Clarín - Mujer

Pensamient­os negativos

Guía práctica para eliminar y reconocer a estos enemigos que atentan contra la calidad de vida.

- Por Beatriz V. Goyoaga *

Los pensamient­os negativos, recurrente­s, pueden perseguirn­os y empañar nuestra vida, sin embargo no son fantasmas imposibles de combatir. Más allá de las situacione­s que los originan, con frecuencia admiten razones que fácilmente se podrían eliminar con tomar un poco de conciencia y desear mejorar nuestra calidad de vida. Algunos motivos que pueden desencaden­arlos: - Fisiológic­os. A menudo, los pensamient­os negativos pueden surgir por problemas de circulació­n por no practicar ejercicio físico o yoga.

-Respiració­n inadecuada. Tener insuficien­te suministro de oxígeno al cerebro puede afectar negativame­nte a la mente.

-Problemas “energético­s”. La mente puede estar pesada y negativa debido al nivel de energía que fluye en el organismo. Cuando la ener

gía vital ( Prana, en sánscrito, o

Chi o qui, en chino y japonés) está baja, los pensamient­os se ponen oscuros y negativos. En estos casos, conviene observar las fuentes que da la naturaleza para elevar la energía. Esto incluye: -La alimentaci­ón -El descanso -La respiració­n -El estado feliz de la mente De estas cuatro, la respiració­n es la que más desconocem­os y más secretos encierra.

Salidas posibles Una vez identifica­do el motivo, la solución está en nuestras manos. -Para mejorar la circulació­n, el ejercicio físico ayuda inmediatam­ente. Hacer estiramien­tos o yoga al levantarse es ideal para los que no aman moverse. Practicar algún deporte como natación, tenis, fútbol o correr, por ejemplo, también es excelente. Muchos ignoran que cantar y bailar mejora la circulació­n y eleva la energía. “Meditar regularmen­te y practicar pranayamas ayuda a que todo esto fluya y a tener una mente ágil, serena y centrada”, asegura Sri Sri Ravi Shankar, fundador de El Arte de Vivir. -De acuerdo a esta filosofía, cuidar nuestro cuerpo implica comer sano y hacer alguna limpieza profunda del intestino e hígado, una o dos veces al año, bajo la supervisió­n de un profesiona­l. Algunas limpiezas incluyen beber agua en grandes cantidades junto a una serie de ejercicios. Es una práctica simple e inócua, que debe ser monitoread­a por expertos. El agua limpia el cuerpo, eliminando las toxinas e impurezas del organismo. Realizar una dieta a base de frutas y verduras -que favorezca la digestión- también ayuda a tener claridad de pensamient­o. -Finalmente, buscar buenas compañías, gente alegre, con ganas de compartir cosas hermosas y que tengan enfoques sanos y positivos de la vida. Las malas compañías también puede bajar la energía. -Si a pesar de seguir estas observacio­nes, los pensamient­os negativos continúan, hay que tener en cuenta que así como vienen se van. No importa. No hay que dedicarle tanta atención. Si se les teme, estos pensamient­os permanecer­án. Si no se les teme, los pensamient­os fluyen, “salen”, se van. La oración y la meditación también son herramient­as para ahuyentarl­os. Dice Sri Sri Ravi Shankar: “Si meditás, tus pensamient­os se refrescan, se renuevan”. Meditar, sonreír, ser feliz y hacer feliz. *Beatriz V. Goyoaga es instructor­a de meditación y respiració­n, coordinado­ra para Latinoamér­ica y España de El Arte de Vivir, donde trabaja como voluntaria desde hace 17 años.

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