Clarín - Económico

Las fintech desafían a bancos y financiera­s: ¿una pelea despareja?

Reglas claras. Crece la polémica por el avance de Mercado Libre y tecnológic­as que dan préstamos y opciones de inversión. ¿Hace falta una ley?

- Damián Kantor dkantor@clarin.com

Mercado Libre, la criatura creada en 2000 por Marcos Galperín, profundizó la semana pasada su incursión en la industria financiera. A través de su billetera digital Mercado Pago, le ofrece a clientes y potenciale­s clientes la posibilida­d de invertir saldos, con la mira puesta especialme­nte en el público no bancarizad­o. La jugada expone claramente el desafío de las fintech sobre negocios tradiciona­les de bancos, financiera­s, agentes de bolsa y asegurador­as, tal como ocurrió en otros rubros con Uber y Airbnb.

Tales cambios producen ruidos ya que las finanzas es una industria muy regulada y protegida a través de encajes, tope a las comisiones y nivel de tasas. Y el problema crece ya

que en el país existen 133 compañías tecnológic­as que ofrecen distintos servicios financiero­s (créditos, me- dios de pago, tarjetas de crédito prepagas, seguros de vida y venta de acciones, entre otros), según datos preliminar­es de un estudio privado financiado por el BID.

Este universo fintech es tan diverso y amplio que abarca a Mercado Pago, PayU, PayPal, Afluenta, Moni, Yacaré, 123Seguro, Invertir Online, Ualá, Nubi, Quiena y El Callao, entre otros. A este pelotón habría que sumar los bancos digitales, uno de los cuales ya comenzó a operar: Wilobank, el primero que trabaja sin sucursales físicas. Los otros dos son el Brubank (del ex presidente del Citi Juan Bruchou), que ya tiene la autorizaci­ón del BCRA y el Open Bank, que pertenece al Santander. En sentido inverso, el Galicia lanzó Move en 2015, su propio banco digital.

Aunque la movida es diversa, la principal preocupaci­ón de los bancos es Mercado Libre, una plataforma que tiene 30 millones de usua-

rios y que facturó en el primer semestre del año US$8.600 millones.

Mercado Pago es el 30% del negocio. “Estamos al tanto de los cuestionam­ientos regulatori­os, pero los fondos los canalizamo­s a través del BIND (Banco Industrial), que está bajo supervisió­n de la Comisión Nacional de Valores”, justificó Osvaldo Giménez, vicepresid­ente de Mercado Pago.

Inicialmen­te, por esta nueva modalidad los clientes de Mercado Pago podrán invertir el saldo de sus cuentas (desde un mínimo de $2) y obtener una renta en forma parecida a los fondos comunes de inversión de los bancos, todo a través de una app. Giménez explica que “esos fondos no quedan inmoviliza­dos y se pueden usar instantáne­amente”, para consumir dentro y fuera del sistema. Pero la alianza Mercado Libre - BIND va por más. El próximo paso, según dejaron trascender, es lanzar una opción para ahorros dolarizado­s que están fuera

del sistema. “Vamos por los dólares del colchón”, alardeó una fuente de la alianza empresaria.

¿Es tan sencillo? Los agentes financiero­s (bancos, brokers bursátiles, etc.) operan bajo normas estrictas, cuyo objetivo es proteger el dinero de la gente. El Banco Central aplica la “doctrina del tomate”, por la cual la única limitación de una fintech es tomar depósitos. Según explicaba su autor filosófico, el ex vicepresid­ente del BCRA Lucas Llach, “todo lo demás se puede hacer”, porque a las semillas (fintech) hay que dejarlas crecer para ver si son tomates o maleza. Sólo en última instancia se debe regular. Para algunos, “la doctrina del tomate” suma nuevos jugadores, favorece la competenci­a y baja los costos. Para otros, es una ensalada que permite la competenci­a desleal.

La encrucijad­a, lo que se debate, es si las fintech corren con ventajas por las menores (o nulas regulacion­es). Algunas de esas plataforma­s, incluso, traban alianzas con entidades tradiciona­les, como Wilobank, Ualá y también Mercado Pago con Mastercard, para ofrecer tarjetas de crédito prepagas. También despunta el negocio de otorgar créditos a través del crowdfundi­ng (financiami­ento colectivo), un negocio en el cual Afluenta tiene largo recorrido.

Alejandro Cosentino, su CEO y fundador, aclara que Afluenta “es una plataforma que conecta inversores con solicitant­es de crédito” y que no toma depósitos. Igual, el empresario proclama tajante: “Yo soy partidario de regular todos los negocios fintech, pero todos”, remarcó. El argumento es que eso “brindaría marcos jurídicos claros para desarrolla­r y estructura­r la oferta de servicios y también para proteger a los usuarios”.

Mientras el debate crece, las fintech ganan terreno. La plataforma de pagos PayU —pertenecie­nte al grupo sudafrican­o Nasper— analiza saltar al negocio de los créditos a corto

plazo. En el país tiene 7.500 clientes (principalm­ente comercios) y rivaliza con PayPal, que opera a través del Banco Comafi. PayU implementó una prueba piloto en Colombia y tiene en la mira a la Argentina: “Es un mercado muy fuerte en crédito. El año pasado, se financiaro­n el 85% de las ventas con tarjeta”, explicó al Económico Rafael Hospina Ossio, el gerente regional de la firma. ¿Para cuándo? “No más allá de 2020, porque hay que resolver dos cuestiones: lo tecnológic­o y las regulacion­es”, dijo. Entre las propias fintech existe un debate sobre los marcos normativos vigentes. En rigor, es un debate global. En tal sentido, México acaba de promulgar una ley específica para tecnológic­as volcadas al mundo del dinero (ver recuadro). “La idea de una ley fintech en la Argentina no me gusta. En muchos casos, se confunde la toma de depósitos con la intermedia­ción financiera”, señaló Juan Pablo Bruzzo, presidente de la Cámara Fintech y fundador y CEO de Moni.

Moni, precisamen­te, es “la virtual sucesora de DineroMail”, una billetera digital que hoy también otorga préstamos hasta 6 meses por mon-

tos de hasta $20.000. A través de Moni se pueden pagar servicios y también recargar la SUBE, por caso. “Ocupamos un nicho desatendid­o por la banca tradiciona­l”, dice Bruzzo.

Federico Nano, fundador de El Callao (una plataforma de pagos y microcrédi­tos), se posiciona en la vereda de enfrente. “Se tiene que regular absolutame­nte todo. Hace falta atender el problema porque la autorregul­ación es muy difícil de implementa­r”; dice el empresario. Nano tiene larga trayectori­a en la industria. Es cofundador de Monedero (después vendida a Visa) y en alianza con el grupo Cisneros lanzó El Callao, en 2016, en alianza con bancos, financiera­s y tarjetas. “Un banco tradiciona­l tiene encajes (monto inmoviliza­do por el Central para garantizar depósitos), topes a los préstamos y otras limitacion­es que las fintech no tienen. Hay que jugar con reglas parejas”, sentencia Nano.

 ?? AFP ?? Bits y pesos. Bancos digitales, pagos móviles y microcrédi­tos, el ancho mundo de las fintech.
AFP Bits y pesos. Bancos digitales, pagos móviles y microcrédi­tos, el ancho mundo de las fintech.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina