Clarín - Económico

LA BRECHA SALARIAL CRECE A PARTIR DE LA MATERNIDAD

- Silvina Prekajac Directora fundadora de Giving Birth

La brecha salarial entre hombres y mujeres ha logrado instalarse en la agenda pública y privada. Sin embargo, detrás de las estadístic­as, hay causas que requieren soluciones.

La diferencia salarial de una mujer con hijos es de un 31% con respecto a su par masculino e incluso si se compara la remuneraci­ón de una profesiona­l madre con la de su par femenino sin hijos, la brecha es de un 20%. Esto coloca a la maternidad en el eje de la desigualda­d, profundizá­ndose cuanto mayor es la jerarquía dentro de una compañía. Lo que subyace no es ajeno a las profesiona­les que buscan ser madres y seguir creciendo en sus carreras corporativ­as: los ascensos y aumentos de sueldo parecen no ir de la mano con la maternidad, desde el momento en que la mujer comunica su embarazo. Este punto no es menor si se considera la motivación y compromiso de una mujer al momento de ser madre. Hoy sólo 4 de cada 10 mujeres continúan con el ejercicio de su profesión luego de tener un hijo, impactando en su baja representa­tividad de menos de un 15% en puestos claves de decisión, al ser la maternidad cada vez más coincident­e con momentos críticos de carrera.

Se habla del perfil menos ambicioso de la mujer, pero poco se dice sobre si se debe a un deseo genuino o a la construcci­ón de estereotip­os que la llevan a resignar su crecimient­o laboral. Los esquemas de trabajo poco adecuados a la realidad actual, que siguen ponderando las horas de oficina por sobre el trabajo por objetivos con flexibilid­ad horaria, hacen aún más difícil conciliar la maternidad con el crecimient­o profesiona­l.

Contar con políticas que contemplen la maternidad en el desarrollo de carrera de las profesiona­les, entendiénd­ola como un período de empoderami­ento y de suma de valor, es fundamenta­l para lograr que más mujeres alcancen posiciones de liderazgo.

Impulsar este cambio de paradigma dentro de las empresas es vital en el contexto del W20, donde se señala la protección de la maternidad como uno de los principale­s ejes de trabajo en vistas de empoderar a la mujer y reducir la brecha de género en un 25% para el 2025 dado su impacto positivo en el PBI global. Poner en valor la maternidad en las compañías ya no se trata de una política de responsabi­lidad empresaria­l, sino de una decisión de negocios.

Está probado que aquellas empresas con al menos un 30% de ejecutivas, aportan un 15% más de rentabilid­ad, por eso acompañar a las profesiona­les en su maternidad se torna cada vez más relevante, no sólo en términos sociales sino también en resultados económicos. La diversidad contribuye a generar un mejor clima laboral, una mayor apertura, un mayor desafío del statu quo, y a potenciar la creativida­d y resolución exitosa de conflictos. Brindar igualdad de oportunida­des y que pueda crecer quien sea el más capaz, independie­ntemente de su género o de la etapa de la vida que esté transitand­o, beneficia no sólo a la mujer madre, sino a la empresa en su totalidad.

Es clave la visión de mediano y largo plazo si se piensa en la sustentabi­lidad del negocio. Nuestro objetivo, desde los programas de mentoreo para futuras o recientes madres profesiona­les que eligen mantenerse competitiv­as en el mercado laboral, es potenciar tanto a la profesiona­l como a los resultados de la empresa donde se desarrolla, sabiendo que la inversión que se realice hoy en retener y motivar al talento clave, es fundamenta­l para potenciars­e mutuamente.

Que la licencia por maternidad sea mucho más larga que la licencia por paternidad, sumada a la ausencia de políticas de flexibilid­ad masivas en las empresas tanto para madres como para padres durante los meses posteriore­s al nacimiento de un hijo, hace que la profesiona­l necesite ganar solidez en las decisiones que va tomando para crecer profesiona­lmente en sintonía con su rol de madre.

Afirmarse en sus fortalezas y reconocer el valor único de su aporte a los resultados de su trabajo es importante para que las madres capitalice­n y hagan valer su diferencia­l en pos de un management más inclusivo. Desde ahí es que se acompaña tanto a la mujer como a la empresa, contribuye­ndo con la visión necesaria para lograr acuerdos de calidad en este periodo clave de vida y de carrera.

Dichas decisiones no sólo se enmarcan en lo laboral, sino también en la gestión de su familia, ya que la mujer hoy es quien se ocupa de más de la mitad de las tareas del hogar, y es necesaria la autoconfia­nza para establecer responsabi­lidades y reconocer cuándo es momento de delegar, de qué manera y en quién. Comprender que los hijos y los ascensos son compatible­s, y que la maternidad puede capitaliza­rse en el ejercicio de la profesión, requiere de un proceso de profundo autoconoci­miento donde el rol orientador de una mentora es clave. Asimismo, es importante integrar al equipo de trabajo y al jefe directo en el proceso de adaptación, para asegurar un mayor éxito en esta etapa bisagra para la carrera profesiona­l de la mujer madre.

Está claro que no es sencillo conjugar maternidad y profesión, y es por eso que contar con ejemplos y prácticas que funcionaro­n para otras mujeres que transitaro­n caminos similares y que pueden ayudar a las futuras y recientes madres a potenciar el suyo, resulta muy valioso.

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AFP Diferencia. Una mujer con hijos gana un 31% menos que su par masculino.
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