Construcción, autos y motos, los motores del consumo 2021
Estímulos. Los bienes durables y los materiales se posicionan como refugio de valor. Dólar, salarios y la inflación, las variables que marcarán la agenda del año.
“La Argentina es un cubo mágico”, dice el consultor Guillermo Oliveto, para graficar las dificultades para trazar un pronóstico sobre el consumo en 2021. Si bien sectores clave como la construcción, autos, motos y electrodomésticos se perfilan para crecer, el especialista considera que hay numerosos interrogantes por despejar, como la posibilidad de que retorne la cuarentena: “No hay que subestimar la complejidad del año. Europa estuvo cerrada todo el invierno y eso puede ocurrir acá”, advierte.
Por ese motivo, todos los análisis son precavidos. En un año electoral clave, el Gobierno trata de estimular el consumo, con ciertas limitaciones. “Si se concretan las variables establecidas en el Presupuesto (28% de inflación, devaluación de 25% y recuperación salarial), el sector saldrá favorecido”, dijo al Económico Luis Galli, CEO de Newsan, uno de los principales fabricantes de electrónicos y electrodomésticos.
Un aspecto es que los bienes durables y semidurables (autos, motos, muebles y celulares, por ejemplo) se posicionan como refugio de valor para los sectores de ingresos medios y altos. “La clase media aprovechó las líneas de créditos blandos (Ahora 12 y Ahora 18, por ejemplo) y eso mejoró las perspectivas de esos sectores”, explica el director de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina.
El Gobierno, añade este economista, busca estimular el consumo “porque necesita que la economía llegue bien a las elecciones”, tras la contracción del 10% del PBI en 2020, el peor registro desde 2002. “Por las cuarentenas, el 40% de los rubros estuvo restringido, ahora el menú de gastos se amplió. El desafío por delante es que los créditos blandos se extiendan al resto de la población”, interpreta Sigaut. “No dudo que la intención del Gobierno sea que suba el salario para estimular el consumo. No me cabe duda; la gran pregunta es ¿va a poder?”, plantea Oliveto.
La falta de alternativas para ahorrar impulsan la industria del ladrillo. Eso no implica ausencia de dificultades, sobre todo para el mercado inmobiliario. El año pasado, en Capital se efectuaron 18.764 escrituras, lo que representa una caída de casi 44% con respecto a 2019. “Fue el peor año de historia”, sintetiza Germán Gómez Picasso, de Reporte Inmobiliario. Con respecto a 2021, el experto prevé “otro año malo”.
A modo de ejemplo, expone que en enero las operaciones interanuales repuntaron algo (1.619), “pero todavía están por debajo de la crisis de 2002”. La construcción, en cambio, viene presentando indicadores positivos, por el auge de refacciones, remodelaciones y pequeñas construcciones y ampliaciones, lo que produjo “una demanda atípica de materiales”, acota Gómez Picasso. Eso originó la escasez y “desabastecimiento de algunos insumos, como hierro, cemento, ladrillos, cerámicos y aluminio”, completa el titular de la Cámara de la Construcción, Iván Szczech.
El alza de la demanda se contrapone con la escasez de la oferta “por el parate de la actividad durante la cuarentena -dice Szczech-, por eso hubo faltantes de stock en muchas zonas del país”. De todos modos, el directivo destaca que con la flexibilización de las restricciones, “la industria se puso en marcha y en el último trimestre del año el consumo se ubicó por encima de los niveles prepandemia”.
Para este año, la construcción y los autos se perfilan para ser los grandes protagonistas del consumo, interpreta la economista Julia Segoviano, de LCG. La construcción edifica su buen pronóstico por “los costos en dólares están en niveles mínimos y además, este año contará con el impulso del Gobierno, a través de un mayor gasto en obra pública”.
Szczech coincide. Dice que la industria cuenta con dos motores: por un lado, la inversión pública (duplica el presupuesto del año pasado) y por el otro, el sector privado, que cuenta con “el costo del metro cuadrado más bajo de los últimos 40 años”. El directivo considera que el sector crecerá 20% este año, como mínimo, con la ayuda complementaria de la reciente ley de “blanqueo” de dinero sin declarar siempre y cuando se destine a nuevas obras.
Las cuarentenas en 2020 complicaron a casi todos los sectores, salvo los considerados esenciales. Tal el caso del consumo masivo, muy dependiente del poder de compra de los salarios. “El año pasado, los súper y los mayoristas fueron los grandes ganadores y fueron los que mejor aprovecharon las restricciones para circular, sobre todo en marzo y abril”, dice Javier González, de la consultora Nielsen. Sobre 2021, el especialista encoje los hombros: “Es una moneda al
“El costo del metro cuadrado de la construcción es el más bajo de los últimos 40 años, medido en dólares”, dicen en el sector.
aire, pero lo que pase en el primer cuatrimestre será crucial”, dice.
Autos y motos tienen un panorama más alentador, siempre y cuando las variables clave (dólar, inflación y financiamiento) se mantengan dentro de las proyecciones oficiales. “El año pasado finalizó con 342.000 patentamientos de autos, un 25% menos de los 460.000 registrados en 2019”, dice el titular de la ACARA, Ricardo Salomé. La caída, aclara, obedece a que “en abril y mayo prácticamente todos los concesionarios del país cerrados por la cuarentena”.
En la industria automotriz estiman recuperar este año los niveles prepandemia, “lo que significaría llegar a las 450.000 unidades”, agregó el directivo. En las terminales son más cautos y se conforman con cerrar 2021 con alrededor de 430.000 despachadas en el mercado interno. Segoviano, de LCG, coincide en que “la demanda de autos se incrementó sobre fines del año pasado y se mantiene firme, impulsada en parte por una brecha cambiaria que reduce el precio en dólares”.
No obstante, subraya que la escasez de dólares podría conspirar contra el sector altamente dependiente de los insumos importados. “La falta de divisas (el Gobierno daría el mismo cupo que en 2020, cuando la producción fue inferior) sumaría un peso adicional sobre la recuperación de la oferta”, interpretó la especialista. Hasta marzo, con la llegada de los agrodólares de la soja, el Gobierno tiene la pauta de “administrar la escasez” de divisas con trabas a las importaciones. “Los insumos para producir y los bienes de capital están garantizados”, prometen.
El año pasado se despacharon 265.260 motocicletas, lo que representa una caída de 17,3% con respecto a 2019. Aquejados por el cierre de los concesionarios durante la cuarentena, en el sector estiman finalizar el año con 315.000 patentamientos. “Mucha gente se acercó a la moto por la necesidad de utilizar medios alternativos al transporte público”, dice Salomé. También cuentan con el estímulo del Plan Mi Moto, que otorga créditos a tasas subsidiadas a través del Banco Nación.