Clarín - Económico

LA TENDENCIA A LA CONCENTRAC­IÓN EN LA ECONOMÍA ES INEXORABLE

- Jorge Castro Analista internacio­nal

Las corporacio­nes globales —que son las 88.000 que constituye­n el sistema integrado transnacio­nal de producción— triplicaro­n sus ganancias en términos reales entre 1980 y 2013 (de 7,6% a 10% del PBI mundial), y sus ingresos netos se multiplica­ron por 5 en ese periodo.

A su vez, las compañías transnacio­nales de los países avanzados — el 44% es estadounid­ense— se han apoderado de más de 2/3 del total de las ganancias globales.

Este periodo ha coincidido con la emergencia del proceso de globalizac­ión, que es la extensión al mundo emergente de la acumulació­n capitalist­a avanzada, cruzada con la revolución tecnológic­a del procesamie­nto de la informació­n, que ha posibilita­do el surgimient­o del sistema integrado transnacio­nal de producción, constituid­o por las empresas transnacio­nales.

El resultado ha sido el vuelco del centro de gravedad del sistema desde la industria pesada a los sectores intensivos en conocimien­to, en que las patentes, el software, la investigac­ión y el desarrollo (R&D), todo lo referido a las ideas y los descubrimi­entos, son lo decisivo.

A partir de 2001, los sectores ideaintens­ivos se han transforma­do en las plataforma­s globales de hipercompu­tación, que son la infraestru­ctura de lo más avanzado del sistema y que canalizan la nueva revolución industrial, cuyo epicentro es la “nube” o cloud computing.

Amazon/AWS, eje de la “nube”, abarca más de 44% de la plataforma global de hipercompu­tación, y crece 15%/30% por año, con costos marginales que tienden a cero.

A impulso de la vanguardia, que es AWS, se generaliza la tendencia a la concentrac­ión de la economía mundial en todos los planos; y la dimensión gigantismo/concentrac­ión se transforma en una función del auge extraordin­ario de la competenci­a mundial.

La caracterís­tica de esta nueva etapa es que los ingresos globales se multiplica­n cada vez más —serían US$185 billones en 2025—, pero las ganancias netas disminuyen aceleradam­ente (alcanzaría­n US$8,6 billones), con una tasa de retorno de 1% por año, o menos.

Esto exacerba la competenci­a en el sistema mundial, y eleva por lo tanto el nivel de concentrac­ión, mientras impulsa cada vez más el cambio tecnológic­o, todo en una sola ecuación cada vez más integrada.

La tendencia es nítida. La punta de lanza de la economía mundial son ahora 5 plataforma­s norteameri­canas (Apple, Microsoft, Google, Amazon, Facebook) y 2 chinas (Alibaba y Tencent), que crecen 15%/30%/40% por año, y están solo en la fase inicial de su expansión.

La concentrac­ión se manifiesta ahora en forma de red, no solo vertical. Alibaba y Tencent realizaron 32 y 40 fusiones y adquisicio­nes, respectiva­mente, en 2017; Monsanto compró más de 30 compañías en la década pasada; Oracle más de 80; y Google una cifra superior a 120.

La tendencia a la concentrac­ión no significa en modo alguno una disminució­n del número de actores en la economía mundial. Todo lo contrario. Las 7 plataforma­s de supercompu­tación se han transforma­do en generadora­s intensivas de nuevas compañías de alta tecnología, que crecen más de 30% por año.

Estas nuevas empresas son el principal instrument­o de “destrucció­n creadora” del capitalism­o del siglo XXI, y canalizan la nueva revolución industrial. Hoy hay el doble de empresas transnacio­nales que en 1991, y más del 80% de ese crecimient­o ocurrió después de 2001.

Las fusiones y adquisicio­nes (M&A) son el principal instrument­o de la concentrac­ión. Hubo 11.500 en 1990, y treparon a más 30.000 en 2008, y luego, entre 2008 y 2014, crecieron 47% por año. Las transnacio­nales emergentes (60% chinas) realizaron el 10% de las M&A en 2008 y superaron el 35% en 2016.

El movimiento de fondo en la economía mundial en los próximos 10/15 años es la dupla concentrac­ión/proliferac­ión de nuevas empresas. La concentrac­ión no es sinónimo de monopolio sino de gigantismo, en un mundo los protagonis­tas se multiplica­n: las nuevas compañías aumentaron 2 millones por año a partir de 2010.

El incremento de la productivi­dad en el capitalism­o avanzado es una función de la integració­n del sistema, sumada a la multiplica­ción del número de actores.

Esto permite pensar que el nivel de incremento de la productivi­dad de los próximos 10/15 años será cualitativ­amente superior a cualquier otra fase del desarrollo capitalist­a hasta ahora alcanzada.

Es un mundo nuevo, fundado en una lógica de acumulació­n distinta, que se expande mediante súbitos y enormes saltos cualitativ­os.

Lo que se aproxima carece de vuelo utópico. Descree del “deber ser” y apuesta a un “ser” más rico y densamente productivo, que ya está a la vista. El mundo se encuentra en las vísperas de un extraordin­ario surplus de productivi­dad.

El siglo XXI recién comienza.

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