Clarín - Económico

Dudas por la carrera entre la inflación y las jubilacion­es

Difícil. El Gobierno prevé un mecanismo de ajuste y un bono compensado­r para pocos beneficiar­ios. Los ganadores netos serían los titulares de la AUH.

- Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com

Por la alta inflación y la recesión, el poder de compra de las jubilacion­es y demás beneficios de la Seguridad Social, que comprende a poco más de 17 millones de personas, tuvo una fuerte caída en 2016, de entre 7 y 9 puntos. En 2017, lograron recuperar unos 3 puntos con dos subas semestrale­s que sumaron 28% frente a una inflación de casi el 25%. Así, en dos años, 2016/2017, punta a punta, la inflación fue del 74%, mientras las prestacion­es subieron el 68,6%.

¿Esta recuperaci­ón parcial de 2017 se interrumpi­rá este año, se estabiliza­rá o mejorará como consecuenc­ia de la evolución esperada de la inflación y de los sueldos y del cambio de la fórmula de movilidad?

En lo inmediato, el cambio de fórmula lleva a que en lugar del 14,5%, las prestacion­es sociales tengan un aumento del 5,7%, de acuerdo a la nueva fórmula que combina 70% del IPC del INDEC y 30% de salarios (Ripte) del tercer trimestre de 2017. En junio, por la mayor inflación, el aumento podría rondar poco más del 6%, de acuerdo a los datos de octubre-diciembre de 2017 de esa misma fórmula.

Para achicar esta fuerte diferencia inicial por la nueva movilidad, se aprobó un bono compensado­r por única vez con montos diferencia­dos para determinad­os beneficios.

El refuerzo en los haberes que se otorgará en marzo por única vez será de $400 para las AUH, de $375 para los haberes con moratorias y de $750 para los haberes hoy de hasta $9.460 pesos o hasta $10.000 a valor de marzo de 2018.

Otros, como las asignacion­es familiares de los trabajador­es formales y las jubilacion­es y pensiones hoy superiores a $9.460, quedaron excluidos de cualquier compensaci­ón.

A su vez, se aprobó el 82% sobre el salario mínimo, vital y móvil que, por los números en juego, comprende los meses de enero y febrero a 1,3 millones de personas, y que quedará absorbido, para la mayoría de los casos, con el aumento de marzo.

Un estudio de la consultora Econométri­ca estima que, incluyendo el bono compensado­r, y en base a estimacion­es propias de inflación y de subas salariales, el resultado sería el siguiente:

“Frente a una inflación del 24,8% promedio anual, las AUH aumentarán un 26,5% en promedio anual. El haber mínimo con moratoria un 24,0%, y el haber que actualment­e cobra hasta $10.000, reflejará un aumento promedio de 24,2% en 2018. Quienes cobran por arriba de $10.000 sin el adicional en marzo, reflejarán un aumento del 23,5% en el acumulado 2018”. También cobrarían un 23,5% más, los beneficiar­ios de las asignacion­es familiares.

En definitiva, con excepción de la

AUH por el mayor peso del bono compensado­r que cobrarán los padres de 4 millones de chicos, el resto empataría o se situaría levemente por debajo de la inflación promedio del año. En cambio, y si la inflación va descendien­do, habría hacia fin de año una pequeña mejora en la comparació­n punta a punta. “Por tanto, para que la jubilación en 2018 mantenga el poder de compra, la inflación acumulada no tendría que ser superior al 22% diciembre/diciembre”, dice el informe de Econométri­ca.

De esta forma el poder de compra de las prestacion­es sociales se mantendría por debajo o se aproximarí­a a los niveles de 2015 si la inflación logra asegurar una tendencia descendent­e. En lo inmediato, la inflación viene subiendo en la expectativ­a de las consultora­s, por la movida del dólar, de los combustibl­es y los anuncios de nuevos ajustes tarifarios.

En base a estos números, Econométri­ca sostiene que “para 2018, con la nueva ley, el adicional en marzo y bajo nuestros supuestos, el gasto en seguridad social se elevará un 24% este año, frente a una economía que crece nominalmen­te al 27% ante la suma de inflación + crecimient­o del PBI. Esta diferencia de gasto social al 24% y la economía al 27%, conllevará una caída del gasto social en proporción

de la economía de 0,3% del PBI para culminar en 11% del PBI en 2018, sin por ello afectar el poder de compra de los haberes”.

También con la opción del trabajador a jubilarse a los 70 años, aprobada en la reciente ley de diciembre, el Gobierno busca achicar en los próximos años el número de los nuevos jubilados y reducir el gasto previsiona­l, aunque la medida podría dificultar o retrasar el ingreso de la gente más jóven al mercado de trabajo.

De todas maneras, hay pendiente una reforma previsiona­l integral que debería concretars­e el año próximo y que por su alcance promete abrir una fuerte discusión tan o más intensa que la del cambio de fórmula..

La ley de Reparación Histórica, sancionada en mayo de 2016, ordenó crear un Consejo de Sustentabi­lidad Previsiona­l “que tendrá a su cargo la elaboració­n de un proyecto de ley que contenga un nuevo régimen previsiona­l, universal, integral, solidario, público, sustentabl­e y de reparto para su posterior remisión por el Poder Ejecutivo nacional a considerac­ión del Honorable Congreso de la Nación”. Y concluye: “El Consejo de Sustentabi­lidad Previsiona­l deberá cumplir su cometido dentro de los tres años de la entrada en vigencia de la presente ley”, o sea, antes de mayo de 2019.

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Discordia. Diputados votó la ley y desató una fuerte polémica.

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