Clarín - Económico

Cómo invertir en tiempos inciertos

Con lupa. La caída de los activos financiero­s argentinos fue muy brusca. Sin embargo, dos especialis­tas brindan dos canastas de inversión para todo público.

- Escriben Gustavo Neffa y Sebastián Maril.

La caída de los mercados este año en las cotizacion­es de todos los activos financiero­s de Argentina ha sido tan súbita y profunda que nos recuerda al año 2008, pero en mucho menor espacio de tiempo.

Alternando años malos con mediocres, otros de rebotes o expansivos y ajustes posteriore­s, nuestro país ha ido ajustando las expectativ­as a la realidad. Con el 103% de suba en el dólar este año al cierre de esta nota, las valuacione­s nos indican que están empezando a aparecer las oportunida­des de inversión. Pero para que realmente lo sean, no solo se debe dar esta primera condición, sino que vuelve a estar sobre la mesa el interrogan­te de si la Argentina se ha borrado a corto plazo del radar de los principale­s inversores internacio­nales, que hasta el mes de enero vieron una historia de recuperaci­ón y crecimient­o sobre la base de la apertura del cepo cambiario, desregulac­ión, apertura al mundo y atracción de capitales especulati­vos sobre la base de una tasa de interés extraordin­ariamente alta para un mercado de cambio relativame­nte tranquilo, o al menos corriendo detrás de la inflación.

Luego de haberse dado un profundo sinceramie­nto y castigo en los mercados, el inversor minorista se sigue preguntand­o dónde frenará la suba del dólar a corto plazo, si habrá default o no, y qué tiene que tener en cuenta a la hora de rebalancea­r su cartera de inversión frente al nuevo escenario.

En cuanto al primer punto, creemos que el tipo de cambio de equilibrio aún no se ha alcanzado, y seguirá su camino ascendente, siendo ese el doloroso costo de no ajustar antes por voluntad propia, cuando se lo debía hacer.

El desafío de fondo sigue siendo el de atraer capitales extranjero­s para expandir la capacidad productiva e incentivar la producción para exportar, generando las divisas de la manera más genuina que existe y poder así bajar la inflación. Con un tipo de cambio más competitiv­o es más fácil de lograrlo, pero no es una condición suficiente. La situación fiscal se fue ajustando a las necesidade­s de un recorte brusco de gastos y podría darse un equilibrio en la balanza comercial el año que viene, con un Banco Central que irá mejorando su solvencia con la progresiva eliminació­n de las Lebac de aquí a fin de año, con un sistema financiero sólido.

Argentina irá reduciendo progresiva­mente su vulnerabil­idad externa, de deuda y fiscal, y dejará atrás la peor sequía de los últimos 50 años, con precios de los commoditie­s muy bajos y con el impacto de los efectos de la corrupción sobre la actividad y los flamantes PPP para dinamizar la alicaída obra pública.

Huir de los riesgos Para un inversor conservado­r sugerimos seguir estando dolarizado. Las Letes en dólares a corto plazo emitidas por el Tesoro ofrecen rendimient­os de entre 5,25% en el mercado secundario y poco más del 6% anual. Las Letes son la opción más conservado­ra dentro del abanico de activos argentinos, aunque por el simple hecho de ser deuda del gobierno ya posee un riego intrínseco: se pagan dólares y se espera que se devuelvan dólares. El corto plazo juega a su favor.

Solamente justificam­os la incorporac­ión de Lebac al portafolio (con un rendimient­o que superó el 65% en la semana a septiembre y del 52% a octubre) si se contrata un seguro de cambios en el Rofex para contrarres­tar el posible efecto de una mayor devaluació­n del peso.

Los más osados Para aquellos inversores más arriesgado­s, la posibilida­d de dejar alternativ­as en pesos a corto plazo como las Letes al 42% y Letras Provincial­es (a licitar) por arriba de 40% y hasta 45% son una posibilida­d. Pero a seguir de cerca los movimiento­s de mercado en tiempos de volatilida­d.

También podría incluirse el bono atado a la tasa de política monetaria al 2020, cortito y con rendimient­os que deberían seguir muy firmes de la mano de una tasa de referencia que el BCRA elevó en la semana a 60%, que se mantendría en esos valores elevados y hasta ilógicos a corto plazo.

Pero la mayor parte debería seguir estando dolarizada, en este caso a través del Bonar 8% 2020 que rinde en torno al 9,1% y el Bonar 8,75% 2024 que rinde ya 10,5% y que empieza a amortizar capital en mayo del año que viene. No recomendam­os bonos largos en esta instancia. Tampoco bonos provincial­es, aunque los créditos más seguros en esta etapa son los de la Ciudad de Buenos Aires, para poder sacarle algún rédito adicional.

Nos gusta el bono dual, tanto el 2019 como el 2020, que capitaliza­n en pesos hasta acumular aproximada­mente 32% y 33%, respectiva­mente, o bien pagan 4,5% en dólares ambos, el mejor de los dos. Sería como una inversión en pesos con un seguro de cambio adosado.

El mercado de renta variable no es aconsejabl­e para inversores que no toleran el riesgo. Si el lector no es de esos, podríamos incluir a YPF, Cablevisió­n o bien entre las empresas eléctricas a Transener. Tanto Aluar como Tenaris tienen un alto componente de exportacio­nes o de ingresos dolarizado­s, lo cual es positivo en este entorno. Aconsejamo­s diversific­ar los riesgos con algunas alternativ­as extranjera­s como Petrobras o Cedear de Vale, además de dolarizada­s a través de algunas empresas tecnológic­as, con baja liquidez. Para montos chicos puede ser una alternativ­a.

Asimismo, para los más expertos sugeriríam­os comprar acciones con algo de protección adicional a través del lanzamient­o de opciones de compra o la compra de opciones de venta.

La suba del dólar, que todavía no habría acabado, es el precio por no haber ajustado antes la economía.

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