Supermercados, tiendas y autoservicios, con pronósticos muy cautos
En un año atípico por la pandemia, el consumo masivo (alimento, bebidas, tocador y limpieza) experimentó abruptos cambios a lo largo de 2020. A partir de marzo y días antes del inicio de la cuarentena, la gente arrasó con las góndolas, lo que favoreció a los locales de mayor superficie. “Supermercados y mayoristas fueron los grandes ganadores”, resume Javier González, de la consultora Nielsen. El experto anticipa que éste será un año desafiante.
De todos modos, González considera que es posible que la demanda se recupere, según evolucionen las variables clave, como la inflación el poder adquisitivo y el abastecimiento de productos. “Este año es una moneda al aire, pero será clave lo que ocurra en el primer cuatrimestre”, dice, sin arriesgar pronósticos.
Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, considera que la cuarentena favoreció al segmento porque las opciones de gasto de las familias se limitaron. “El 40% de los rubros (entretenimiento, gastronomía, turismo, indumentaria y calzado, entre otros) estuvieron restringidos”. Ahora el menú se amplió, al menos si no retornan las medidas de confinamiento ante una eventual ola. Este economista cree difícil que el consumo masivo crezca este año.
Más en detalle, el canal tradicional (almacenes, autoservicios y comercios de cercanía) afronta un panorama más complejo. Gustavo Mallo, de la consultora Scanntech, subraya que si bien 2020 terminó igual que 2019,
“Los efectos de la cuarentena se apagan a medida que se levantan las restricciones, pero la transición es larga”, dice Abeceb.
“quedó lejos el veranito de consumo que se produjo al inicio de la cuarentena”. En los negocios más chicos se aceleró la retracción a partir del segundo semestre y enero de 2021 registraba una caída de 5,1%.
La pandemia introdujo profundas distorsiones en la guerra entre canales. “Los efectos de la cuarentena se apagan a medida que se levantan las restricciones, pero la transición es larga y el home office, por ejemplo, continúa”, opina Soledad Pérez Duhalde, de la consultora Abeceb. De todos, el desarrollo del eCommerce fue el que más creció y “las ventas online llegaron para quedarse”, añade.
Según Pérez Duhalde, el ritmo de la inflación marcará el pulso del consumo y en este sentido, “desde diciembre pasado la suba de precios se aceleró. En el GBA fue de 3,5% (la más alta en los últimos 12 meses) y en enero continuó elevada: 3,3%”, dijo.
En cuanto a las perspectivas para este año, la economista cree que podría registrarse una recuperación parcial de los ingresos de las familias por el retraso de algunos gastos, como servicios y alquileres. No obstante, aclara que “la estrategia electoral que apunta a impulsar el consumo y la mejora de la masa salarial se produce en un contexto con poco margen”, dijo.
Guillermo Oliveto, director de la consultora W, sostiene que “la pandemia impactó en forma desigual en los sectores. En algunos casos, como el consumo masivo, la cuarentena los favoreció. Y en la salida, algunos se recuperaron muy rápido, pero hay otros que todavía están esperando y la tienen muy difícil, como el turismo, la organización de eventos y todo lo que tiene que ver con el entretenimiento”, distinguió.
Este experto plantea que el gran interrogante es una posible segunda oleada de contagios, que obligue a tomar medidas de confinamiento. “Europa se cerró durante todo el invierno”, explica y por eso se resiste a formular pronósticos. “La Argentina es un cubo mágico”, dice, aludiendo a la fragilidad de las variables que impactan en la demanda. Un posible retorno a la cuarentena es un riesgo factible, pero Oliveto cree que las experiencias previas la condicionan.
“La buena noticia -subraya- : cuando los negocios abren la gente vuelve, y vuelve con todo”. La interpretación coincide con las estadísticas. En líneas generales, los entendidos creen que el repunte de las ventas en rubros como la indumentaria y calzado tiene que ver con la flexibilización para circular y el lento retorno a una “nueva normalidad”.