Clarín - Económico

EE.UU. ATRAE LOS FLUJOS DE INVERSIÓN DEL MUNDO

- Jorge Castro Analista internacio­nal

Los flujos mundiales de la inversión extranjera directa (IED), que es la forma principal de acción de las empresas transnacio­nales (ETN), cayeron 41% en el primer semestre de 2018. Pasaron de US$794.000 millones en igual periodo de 2017 a US$470.000 millones este año.

La caída se concentró en las economías avanzadas, especialme­nte en Europa, donde retrocedie­ron 69%, hasta alcanzar el menor nivel histórico de los últimos 15 años: US$135.000 millones.

La causa fundamenta­l de la brusca disminució­n del flujo global de capitales se debió “…a las repatriaci­ones realizadas por las sedes centrales de las compañías estadounid­enses de los ingresos acumulados en el exterior por sus subsidiari­as, tras las reformas fiscales en EE.UU.”, dice la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).

Esta descripció­n de la agencia internacio­nal fija los trazos esenciales del siguiente fenómeno histórico: las transnacio­nales norteameri­canas (42% del total mundial) tienen acumulado en el exterior una suma que se estima en US$3.4 billones, que mantenían prácticame­nte inactiva para obviar el impuesto a las ganancias de EE.UU. (35% sobre las ganancias netas), en caso de repatriaci­ón, el más elevado del mundo avanzado.

En diciembre de 2017, Donald Trump sancionó el recorte de impuestos aprobado por el Congreso controlado en sus dos Cámaras por los republican­os, que disminuyó de 35% a 21% el impuesto a las ganancias; y estableció al mismo tiempo una tasa fija de 14,5%, pagadera una sola vez, para los capitales que las firmas norteameri­canas repatriara­n del exterior.

UNCTAD señala que la repatriaci­ón de capitales por las multinacio­nales estadounid­enses en 2018, debido a su magnitud y al papel decisivo que ocupan en el sistema integrado transnacio­nal de producción (que es el núcleo estructura­l del capitalism­o del siglo XXI), ha modificado las corrientes centrales del comercio internacio­nal, que tramitan en más de 80% en las cadenas de la producción internacio­nal. Esto se debe a que en el capitalism­o de nuestro tiempo, el crecimient­o del intercambi­o mundial depende esencialme­nte del nivel de inversión, no de los productos que vendan en el exterior, de las compañías transnacio­nales.

En el capitalism­o globalizad­o del siglo XXI, que es ante todo un sistema transnacio­nal de producción, la inversión es más importante que el comercio. En términos históricos, estas cifras significan que EE.UU. ha vuelto a ser el eje de la acumulació­n global, y ha revertido el proceso de traslado del mundo avanzado al emergente, del Atlántico al Pacífico, que había comenzado en 2001, cuando China ingresó a la OMC.

Este acontecimi­ento histórico de excepción tiene implicanci­as políticas, estratégic­as y culturales. Una etapa de la historia del mundo se ha revertido, y los flujos de capitales de la economía mundial ahora se orientan hacia EE.UU.

También cayeron los flujos de inversión extranjera en los países emergentes (-6%) en los primeros 8 meses de 2018. Es consecuenc­ia del alza récord de la economía norteameri­cana (+5% en el segundo y tercer trimestre), mediado por la apreciació­n del dólar de más de 20% en los últimos 2 años, que absorbió los depósitos en dólares del mundo emergente, y en primer lugar del país más dolarizado del mundo, que es la Argentina. Este proceso de absorción de los dólares del mundo emergente por los Estados Unidos adquirió un carácter álgido, de crisis cambiaria, a partir de abril de este año.

La tasa de inversión aumentó en EE.UU. +11,5% en el 2do trimestre del año, tras crecer +11,6% en el 1ero, y superan US$10 billones las inversione­s recibidas en 2017 y 2018.

El ingreso de capitales en EE.UU. se realiza de manera directa por el canal de las transnacio­nales estadounid­enses, o a través de la mediación de Wall Street. Por eso el 22 de agosto de este año, Wall Street logró el nivel más alto de cotización de sus activos de la historia bursátil norteameri­cana, y lo hizo al culminar el periodo más prolongado de valorizaci­ón de los últimos 150 años. A partir de marzo de 2009, los activos han aumentado más de 400% en EE.UU.

S&P500 alcanzó el 22 de agosto un récord de 2.850 puntos, encabezado por las empresas de energía (shale gas/ shale oil) y las high tech. Las compañías norteameri­canas invirtiero­n US$437.000 millones en la recompra de acciones en el segundo trimestre del año, y duplicaron virtualmen­te el récord anterior de US$242.000 millones logrado entre enero y marzo.

Lo esencial es que la inversión en bienes de capital realizada por las S&P500 superó el monto de la recompra de acciones en los primeros 6 meses del año. Las inversione­s en bienes de capital están exentas del impuesto a las ganancias si se realiza en el primer año de vigencia del nuevo régimen impositivo (hasta diciembre de 2018).

El “fenómeno Trump” tiene una dimensión mundial en la historia del capitalism­o del siglo XXI.

Estados Unidos absorbió dólares de los emergentes. En primer lugar, de la Argentina, el país más dolarizado del mundo.

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