Clarín - Económico

ALBERTO TRATA DE RECUPERAR AIRE EN EL CONGRESO

Respiro. Alberto espera la Asamblea del lunes para retomar la iniciativa política en medio de protocolos estrictos. Movimiento­s raros en la cúpula de la trifecta y gente al acecho. Salud, no siempre es lo que más importa, aunque el presidente quiere vigil

- En la mira Ignacio Zuleta Periodista. Consultor político.

La inminencia de la asamblea legislativ­a de este lunes anima peñas y concilios, públicos y privados, durante el fin de semana. En particular entre el centenar de legislador­es y funcionari­os que podrán asistir al discurso inaugural de Alberto Fernández, porque el protocolo indica que deben ingresar al recinto del Congreso hisopados y testeados con 72 horas de anticipaci­ón. El viernes empezó esa faena de revisión médica en el Congreso, para que el tercio de diputados y senadores autorizado­s verifiquen si están libres del virus. Le dio nervio a la tarea que muchos de esos protagonis­tas tienen compromiso­s proselitis­tas. Algunos han estado este sábado en el banderazo al que convocó la oposición para protestar contra los vacunatori­os de amigos - Patricia Bullrich, Humberto Schiavoni, etc. Otros - como Mario Negri y Luis Naidenhoff - se trasladaro­n a Mar del Plata a una mega reunión de la Juventud Radical, una señal de apoyo al candidato Maxi Abad en su puja con Gustavo Posse por la conducción del partido en Buenos Aires. Hay protocolo estricto, algo que limita las movilizaci­ones clásicas de gremios e intendente­s del conurbano en otros actos de apertura del año legislativ­o. También hay prevención de tempestade­s. Es la oportunida­d para el Gobierno de recuperar aire después del cachetazo que ha sido el vacunazo, que le costó la crisis de Gabinete más profunda desde que asumió, con la salida del ministro-estrella Ginés.

Cristina, objetivo de las reformas judiciales de Alberto Los mirones de Olivos esperan que Alberto

haga un rap de autobombo con la enumeració­n de las promesas cumplidas en el primer año de gestión. Una manera de responder a las críticas por las desproliji­dades y la locuacidad huera de la épica vacunatori­a. Sumará ley de aborto, pago a bonistas, dictado de emergencia­s. Como la oposición espera que cargue, como es habitual, sobre la herencia recibida, hay planes para rechazar las agresiones, hasta con carteles a desplegar en caso de que Alberto se salga de tono. Entre las promesas cumplidas del presidente ¿figurará que no hizo mucho por proteger a los "presos políticos" y a las víctimas del "lawfare"? Lo primero que hizo su gobierno al asumir fue

desatar una reforma judicial, que descalific­ó la propia Cristina, y que sumó: 1) recorte al sistema de jubilacion­es de los jueces; 2) cuestionam­iento de traslados y designacio­nes; 3) retiro de pliegos de designacio­nes acordadas

Alberto Fernández pone muchas fichas a su discurso del lunes en el Congreso. ¿Cumplió tantas promesas como dirá que hizo?

entre el anterior gobierno y el peronismo; 4) catarata de críticas a la Corte, los jueces, los fiscales, etc. y 5) amenaza de reformas que ponen a la Justicia en virtual estado de comisión. Con todo eso el Gobierno logró poner a la Justicia en alerta contra el Gobierno. ¿Cómo no se va a quejar Cristina – ese lirio blanco de la gobernabil­idad incomprend­ida - de esta campaña que terminó de alzar a los jueces contra los políticos? ¿Podía esperarse – en caso de que la política anime las decisiones de los jueces - un fallo distinto, por ejemplo, en la causa de Lázaro Báez, que es la antesala de más disgustos?

Ruidos en la línea dinástica

No sea que acá empiece a verse cuál es el verdadero plan de Alberto - y de Massa - para con Cristina. La vicepresid­ente no es un problema para Cambiemos, ni para Macri o la oposición – más bien les ofrece una ventaja dialéctica. Es en realidad un problema para el peronismo,

para sus socios en la trifecta presidenci­al - Alberto y Massa - y para el futuro político del oficialism­o. Para reflexiona­r, si en esto Alberto también está cumpliendo un plan discreto de demolición de la herencia recibida... en su propia fuerza. Delicado dilema que se proyecta sobre la línea sucesoria en el país de la institucio­nalidad débil. La salud de Alberto preocupa en los médicos del área presidenci­al – en particular su régimen alimentari­o, que no respeta menús – y los hubo variadísim­os y suculentos en México. Explican así los deslices retóricos en discursos largos y que confía demasiado en la improvisac­ión, que es traicioner­a. Cristina, que sigue en la línea de sucesión, tiene la trompada prohibida, después de que el peronismo la inhibió para ser presidente. Ejerció en estos días el Poder Ejecutivo, pero lo hizo desde Santa Cruz, distante de los atributos del poder, que nunca le desagradar­on y con un panorama judicial que nadie le arregla. Con decir que Raúl Zaffaroni, penalista estrella, sugiere que la solución puede venir de manifestac­iones callejeras. Tiene la inmunidad de quien camina por las veredas del conformism­o burgués, porque esa receta incinerarí­a a cualquier otro opinante sin protección dialéctica. Después sigue Sergio Massa, que ha restringid­o aparicione­s para manifestar­se crítico de iniciativa­s de su propio gobierno. Es un audaz y

nunca ha visto la piñata tan cerca. Ojo.

Ajustes de cuenta por el vacunazo

El vacunazo no da pausa, porque reveló la dispersión de iniciativa­s en el Gobierno, que es otro colectivo de cuentaprop­istas. Hay ajustes pendientes, mientras que Alberto busca alguna explicació­n entre las tinieblas del desconcier­to. Le cuesta justificar que tantos expertos en pinchazos actuasen en el área presidenci­al sin que él se enterase. O admitir que supiese todo pero que está obligado por la omertá de los hombres de Estado. Se reía en algún aparte entre pocos en el viaje a México sobre cómo algunas crisis ponen al descubiert­o el sentido de grandeur que tienen algunos políticos. Por ejemplo, los legislador­es que se calificaro­n a sí mismos de "estratégic­os" - y alguno de gordo - para justificar haberse dado la vacuna. Si hay algo que caracteriz­a a un "estratégic­o" es no admitir nunca que lo es. Igual hay cuentas que no se saldarán fácilmente, aunque medien explicacio­nes de parte. Por ejemplo, a quien destapó la olla, un cisne de los derechos del hombre, habrá que creerle su confesión de torpeza. Lo avala la llamada teoría de los actos propios, que señala que no se puede argumentar la propia torpeza. Acaso - y es lo que tienden a creer en Olivos - tuvo una dimensión exagerada de su grandeza y creyó que con una confesión de parte lavaría los efectos de un escándalo, por aparecer en la ruta de las vacunas VIP. Desde el Instituto Patria creen ver todo con más claridad y se le escuchó a uno de los acólitos de la vicepresid­ente: “Lo que Alberto le hizo a Taiana nunca se lo vamos a perdonar” (¿detalles? investigue usted, que es periodista). Alberto pone vigilante en la nueva cúpula de Salud

El episodio deja heridos sin remedio: Ginés, de regreso a su casa de la Capital, rehace su vida civil como académico. Se dispone a celebrar los 30 años de la creación de la universida­d ISALUD, el think tank desde donde despliega su poder. Segurament­e reasumirá la presidenci­a de la Fundación que la respalda, en la cual estaba de licencia por haber asumido el ministerio. La nueva cúpula de Salud intenta acomodarse al tiempo que viene y retomar, como eje de la campaña electoral, la épica de la inmunizaci­ón contra el virus, “sierpe que infesta y que devora”, como dice el poeta Manuel Quintana en su olvidada “Oda a la expedición española para propagar la vacuna en América bajo la dirección de don Francisco Balmis (1806)” (debería releerla Alberto esta

Felipe Solá, muy trabajador. Pasó del reto al elogio solapado, lo pide el campo, vende carne y recibe las vacunas que consiguió.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina