COMA INDUCIDO PARA EL CONGRESO
Pocas ideas. El oficialismo perdió sustento con el vacunatorio VIP y debe improvisar un nuevo programa. En Diputados, apenas reuniones por la baja de Ganancias que todos apoyan. El Senado, también a media máquina. Atacar a la Justicia nunca dio beneficios
La oposición entró en sintonía con el formato que el Gobierno fuerza para el año que se corona con las elecciones de octubre: coma inducido al Congreso y estridencia para la polarización. No le queda otro camino al oficialismo, que perdió plano de sustentación con la crisis de las vacunas y debe improvisar un nuevo programa para enfrentar al enemigo invisible de todos los gobiernos del mundo: el virus. Lo último que necesita es la vidriera insolente para sus debilidades en un Congreso de puertas y ventanas abiertas. Con el colapso de la épica vacunatoria -que iba a ser la principal herramienta para tomar la delantera en las elecciones -perdió el prestigio que había ganado la agenda sanitaria en la opinión pública (encabezaba las encuestas), y a su principal ministro, el comandante Ginés, generalísimo de todos los ejércitos. Perdió el año, a su equipo y tiene que rearmarse para enfrentar la derrota que le infringió la oposición. La anécdota insiste en la desprolijidad adentro, con la orgía del reparto de la droga y la frivolidad del fuego amigo. Pero la agenda de la peste y la cabeza de Ginés eran el blanco de la oposición desde hace meses. Y ha logrado su objetivo. El Gobierno se dispersa en ajustes de cuentas, los entornos más fieles del presidente braman por la debilidad en no defenderlo a Ginés, un amigo que después de todo se fue a la casa por atender pedidos para amigos de los amigos. Menuda grieta. Pero ojo, con el tiempo el alma criolla y gardeliana perdona estos “refalones afectivos”, para emplear una frase bergogliana.
Cristina cedió presencialidad en sesiones del Senado
Este estado mental y político explica que el Gobierno haya decidido congelar la tarea legislativa. En Diputados esta semana no tiene convocatorias a sesiones. Sólo largas reuniones informativas de Sergio Massa con tribus sindicales a las que el Gobierno les dará más facilidades para la baja del impuesto a las ganancias, un proyecto que nadie rechaza. En el Senado habrá una sesión este miércoles para designar jueces, con un protocolo manso. Cristina volvió a ceder ante la oposición y amplió, en un decreto del miércoles, la presencialidad de senadores en el recinto. Lo negociaron Humberto Schiavoni y Luis Naidenoff con José Mayans, y la vicepresidente puso la firma. La insistencia en el formato virtual, tan defendido por el oficialismo del Senado, fue el año pasado algo innegociable. Hoy pasó a figurar como otra de las batallas perdidas ante la opo
Alberto Fernández también cayó en la vieja trampa de atacar a la Justicia sin tomar en cuenta que la política nunca obtuvo réditos por esas querellas.
sición. Los años electorales son poco productivos en materia legislativa. La Argentina es, desde la reforma de 1994, un país semiparlamentario. Todo lo importante pasa por el Congreso y las sesiones se han convertido en tribunas para librar batallas que se pasan y se repiten por TV. ¿Cómo admitiría el oficialismo que se abra Diputados, para que la oposición le atice pedidos de informes y de interpelaciones al jefe de Gabinete o a la ministra Vizzotti? Los sacó de juego que hayan debido aislarse, pero sería una torpeza que el Gobierno le cediera luz y taquígrafos a una oposición que sigue colgada del alambrado festejado la crisis en la que se sumió el Gobierno. Esta oposición espera el momento para convocar a una sesión especial en minoría, para ocupar espacio y mortificarlo más aún al Gobierno.
Macri no teme amenazas de Alberto
Alberto y Cristina echaron mano del recurso de atacar al sistema judicial porque saben que es la forma de enganchar la atención de un sector del periodismo y también de la dirigencia. Las amenazas de comisiones y de querellas no pueden asustar a nadie. La colectividad política viene amenazando con purgas y razzias en la familia judicial desde hace más de 30 años. No han logrado casi nada y, por el contrario, se han convertido en una fábrica de rehenes, para que los jueces aumenten su poder. La estrategia de instalar esa amenaza de terror busca movilizar a la oposición en debates de callejón sin salida. Las reformas que quiere el Gobierno son tan caras, complicadas, y hasta enredan intereses cruzados que se anulan entre sí, que nadie apuesta nada por su sobrevida después de turno electoral. Ni les meten miedo a sus adversarios: la Corte se ha cansado de dictar sentencias contrarias al interés del peronismo gobernante. Tampoco intimidan a los políticos. Le preguntaron a Macri si estaba inquieto por la amenaza de una denuncia por el crédito del FMI. “Para nada”, respondió en sus oficinas de Olivos, adonde recibió a dirigentes durante toda la semana. La oyó a Cristina en su diatriba contra la Justicia en el caso dólar futuro junto a un senador de su partido. Habrá comprendido que los argumentos de ella contra esa causa son los mismos que servirán para desbaratar la que amenazó con promover Alberto quien, además, habló como si no supiera que ese tema ya está en la Justicia. No son temas judiciables, a menos que quieras empapelar a alguien para asustarlo o embromarle la vida. Pero no funcionó ni en las acusaciones contra los responsables del megacanje delarruista. Desvelos y gastos en abogados, sólo para darles tema a los locutores y demás charlatanes de electrodomésticos (lo son la radio, la TV, la computadora; se venden todos en locales de la línea blanca, Ahora 12, como las licuadoras y los secadores de pelo). También se muestra eufórico Macri cuando recuerda que tenía razón al decir que Alberto no era un dialoguista. Algo que le festejan los halcones de Juntos por el Cambio.
Reaparecen
Macri y Pichetto, de gira
Macri se desvela por otros formatos de campaña, como los que ensayaron antes Cristina, Elisa Carrió o los que fatiga Patricia Bullrich:
la campaña con un libro. Este fin de semana tiene que decidir el modo de presentación, dónde y con quién. Será el 18 de marzo en la Capital, en el acto público más importante desde que dejó la presidencia. Este semana, se le adelanta Miguel Pichetto y el sello Peronismo Republicano, con un lanzamiento que arriesga a ocupar una fecha emblemática del peronismo, el 11 de marzo, día de la victoria de la fórmula Cámpora-Solano Lima. La revisión setentista instaló que era el nacimiento de un peronismo insurgente – es lo que hace la marca La Cámpora, en la que se identifican los jóvenes viejos del cristinismo. Para el peronismo que alza el exsenador, es la fecha del retorno al poder de un Perón más republicano, que buscaba ampliar la base de su partido. El acto tendrá una asistencia de más de 500 dirigentes de todo el país y lo alberga Joaquín de la Torre, ex ministro vidalista, en el municipio de San Miguel. Llevan a otro nombre emblemático de aquel peronismo, Claudia Rucci, hija de José, el sindicalista asesinado por los Montoneros en represalia por la condena de Perón a que continuasen con la lucha armada. La liga de los republicanos puede agregar otro nombre, el de Juan Carlos Romero, que también ha fichado como republicano. Exagerada confianza en el efecto político del insulto
El descongelamiento electoral lo produce la Justicia, que ya ha mandado a decir que no le va a facilitar al Gobierno nada de lo que esté
Mauricio Macri descartó temores por las amenazas de juicios y presentará en sociedad un libro como formato, ya usado, de campaña en año electoral.