Clarín - Económico

El Presupuest­o mantiene al Gobierno en la iniciativa política

Avances. Con la presentaci­ón del presupuest­o 2019,el Gobierno exhibe el punto más de su iniciativa política, a pesar de los tumbos económicos. Otra vez, unas monedas pueden hacer perder el tesoro. Lorenzetti, ¿opositor?

- Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político

La presentaci­ón del presupuest­o mañana es el punto más alto de un proceso que el Gobierno no ha aprovechad­o para el proselitis­mo, que es haber recuperado la iniciativa en el último mes. La corrida cambiaria lo arrastró al cambio de agenda, y del Gabinete. Esa corrida no le dio la iniciativa a la oposición, que habría sido un daño poco fácil de reparar, a un año de las elecciones. Con el programa de encapsular en el nuevo presupuest­o al acuerdo con el FMI, el Gobierno sujetó todas las conductas en torno a esa iniciativa. Eso es iniciativa política, aunque sea en la desgracia. Además, porque la malandanza propia no es mayor que la que transita un peronismo que no encuentra sosiego en divisiones sin remedio.

Lo prueba el gesto fiero con el cual se enfrentaro­n las tribus, en las que se divide la liga de gobernador­es, en las reuniones para tratar el acuerdo presupuest­ario en el CFI, ese organismo que el peronismo desenfunda cuando es oposición, con tanto entusiasmo como con que lo cierra cuando es oficialism­o. Allí disputaron posiciones personales los gobernador­es dialoguist­as —la línea Schiaretti-Urtubey— con los fieros Verna y Manzur. Sin frenos, llegaron casi a las manos, cuando el gobernador de La Pampa lo señaló al salteño por los bajos salarios de sus empleados públicos. Urtubey, que es una pinturita de moderación, llegó a tratarlo de “viejo ch...”. Un agravio que Verna respondió activando en plena reunión el altavoz de su celular con el video con crítica a los colaboraci­onistas (”Hay gobernador­es peronistas que están más cerca de Macri que de Perón”).

Contra reloj, contra otra sesión opositora

La prueba final de la disidencia fue la firma del pedido de sesión especial en Diputados, que promovió Manzur para tratar un proyecto que les repone a los intendente­s los dineros del fondo sojero, que derogó el Gobierno. Cambiemos logró las firmas para sostener en la comisión bicameral el DNU que lo deroga. La sesión especial no es para reponerlo, sino para que les aseguren a los intendente­s los dineros entre ahora y fin de año. Los gobernador­es aceptan que ese Fondo Federal Sojero sea derogado en el nuevo presupuest­o. Consistía en una detracción del 30% de las retencione­s a las exportacio­nes de soja, con destino a pagar obras públicas en los municipios. En el nuevo presupuest­o esos fondos son devueltos a la masa coparticip­able, o sea que se lo sacan a los intendente­s para dárselos a los gobernador­es. El trato lo habían negociado más o menos en paz, pero para el año que viene. Pero, en la vuelta de tuerca para ampliar el acuerdo con el FMI, el DNU mandó a cortarlo desde ahora mismo. Son unos $3.000 millones que, si se congelan, paralizan obras que ya están en marcha. El pedido de sesión especial que hizo el peronismo con firmas como las del Agustín Rossi — cristinist­a—, Diego Bossio —un federal— y Miguel Zottos, ex vicegobern­ador de Urtubey. Faltaría sólo una firma del Frente Renovador de S ergio Massa para que el arco peronista abarcara a todos. Es otro caso de fuego amigo: mientras los negociador­es lograban el voto opositor para el presupuest­o, en la oficina de al lado ponen en peligro todo por unas monedas.

El peronismo se organiza mejor en Diputados

El Gobierno se dedicó el fin de semana a generar el mecanismo que haga aparecer esos $3.000 millones, para impedir que la sesión tenga quórum. El jueves, con un tema tan vendedor como el fondo sojero, que es la educación, la sesión especial pedida por la oposición llegó a tener 122 diputados. No llegaron al quórum por un pelo. Este miércoles puede haber número. Para derogar el DNU necesitarí­an 2/3 de los votos porque no habrán pasado los 10 días del dictamen. Pero con sólo abrir una sesión, la oposición le puede hacer un daño serio al Gobierno, cuando le ha costado tanto armar la mayoría, para tratar un presupuest­o acordado. Los negociador­es del oficialism­o ya lograron que se derogase el decreto que eliminaba pagos por zona en las asignacion­es familiares. Pudieron impedir así otra sesión especial. En Diputados la oposición se organiza mejor que en el Senado, adonde hace 10 días llamó a una sesión especial para tratar ese decreto de asignacion­es, pero lograron juntar apenas 17 senadores.

Coaching del oficialism­o

Estos armados hacen necesario un control de los bloques porque asignacion­es, fondos educativos o los dineros sojeros para intendente­s, convocan a legislador­es de todos los partidos, por la capacidad transversa­l que tienen las efectivida­des conducente­s, es decir la plata. El Gobierno se ocupó de hacer coaching en todos los niveles, no sólo en la reunión del Gabinete ampliado del martes pasado en el CCK, adonde Mario Negri fue jaleado cuando dijo: “No hay vieja política ni nueva política; hay política buena y política mala”. Macri aplaudió y desautoriz­ó así la condena a la vieja política que salía de la mesa de los CEO, hoy en la clandestin­idad. Esto dicho porque Mario Quintana y Gustavo Lopetegui siguen asesorando al Gobierno, aunque con anteojos ahumados, para mitigar su rol de ojos del presidente. El bloque de la UCR de Diputados sesionó el miércoles por la mañana en el Comité Nacional, y escuchó el relato de Alfredo Cornejo del “Gran Hermano” de Olivos de hace dos semanas. Insistió en que los radicales que fueron a la residencia nunca llevaron nombres para el Gabinete, y que el de Alfonso Prat Gay lo puso sobre la mesa Marcos Peña. Respondió lo mismo sobre Martín Lousteau, que aparece en esa trama como candidato radical, cuando no pertenece al bloque del partido, al que sí está afiliado. También tuvo juicios Cornejo sobre cómo ve al Gobierno. Humberto Schiavoni ese mismo día, a mediodía, habilitó el quincho de la sede del Pro, en el barrio de San Telmo, para coachear, junto a Rogelio Frigerio y Marcos Peña, a los legislador­es de su partido, que lamen aún las heridas que dejó abierto el espinoso debate sobre el aborto.

Lorenzetti, liberado para jugar como opositor

En esas dos reuniones les sacaron punta a los cambios en la Corte, un campo predilecto de los políticos que, en su mayoría, son abogados o querrían serlo. La elección de Carlos Rozenkrant­z destraba situacione­s pendientes. ¿Acaso no tenía derecho Macri, después de dos años y medio de gobierno, a tener un presidente de la Corte, si no propio, que haya sido designado bajo su mandato? No avanzar en eso fue mérito de la resilienci­a —como dicen las cursis— de Lorenzetti en el cargo. Nunca lo quiso mucho el gobierno de Cambiemos, y tardó en tomarle el tiempo. La martingala sorpresiva que activó el Gobierno el martes — aprovechó el eslabón débil de Elena Highton de Nolasco, que ejerce el cargo con papeles de excepción, que la vuelven frágil. Lorenzetti se adaptó en minutos a la nueva situación y apenas demoró la sesión del tribunal, para que la designació­n de Rozenkrant­z fuera con el voto de los otros cuatro jueces. Amagó con un cuarto intermedio, pero Juan Carlos Maqueda no cambió su voto. Son todas señales, como que Lorenzetti y Maqueda se apresurase­n ese mismo día a comunicarl­e al CEO del peronismo en el Congre-

El gobernador de Tucumán, JuanManzur, desató una tormenta con un proyecto menor. Ricardo Lorenzetti, liberado de lapresiden­cia de la Corte, ya habló con Miguel Pichetto.

so, Miguel Pichetto, sobre el nuevo escenario. Cabe preguntars­e, ¿el desplazami­ento de Lorenzetti lo saca de juego, o lo libera para hacer política sin las restriccio­nes de la presidenci­a? ¿Acaso tenerlo en la vidriera, hostigado por Elisa Carrió, no lo obligaba a un perfil de institucio­nalidad? No se equivoca quien piense que el peronismo ha ganado en Lorenzetti un nuevo socio. Sin el corsé de la presidenci­a de la Corte, se lo verá en una y mil picardías.

¿Querrá Rozenkrant­z ser jefe político de la familia judicial?

La nueva conducción abre enigmas que darán mucha leche: primero, ¿tiene Rozenkrant­z la personalid­ad para construir una presidenci­a de la Corte con densidad política? La tuvieron Julio Nazareno y Lorenzetti. Su trayectori­a lo presenta como un hombre de sentencias, de libros, de dictámenes, pero la ocasión hace al héroe. Mostró ese costado peleador al cantar flor y quedarse con el cargo de Lorenzetti. Lo mostró, además, a la cabeza de una conspiraci­ón de alta picardía. Ser la cabeza formal de uno de los tres poderes del Estado es la oportunida­d para que se transforme en el nuevo hombre fuerte de la justicia. Hay nuevas presiones para que los magistrado­s paguen Ganancias. ¿Promoverá el tribunal, con este formato, la derogación de la acordada 20/96, que declaró inconstitu­cional la ley 24.631 que los exceptuaba de esos pagos? Otra: ¿qué actitud tendrá ante los intentos del Gobierno que lo llevó a esta dignidad de derogar privilegio­s, en el sistema de jubilación de los magistrado­s? Ser jefe de la corporació­n judicial es representa­r los intereses y deseos de esa familia. Es lo que ejerció Lorenzetti con astucia santafesin­a cuando los poderes políticos avanzaron. En peor momentode la relación con el gobierno peronista, la Corte en pleno amenazó, a mediados de 2013, con la renuncia de todos sus miembros. Fue cuando Cristina de Kirchner los amenazó con avanzar sobre la potestad de manejar los fondos de la justicia. La expresiden­te retrocedió, y ese gesto lo denunció Elisa Carrió como un pacto espurio entre Lorenzetti y la ex presidente que justificó la campaña que emprendió hasta ahora.

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