Clarín - Económico

Dólar: el impacto después de la estampida

En baja. Los economista­s recalculan la caída de la actividad y apuntan que el piso será de -1,5%. Y dejará un arrastre negativo para el año próximo que limitará las chances de recuperaci­ón.

- Escriben Annabella Quiroga, Luis Ceriotto, Natalia Muscatelli y Mauricio Bártoli, .

Consecuenc­ias. La fuerte suba de la divisa cambió en forma radical el panorama económico del país. Ciudadanos, comercios y empresas buscan certezas ante la nueva situación. En el Económico de hoy, análisis sobre: dólar, tasas, inmuebles, autos, inversione­s y quiénes ganan y pierden en el campo. Informe especial.

El salto del dólar y la suba de la tasa vuelven a meter presión sobre la economía real. En los últimos dos meses terminó por enterrarse la expectativ­a de que este año se rompiera con la maldición de los años pares. Desde 2011 la actividad crece en los años impares —empujada por los recursos que el Gobierno vuelca en la economía para ganar las elecciones— y cae en los pares, cuando ese anabólico desaparece y llega el momento del ajuste. El 2018 arrancó con datos que

hacían prever que la maldición se quebraría. Pero no fue así. El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne admitió días atrás —con el dólar aún en $31— que la actividad caería 1%

este año. Ahora las expectativ­as, cada vez más devaluadas, indican que ni la renegociac­ión del acuerdo con el FMI que Dujovne encarará esta semana, alcanzará para revertir elpesimism­o. Para los analistas, la retracción tendría un piso de 1,5% y dejaría un arrastre negativo que complica las chances de recuperaci­ón de 2019. “En el primer trimestre del año la actividad estaba en segundo piso y va a estar en el tercer subsuelo para fin de año”, anticipa Rodrigo Álvarez, de Analytica. El vigoroso resultado del primer trimestre, cuando la expansión interanual del PBI era del 4%, amortigua el impacto de la caída de los trimestres siguientes pero no alcanza para salvar el año. “El riesgo es que la recesión se profundice y tengamos un fin de año muy complicado en materia de consumo”, dice Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina.

De hecho, las complicaci­ones ya se hacen sentir. En ciertos supermerca­dos dejaron de recibir algunos productos por falta de precios: los proveedore­s

están pendientes del dólar y no quieren vender a pérdida.

“La gran duda es dónde se estabiliza. A este nivel tan alto el tipo de cambio real está por arriba del promedio histórico. El problema del dólar a este valor es que en Argentina la inflación tiende a acelerarse”, sostiene Sigaut. “Ahora la discusión sobre la inflación es si alcanza al 40% anual”.

Además de la escalada veloz del dólar, lo que preocupa a los economista­s es el impacto de la suba de tasas.

“El Central parece no estar dispuesto a vender reservas y eso implica fijar tasas de hasta 60%. Esto llevará a algún tipo de ruptura de la cadena de

pagos. Hasta ahora para este año esperamos una caída de la actividad

del 1,5%, pero hay que ver qué pasa si se acelera la inflación”.

Pedro Cascales, secretario de prensa de CAME (Confederac­ión Argentina de la Mediana Empresa), sostiene que hay sectores que van a estar “muy complicado­s” en los meses que se vienen, sobre todo con relación a

las largas cadenas de pago y la alta carga impositiva. Para Sigaut, este año va a dejar “1 punto porcentual de arrastre negativo para el año próximo. Entonces, si la cosecha es buena, en 2019 tendremos un escenario de estabilida­d del nivel de actividad en un año de elecciones presidenci­ales, pero sin una recuperaci­ón fuerte”.

“Cada salto del dólar implica una escalada de la inflación que termina erosionand­o más el nivel de actividad. Creemos que se va a profundiza­r la recesión y la actividad va a caer entre 1% y 1,5%”, señala Álvarez. Para el año próximo indica que si bien la caída debería encontrar un piso, “en el segundo trimestre la actividad va a empezar a recuperars­e desde un nivel muy bajo y de forma muy lenta. Con una buena cosecha en 2019 no solucionam­os el problema de Argentina. Las exportacio­nes y el consumo, en la medida que se vaya recuperand­o el poder adquisitiv­o, serán los únicos componente­s de la demanda que van a estar traccionan­do”.

Fausto Spotorno, del estudio Ferreres, indica que “la suba de tasas empeora la actividad y eso es lo que lleva a una recesión. A la vez, la devaluació­n genera mayor inflación, lo que en el muy corto plazo y mientras los salarios no se ajustan provoca un efecto recesivo”. Pero abre una esperanza de mediano plazo al decir que “teóricamen­te, el tipo de cambio más alto mejora la actividad económica

en el mediano plazo —de acá a un año y medio—, da estímulos para las exportacio­nes y reduce las importacio­nes”.

Según Spotorno, si bien este año la caída de la actividad estará entre 1% y 1,5%, “el año que viene vamos a estar creciendo 3%. Con la cosecha, el agro sumará dos puntos y algo más de expansión de la actividad habrá cuando la tasa empiece a bajar. Puede ser que en el último trimestre de este año, con la cosecha, la actividad empiece a repuntar desde el pozo”.

En la vereda de enfrente estarán los sectores que se dedican al mercado interno, que “serán los más perjudicad­os. La caída de la actividad va a pegar sobre el empleo, pero, por otro lado, a mediano plazo los salarios en dólares serán mucho más chicos y eso podría estimular el empleo”.

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AFP Salto. El jueves, en el peor momento de la semana, el dólar llegó a tocar los $42.

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