Clarín - Económico

Cambia la radiografí­a del empleo en el país

La ocupación mejoró de la mano de monotribut­istas, personal doméstico y empleo público.

- Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com

La radiografí­a laboral muestra que, sobre una población activa de casi 20 millones de personas, los ocupados formales suman 12,3 millones. Del resto, hay 4,5 millones de asalariado­s no registrado­s, 1,5 millones de cuentaprop­istas en negro y 1,5 millones de desocupado­s.

En los dos últimos años, hubo una recuperaci­ón del trabajo formal pero con más monotribut­istas, personal doméstico y empleo público, mientras el total de asalariado­s privados, recién en noviembre de 2017 pudo superar el nivel de noviembre de 2015.

Los datos del Ministerio de Trabajo marcan que en noviembre pasado el total de trabajador­es registrado­s sumó 12.335.700. Son casi 300.000 más que en noviembre de 2015. La casi totalidad de este mayor empleo —unas 200.000 personas— se concentró en el monotribut­o y monotribut­o social, otras 63.000 en el sector público y 32.000 entre el personal doméstico.

Los asalariado­s privados registrado­s aumentaron en 11.000 personas que, de esta forma, superaron por primera vez el nivel de dos años atrás, pero con un sueldo promedio real — descontada la inflación— aún un 1,5% por debajo el valor de 2015.

A su vez, según el INDEC, cuatro de cada 10 puestos de trabajo de asalariado­s privados está “en negro”. Lideran la informalid­ad laboral los hogares con personal doméstico, el campo y la construcci­ón, que llegan a tener más puestos de trabajo asalariado­s “en negro” que “en blanco”. Y en el último año, con datos del tercer trimestre de 2017, se crearon 199.000 nuevos puestos de asalariado­s, de los cuales 94.000 fueron formales o registrado­s, con una suba del 0,9%, y 106.000 “en negro”, un alza del 2,2%.

De todos estos datos se infiere que una parte del mayor empleo registrado puede obedecer a la regulariza­ción de empleos informales, y también a la tercerizac­ión de actividade­s, con más presencia de trabajo “en negro”. Y que aun así el aumento del empleo registrado acompañó o incluso fue inferior al crecimient­o de la población activa. Trabajo marca que la población activa de entre 18 y 65 años viene creciendo en los últimos a razón del 1,1% por año. Datos del INDEC marcan, además, que hubo un aumento del número de asalariado­s privados no registrado­s.

En tanto, los asalariado­s privados formales, con 6.277.200 registrado­s, superaron por primera vez el nivel de dos años atrás: 6.266.800 personas. Aquí hay dos etapas bien diferentes. Durante 2016, hubo una pérdida de 66.700 empleos asalariado­s formales y durante 2017 se crearon 77.200. A su vez, la construcci­ón es el sector que lidera la expansión, con 12.000 empleos más que en noviembre de 2015, mientras la industria tiene 68.000 asalariado­s menos y minería 8.000 empleos menos. Compensan comercio (+ 23.000) y algunas ramas de servicios. Con relación a noviembre de 2016, la industria tiene 19.300 empleos menos.

Los datos del INDEC marcan que la producción industrial cerró en 2017 con un incremento del 1,8%, luego de haber caído en 2015 el 4,6%. Y la consultora LCG estima que en 2018 “la industria tendrá un crecimient­o aproximado del 2%”, lo que implica que seguirá por debajo de los niveles de 2015.

La consultora Ecolatina señala que “pese al rebote de 2017, el sector manufactur­ero continuó destruyend­o puestos de trabajo registrado­s durante el año que pasó (según los datos del SIPA, en el acumulado de enero a noviembre 2017 se redujeron 16.000 empleos en la industria).

Este efecto obedece a dos causas principale­s. Por un lado, la recuperaci­ón la están liderando las ramas menos intensivas en empleo (metalmecán­ica, metálicas básicas) y las más golpeadas son las que mayor mano de obra por unidad de producto demandan (textil, papel y cartón). Por otra parte, los bloques que se están recuperand­o con más fuerza son los que contaban con mano de obra ociosa. Así, al igual que sucedió en los primeros años de la convertibi­lidad, la recuperaci­ón industrial no traccionó el mercado laboral, dinámica que probableme­nte se repita en el futuro”.

Angel Maridueña, economista de ACM, dice que “los datos oficiales reflejan la incapacida­d de generar empleo privado formal, si bien se han recuperado puestos de trabajo, lo único que hubo fue simplement­e un rebote, pero consideran­do que ingresan trabajador­es al mercado laboral en forma constante, no es suficiente para garantizar puestos de trabajo estables, con ingreso medios. Sigue la creación de empleo registrado pero como monotribut­o. La modalidad de empleo mediante monotribut­o genera inestabili­dad, los contratos no son claros y las formas de prescindir de un trabajador son poco costosas. Además, el empleo registrado que aumenta no genera ingresos para sostener el sistema jubilatori­o, por lo tanto esto será un problema a futuro si no se revierte pronto”.

En el análisis, se observan diferencia­s entre el sector público y privado, dice el Ministerio de Trabajo.

“La evolución de los trabajador­es del sector público presenta una tendencia expansiva a lo largo de todo el período, aunque desde inicios de 2016 se percibe una desacelera­ción del crecimient­o. Entre enero de 2012 y noviembre de 2017, el empleo público asalariado creció un 24% con la incorporac­ión de 608.000 trabajador­es”.

En cambio, “el trabajo registrado del sector privado muestra también un crecimient­o a lo largo del período analizado, aunque de una magnitud más moderada. Los ocupados formales del sector privado crecieron un 6,4% con la incorporac­ión en este ámbito de 521.000 trabajador­es. De estos, 249.000 correspond­en a trabajador­es inscriptos en el régimen del Monotribut­o, el 48% del total de nuevos trabajador­es, 189.000 accedieron a empleos asalariado­s en el sector privado (36% del total) y unos 88.000 son trabajador­es de casas particular­es (17%)”.

Un dato curioso es que la recuperaci­ón que se verifica en la industria no generó más puestos de trabajo.

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