tapada de Andrada ante Angileri y una carambola que terminó en un tiro en el palo de Bruno Zuculini, luego de una guapeada de Franco Girotti. Parecieron cambios pensados para vigorizar el equipo, al igual que el ingreso de Alex Vigo, más que para corregir los problemas del juego que, a esa altura, ya pasaban por construir desde el vértigo.

Por todo eso no pudo River y Gallardo no se fue nada conforme.

Faltó profundida­d y buenas maniobras de ataque para inquietar un poco más. No supimos aprovechar el hombre de más”.

No me pareció para nada un partido bueno, con lucidez para jugarlo. Es justo el resultado”.

Marcelo Gallardo

 ?? MARCELO CARROLL ?? Cerca, muy cerca. Tuvo un poco de carambola la acción previa, pero Zuculini quedó de cara a Andrada y la pelota terminó en el palo. Un final para el infarto.
MARCELO CARROLL Cerca, muy cerca. Tuvo un poco de carambola la acción previa, pero Zuculini quedó de cara a Andrada y la pelota terminó en el palo. Un final para el infarto.

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