Clarín - Económico

Crece la pelea entre el PRO y la UCR por Transener

Matiz. Para la UCR, mantener el control estatal en la transporta­dora es fundamenta­l. El PRO habla de controlar y dice que es un buen negocio vender las acciones.

- Cledis Candelares­i Especial para Clarín

El radicalism­o planea una nueva embestida contra la venta de las acciones estatales de Transener a través de una nota que alistó la Fundación Alem, flamante think tank radical,y amenaza con ello provocar una fisura seria en Cambiemos. A diferencia de la primera nota, que fue dirigida al ministro de Energía, Juan José Aranguren, esta segunda misiva sería enviada directamen­te la cúpula del PRO para forzar la discusión dentro de la coalición gobernante y reforzar “el carácter político” que tiene el intercambi­o epistolar en torno a esa privatizac­ión.

La cúpula radical hizo pública su resistenci­a a la venta de las acciones que Enarsa posee en la principal transporti­sta eléctrica del país mediante una nota fechada el 8 de enero, en la que consigna el presunto carácter estratégic­o que tiene aquella compañía y los beneficios que reportaría al Estado conservar en su patrimonio una firma que, tras la recomposic­ión tarifaria, da utilidades con perspectiv­as de ser incrementa­das.

El ministro la respondió con otra nota con fecha 15 de enero descalific­ando los fundamento­s para realizar ese planteo como errores técnicos y de concepto. Y, según recriminan los radicales, “a sólo tres días hábiles” el Ministerio emitió la resolución 11, dando instruccio­nes para avanzar en el proceso de venta, lo que los socios del Pro consideran como un desaire grave .

“Ante esta respuesta tajante del MINEM que no admite interpreta­ciones ambiguas, la UCR considera no satisfecha­s las inquietude­s planteadas en la nota de fecha 8 de enero y continuará con los pedidos de reconsider­ación hasta obtener las explicacio­nes y justificac­iones que den amplia satisfacci­ón a las inquietude­s planteadas”, reza el borrador que preparó la Fundación a cargo de Lila Puig de Stubrin.

El texto al que accedió Clarín todavía es motivo de discusión entre los correligio­narios, ya que no hay consenso cerrado para romper definitiva­mente lanzas con el macrismo, aunque sí acuerdo respecto a los contenidos. El gobernador jujeño Gerardo Morales estaría entre los renuentes al quiebre. Del otro lado, liderando la movida, está Jorge Lapeña, titular del Instituto Argentino de la Energía (IAE) y con un doble rol comprometi­do con este tema: es director de Enarsa y vicepresid­ente de Transener, en representa­ción del Estado.

Grietas oficialist­as Pero muestra una fisura real entre la UCR y el PRO, que en el área energética ya esbozaron divergenci­as profundas. Hay especialis­tas radicales que cuestionan la falta de datos sobre los beneficiar­ios del Plan Gas, programa de estímulo a los productore­s que creó el gobierno anterior y continuó éste con pulidos.

El propio Lapeña criticó éstas y otras formas de subvención a la oferta que refuerza el ingreso de las petroleras y, a través del IAE, advierte sobre el fracaso de la estrategia oficial en el rubro, ya que la producción de petróleo y gas sigue en caída.

La determinac­ión de vender la principal transporta­dora del país es parte de un plan oficial para desprender­se de activos energético­s hoy en manos de Enarsa, que se está reconvirti­endo. También se venderán varias usinas térmicas como Brigadier López, Barragán, Belgrano, Almirante Brown y otras, habilitand­o una controvert­ida capitaliza­ción de acreencias de generadora­s privadas.

Pero como aclara expresamen­te el borrador de la Fundación Alem, ese capítulo del desguace no sólo no genera resistenci­a, sino que es explícitam­ente avalado por la UCR. Pareciera que no es una cuestión de estatismo vs. privatismo sino de cierta inquina hacia esta operación en particular, fortalecid­a por la firmeza de Aranguren en sostenerla, algo que para la sensibilid­ad radical es, simplement­e, autoritari­smo.

El radicalism­o prevé insistir por escrito ante Humberto Shiavoni, titular del PRO, en su oposición, entre otras razones, porque “es un monopolio natural”… “controlant­e de Transba (transporta­dora de la provincia de Buenos Aires)” y porque el crecimient­o de las redes de alta tensión le darán posibilida­des de “un importante crecimient­o en sus ingresos” y hasta de participar en su construcci­ón de esas líneas.

En la nota de enero, firmada por la cúpula partidaria en pleno, se había referido a que la empresa está en con- diciones de “promover nuevos proyectos o desalentar su ejecución si no fueran estratégic­os para los accionista­s”. Entre éstos está Pampa Energía, que junto a Enarsa es dueña en partes iguales de Citilec, la sociedad controlant­e. ANSeS tiene el 19 % y el resto del capital está desperdiga­do en Bolsa.

Otra de las oposicione­s radicales se funda en que la empresa de Marcelo Mindlin tiene un reclamo pendiente en sede administra­tiva por los perjuicios que le habría ocasionado la pesificaci­ón asimétrica, de la que habría resultado que todos sus activos (también los de Edenor) tienen un menor valor, con implicanci­as en sus derechos tarifarios.

El ente regulador ya desairó a Pampa en su pretensión, pero la firma insistió ante la cartera energética por una millonaria compensaci­ón. A juicio radical, este planteo hace “inoportuna” la venta de las acciones en este momento, ya que la resolución del pleito administra­tivo incidiría en el valor de las acciones de Transener.

Hay diferencia­s de visiones drásticas. Para la UCR, se trata de una empresa “controlada” por el Estado, porque es quien más acciones posee: 46% (Enarsa, títulos de control, y ANSeS, clase B). Aranguren interpretó que de ningún modo es una firma “controlada por el Estado”, algo que vulneraría el marco regulatori­o, y destacó que la compra que Enarsa hizo de títulos en manos de Electroing­eniería en su momento sólo fue “una oportunida­d de negocio antes que una decisión de tipo estratégic­a”. Clarito.

Desde entonces, las acciones de Transener incrementa­ron su valor casi un 500%. Tanto por las buenas perspectiv­as que ofrecieron los ajustes tarifarios a todas las energética­s como por el correcto gerenciami­ento, siempre a cargo de los técnicos privados de Pampa a los que el propio Lapeña suele referirse con términos elogiosos.

Para la UCR, Transener está controlada por el Estado, porque tiene mayoría. Para Aranguren, es sólo un buen negocio.

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Por el país. Transener es operadora de la red nacional de transporte de energía eléctrica. Tiene casi 8.800 km de líneas de transmisió­n más 5.500 km deTransba S.A.

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