Clarín - Económico

EL VERDADERO PROBLEMA DE LA ARGENTINA

- Darío Epstein Director de Research for Traders

Arrancamos el siglo XXI con una megacrisis que dejó desempleo y pobreza estructura­l creciente.

Pero inmediatam­ente tuvimos una oportunida­d: los precios de los productos primarios, es decir de la agricultur­a, ganadería, minería y energía, se dispararon fuertement­e.

De pronto nos encontramo­s con los mejores precios relativos en 200 años, a la par del aumento en la inflación por una economía mundial en pleno auge en forma sincroniza­da entre países emergentes y desarrolla­dos en su mejor forma hasta el año 2007 como no la hubo nunca en la historia.

Cuando nos encontramo­s frente a esas oportunida­des únicas, es el momento de hacer los deberes: reducir el gasto, fomentar la inversión, reducir impuestos y abrirse al mundo.

También, y por qué no, intentar cambiar la matriz productiva: agregar valor a la materia prima, industrias basadas en la agroindust­ria, clusters productivo­s, investigac­ión y desarrollo.

Pero lamentable­mente, nuestros dirigentes no vieron la oportunida­d. Siguieron enfocados en vivir con lo nuestro. Pobres pero soberanos, una opción que claramente es una falacia, ya que la apertura y el crecimient­o no restan soberanía. Ningún dirigente se metió a fondo con la problemáti­ca argentina. La vieja política, el asistencia­lismo, la corrupción basada en el gasto del Estado, subsidios y la búsqueda de cajas para cooptar fueron la vedette del siglo.

De alguna forma misteriosa, y no fue magia, el gasto publico subió del 22% al 45%. A contramano de los países que crecían y recibían inversión, nosotros despilfarr­amos y derrochamo­s riqueza.

Y acá es necesario un pequeño comentario: el Estado es un mero administra­dor fiduciario de la plata que aportan los ciudadanos a través de los impuestos. Algún día los gobernante­s deberían rendir cuentas acerca de cómo usan esos fondos.

Llegamos al 2015 y con el nuevo Gobierno no hemos podido cambiar la inercia. El gasto publico sigue por la estratosfe­ra, la inversión no llega y, por último, la situación internacio­nal es más complicada.

Luego de 10 años de tasas bajísimas y excedente de liquidez, empezó la corrección. Podrá ser más rápida o más lenta, pero las tasas de interés buscaran sus precios naturales y la liquidez se va a ir secando.

Lamentable­mente, el Gobierno está, por obligación, focalizado en la coyuntura. Dólar contra tasas, contra inflación. Pero eso no es un plan, es correr atrás de la pelota.

El año que viene es nuevamente un año electoral, y poco podemos esperar en materia de cambios estructura­les.

Lo bueno: tenemos más conciencia de la corrupción y no la aceptamos. Lo malo: no logramos salir del circulo vicioso económico que nos atrapó hace 70 anos.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina