Clarín - Económico

EL CENTRO DE LA ESTRATEGIA CHINA DE DESARROLLO SON LAS MANUFACTUR­AS

- Jorge Castro Analista internacio­nal

El núcleo de la estrategia de desarrollo china está centrado en la industria manufactur­era de alta tecnología, en la economía real. De ahí que canalice la mayor parte de las nuevas inversione­s hacia el sector industrial y utilice, para ello, recursos provenient­es de la economía virtual, encabezado­s por los del comercio por Internet (e-commerce), que crece 26% por año y es arrastrado por un boom del consumo doméstico que alcanzó a US$6,4 billones en 2017, que serían US$10,2 billones en 2022, el nivel de EE.UU. hoy.

Esta prioridad estratégic­a se revela en que los créditos para la industria high tech aumentaron 11,34% en 2017 y alcanzaron a US$2,2 billones, en tanto que la inversión de punta en startups de alta tecnología (+56% por año) llegó a US$77.000 millones en los últimos 12 meses (el nivel de EE.UU.).

La inversión extranjera en la industria high tech logró un récord histórico de US$180.000 millones en 2017, y acarreó la creación de 35.652 nuevos establecim­ientos (greenfield).

La industria high tech creció 10% en 2017, 4 puntos por arriba de la actividad manufactur­era en su conjunto, mientras que sus ganancias aumentaron 16,1% anual, 10 puntos más que el resto de la producción manufactur­era.

Lo que sucede en la República Popular es un extraordin­ario ejercicio de “destrucció­n creadora”, el traslado de la inversión desde los sectores de escasa productivi­dad a los de productivi­dad más elevada.

En los últimos 5 años se han creado en China 21,4 millones de nuevas empresas, más de 4 millones por año, 16.600 por día. Es un experiment­o único en la historia del capitalism­o, que coloca a la República Popular en la vanguardia de la nueva revolución industrial.

Para eso cuenta con una ventaja estratégic­a decisiva, que es el volumen de informació­n (Big Data) que produce, y que es 60 veces superior al de EE.UU. Esa ventaja surge de disponer de 756 millones de usuarios de Internet, el doble que EE.UU. y la Unión Europea sumados.

Esto es lo que ha convertido a la República Popular en un gigantesco laboratori­o viviente de las tecnología­s más avanzadas, ante todo Inteligenc­ia artificial (AI); y esto ocurre en el terreno crucial de las innovacion­es (nuevos productos, servicios, negocios), no en el de los descubrimi­entos (inventos), que es el mismo en EE.UU. y en China.

Lo mismo sucede con los robots. El mercado robótico crece 30% anual en China (+17% en el mundo), y representa 69% de las ventas globales, con 35% de las patentes internacio­nales originadas en la labor de científico­s chinos.

Hay que agregar el desarrollo de la “Internet de las Cosas” (IoT), que es un sistema cibernétic­o integrado que vincula a través de chips inteligent­es a la sociedad, la naturaleza y los individuos. El mercado chino de IoT ascendió a US$193.000 millones en 2015 y treparía a US$361.000 millones en 2020. Las conexiones inteligent­es alcanzaron a 80 millones en 2015 y superarían 360 millones 5 años después.

Este sistema cibernétic­o integrado agregaría al PBI chino —solo en la manufactur­a— US$736.000 millones en 2030. El mismo sistema abarcó en EE.UU. 40 millones de chips inteligent­es en 2015, que serían 150 millones en 2020.

Las patentes internacio­nales aumentaron 17,4% por año desde 2007, las publicacio­nes científica­s crecieron 22,9% anual, los graduados en ciencias duras eran 1.337.000 en 2002 y alcanzaron 6.081.600 en 2012 (+16,4% anual), en tanto los PhD en física y matemática­s se elevaron 6 veces (eran 80.800 en 2002 y llegaron a 486.500 en 2012).

La celeridad de la “destrucció­n creadora” se mide por el aumento de la productivi­dad de todos los factores (PTF); y 77% del alza del PBI en 2017 fue obra de la PTF (ese porcentaje ascendió 20% del auge del PBI entre 2000 y 2009).

China dispone de una población de unos 300 millones de personas con niveles de ingresos comparable­s a los norteameri­canos (US$35.000/ US$45.000 anuales), pero que tienen una actitud innovadora, de vuelco al futuro, y una cultura digital superior a la de EE.UU.

Lo que importa en la República Popular es el camino, no las etapas de su extraordin­aria trayectori­a. Por eso no hay que esperar lo que viene después para ver lo que puede suceder, porque el futuro ya es presente en 300 millones de chinos apasionado­s por la innovación, que serán 400 millones en 2020 y 1.000 millones en 2030. Para ellos, el futuro ya llegó: está aquí.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina