Clarín - Mujer

Mi casa es un caos

Desordenad­o. Así se define y también así describe a su mujer. El conductor pone su vida privada bajo la lupa sólo para reírse de sí mismo. Está fascinado con ser padre, dice que sus hijos lo sorprenden todo el tiempo.

-

Es como si nos hubiéramos visto ayer, llego al lugar para almorzar juntos, y ahí nomás, sin que yo le pregunte nada, empieza a contarme. Es un problema cuando el trabajo te da placer, tomar distancia y separar. Yo me divierto trabajando y Dalia también. Segurament­e sabrás de lo que te estoy hablando, cuesta tomar distancia. A mí me gusta mucho estar solo, tengo un estudio donde voy a trabajar: escribo y ensayo, miro películas. No tengo una agenda rígida, pero pensé en tenerla. Porque si no, me vuelvo un poco loco. Como pareja nos la rebuscamos para tener nuestro tiempo. Tenemos dos abuelas muy presentes que nos facilitan las cosas. Y Fabi, que trabaja en casa desde hace cinco años y es una de las personas que más quiero en el mundo (risas). Todo eso nos permite vivir. Me las rebusco. Siempre. Somos muy desorganiz­ados, los dos, mi mujer y yo, es tremendo.

¿Cómo es tu casa? Es Kosovo. Hoy es Crimea. Un caos. Santa Fabi entonces. A veces con Dalia tratamos de ser un poco más ordenados, llevar los juguetes de los chicos para un lado. Pero se nos complica. Te juro que es una incapacida­d que tenemos que no podemos superar.

Es curioso que les pase a los dos. Dalia dice que es porque los dos somos los hermanos menores. ¿Vos pensás que puede ser? Me parece que más que teoría es como un consuelo. Pero nuestro hijo menor, Federico, es el más ordenado de la familia. Tapa las gaseosas. Dalia no las tapa y deja las puertas de las alacenas abiertas. Eso me vuelve loco. Quiero que Dalia se entere de eso.

Ya lo sabe. No lo sabe. Se lo dije, pero no me escucha, entonces voy y cierro las alacenas. Sale del baño y deja la luz prendida. ¿Por qué no cierra las alacenas?

Es raro que no se lo hayas preguntado nunca. Es la psicología del hombre. El hombre evita el conflicto. Tal vez si se lo pregunto, tenemos una discusión que no tengo ganas de tener. Y segurament­e ella va a tener otros argumentos y me va a decir que yo hago tal y tal cosa. Ella siente que se lo voy a echar en cara. En las parejas hay tensiones. Pero hay diferentes maneras de preguntar. Le podés decir: ¿Vos dejás abiertas las alacenas por algo?

(Risas). Ahí va a pensar que la estoy boludeando.

¿Siempre va a pensar mal? Sí. Deja la luz prendida. No le digo nada. Voy y la apago, pero espero que ella vea que la estoy apagando. Es un tema tabú en la pareja. No se toca.

¿Tampoco le preguntast­e por qué no apaga la luz? El otro día llegué tarde del teatro, dos y media de la mañana, y estaban todas las luces prendidas. Todos dormían. Y apagué las luces. Nos estábamos peleando por otra cosa y yo saqué esa carta (risas). El matrimonio también es guardar cartas para el momento de la discusión. La mujer es más hábil e inteligent­e para discutir.

¿Por qué cosas pelean? Por las cosas micro. En los temas grandes nos llevamos muy bien: cómo educar a los chicos, cómo queremos vivir la vida. Nos gusta hacer cosas parecidas, los mismos libros y películas, pensamos parecido.

¿Les gusta estar juntos? Esa es la clave. Nos gusta estar juntos. Nos divertimos. La pasamos bien. Nos burlamos del otro con humor, nadie se ofende. Me dice pelado. Cargamos a la familia del otro. Nos reímos. El día a día es el problema.

La convivenci­a. Tal vez. Hay que negociar todo el tiempo. Necesitamo­s un manager de la vida.

Y ella, ¿de qué se queja? De las mismas cosas de las que me quejo yo de ella: del desorden. Nunca entendí a la gente que se queja del desorden del otro, ¡es un tema tan menor! Estoy llegando a la conclusión de que como no nos peleamos por muchas cosas, nos agarramos de eso. De hecho vivimos en el desorden. Debe ser para descargar. Para decirle algo al otro. Para que no esté todo tan bien.

Si te irritara mucho no estarías feliz con ella. Y viceversa. Hoy se lo digo. Le voy a decir que hablé con vos y le voy a sacar tema de conversaci­ón con eso. Me va a preguntar cómo te vi, si hay chimentos del canal o si me contaste algo (risas).

Salvo que se diviertan. Nos divertimos compitiend­o a ver quién tiene razón, tratando de encontrarl­e el defecto al otro. Y ni siquiera son defectos, cosas tontas. Ella es muy graciosa, está muy loca. Me hace reír. Actuamos mucho con nuestros hijos. La nena es una payasa hermosa que ya tiene personajes propios, hace bailes, coreografí­as, cosas raras con la cabeza y los pelos. Mi casa es como un teatro. Todos actuando. El nene imita mucho a la nena. Alguien grita y él grita. Nos reímos mucho y es divertido. Estoy descubrien­do de nuevo tener un hijo de dos años. De seis años está buenísimo también, pero ella ya encuentra opciones que le gustan más que estar conmigo, como estar con una amiga. Y el nene quiere estar conmigo. ¿Cómo manejás los tiempos entre el trabajo, la pareja y los chicos? A la radio llego a las 5, serán 5 o 6 horas. Teatro una vez por semana, los viernes, pero relajado. Hice en TBS El mundo desde abajo, con mi compañera Julieta Pink. Ya salió la primera temporada, ahora está por salir la segunda para toda América Latina. Fueron dos meses furiosos de grabación, la apertura con Marcelo Tinelli. Vamos viendo.

¿Qué hacen con Dalia cuando tienen tiempo? Vamos a comer, parece poco pero es un montón. Sin tener que ir corriendo a los pibitos por el restaurant­e, sin que se caiga una gaseosa sobre la salsa de los ñoquis. En los restaurant­es ahora hay espacios con niñeras pero no sé si dejarlos ahí. Por eso vamos a comer solos. Tomamos un vino. Vamos al teatro, al cine. Lo que no hicimos todavía es tener sexo (risas). No hicimos viajes sin los chicos todavía. Me parece que cada uno hace lo que puede.

¿Van a tener más hijos? Mirá si te digo que no y después tengo uno y cuando es grande googlea y descubre esto que yo dije. Hoy te digo que no, pero nunca se sabe.

¿Y Dalia qué dice? Lo mismo. Los primeros meses son bravos, no hay vida. Y Dalia es una chica activa, le gusta hacer cosas, trabaja, piensa, actúa. Y, además, tenemos dos. El día del nacimiento de Fede pensé que podía tener 15 hijos más, la felicidad es absoluta. Después de los primeros seis meses decís que estás mejor así. ¿Y vos eras tan activo como ella durante los primeros meses de crianza? Estoy represente. En el pañal, en la cosa concreta, estoy. Los visto, los llevo al jardín, me gusta hacerlo. Con los pibes estoy. Hay épocas que Dalia esta más con Kiara y yo con Fede. Estoy notando diferencia­s entre la nena y el nene, sobre comportami­entos. Cuando Dalia y Kiara empiezan a cantar, a bailar y a gritar, yo lo agarro a Fede y nos vamos a caminar juntos. Busco paz con él. Los dos solos. Tranquilos. Tenemos nuestros diálogos, difíciles, porque él no habla mucho a los dos años, pero nos comunicamo­s. Son espacios de varones. Pero las nenas son lo máximo. Kiara me dice frases espectacul­ares. El domingo íbamos en el auto y me dice: “Papi, ¿me explicás cómo es lo del conflicto de Malvinas?” (risas). También me dijo que no quería ser famosa, porque no quería que todos la amaran. En las vacaciones me pedían fotos y ella le decía a la gente que sacara fotos a los lugares, no a desconocid­os, que no tenían derecho a pedirle una foto a su papá. ¿Qué te enamoró de Dalia cuan

do la conociste? Además de que me parecía linda, nos divertíamo­s, me gustaba estar con ella. No me imaginaba todo esto: la convivenci­a, los hijos. A mí me gustaba ella, el aquí y ahora, me parecía linda. Ella tenía un novio, ese era un problema. Hoy Dalia viene al estudio y hacemos lo que ya no podemos hacer en casa. Son como las visitas a los presos (risas). No es así, es un chiste.

“Mi objeto favorito es el micrófono”

 ??  ?? Pareja. ”Mi mujer y yo somos muy desorganiz­ados. Tremendo. Pero la pasamos bien, nos gusta estar juntos. Nos divertimos”.
Pareja. ”Mi mujer y yo somos muy desorganiz­ados. Tremendo. Pero la pasamos bien, nos gusta estar juntos. Nos divertimos”.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina