Tibio repunte, a pesar de que las exportaciones suben fuerte
El último reporte de utilización de la capacidad instalada que relevó el Indec ubicó a la industria automotriz al fondo de la tabla de todo el sector manufacturero argentino:
en junio, fue utilizada apenas 47,7% de su capacidad. Si bien hubo una baja de actividad fuera de programa, como fue el extenso paro de camioneros en Brasil (que afectó la provisión de partes de una industria que depende en más de un 80% de insumos importados), lo cierto es que no hubo un solo mes de este año en que la industria automotriz haya llegado a ocupar el 60% de su capacidad instalada.
En 2017, mientras las automotrices despachaban a las concesionarias argentinas 900.000 autos (la mayor parte, importados desde Brasil), fabricaron apenas 500.000 unidades, la mitad de lo que permite su capacidad instalada. Para este año, desde la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) pronosticaron una suba de la producción del 20% . Lo cierto es que, transcurridos siete meses del año, la suba ha sido sólo del 9,8%.
¿Y el dólar de 28 pesos? ¿No sirve para que repunte la actividad en una industria que está configurada para exportar entre 60% y 70% de su producción a Brasil? De hecho, durante julio las exportaciones subieron 74% con relación a igual mes del año anterior.
“Son dos temas distintos. El incremento de exportaciones de julio lo explica principalmente la recuperación de Brasil, que permitió el mes pasado un incremento de exportaciones cercano al 110% a ese mercado (industria). Sin embargo, las exportaciones al resto del mundo ape- nas crecieron un 11%. Esto se explica porque la principal variable para facilitar el acceso a nuevos mercados en nuestra industria no es el precio del dólar sino la competitividad”, dijeron voceros de General Motors.
Los productores de pick ups, el producto estrella de la industria local, se muestran indiferentes con la cuestión cambiaria. “En el caso de Toyota, el tipo de cambio no es una variable significativa en nuestro negocio”, dijeron sus voceros. “Estamos exportando el 70% de nuestra prollón ducción y nuestro foco, ahora, es subir la capacidad de nuestra planta de Zárate”.
Tampoco en Volkswagen dicen mirar el precio del dólar como variable determinante. Las exportaciones actuales se programan con algunos meses de anticipación y el incremento es por el éxito que está teniendo la Amarok V6 en el mercado brasileño”, dijeron sus voceros.
Otros no se mostraron tan de acuerdo. Cristiano Rattazzi, titular de FCA Fiat Chrysler Argentina, dijo esta semana en Córdoba que el dólar de 28 pesos les estaba facilitando la exportación del Fiat Cronos, que sólo en lo que va del año exportó a Brasil 25.000 unidades.
En PSA Peugeot Citroën opinaron parecido: “La verdad es que el dólar a 28 pesos nos permite crecer en términos de competitividad, lo que se puede sostener en el tiempo siempre y cuando el efecto devaluatorio no se traslade a nuestras compras locales en pesos, costos logísticos y otros componentes que conforman la cadena de costos”, dijeron sus voceros.
Casi lo mismo se escucha en la planta de Campana de Honda Argentina: “Las exportaciones este año a nivel industria registran un crecimiento aproximado de un 50% por dos motivos: por un lado, producto del tipo de cambio y por otro, gracias a la recuperación del mercado de Brasil”, dijo un vocero. Gustavo Castagnino, de Mercedes, dijo que el dólar a 28 pesos “ayuda a mejorar la participación de nuestros utilitarios en América Latina y Estados Unidos”. Y Diego Vignati, de Nissan, dijo que el 50% de la producción de la Frontier argentina “irá al mercado brasileño”.