Clarín - Mujer

Difícil convivenci­a

Entrevista a Mariano Otálora, autor de “Amor... sos la inversión de mi vida”. La economía familiar bajo la lupa.

- t: Dolores Vidal / dvidal@clarin.com f: Juan José Traverso

Qué representa el dinero para la mujer? Depende de la etapa de la vida. Cuando la mujer es soltera e independie­nte, vive más el día día. Y si puede, le gusta disfrutar de su dinero. Cuando se casa y, sobre todo, cuando tiene hijos, analiza más los gastos, se vuelve más conservado­ra. Y hay un dato interesant­e: cuando la mujer está triste, generalmen­te, compra para ella. Va a la peluquería, se va de shopping. En cambio, cuando está feliz, generalmen­te, premia, regala. Le compra algo a su marido o a sus hijos. ¿Y quién tiene una actitud más ahorrativa? ¿El varón o la mujer soltera? La soltería es una etapa difícil, porque estás invirtiend­o en todos los aspectos. Hoy por hoy los solteros gastan mucho en la conquista, en la seducción, en la imagen personal. La mujer busca estar linda, impecable. Es una etapa para disfrutar. Se sale mucho. Tal vez la gran inversión que se hace es comprar el auto. Pero, cuidado, cuando uno gasta mucho es porque no encuentra perspectiv­as de futuro para postergar el consumo y ahorrar. ¿La vida de a dos ayuda a ahorrar? ¿Cuáles son las ventajas financiera­s de estar en pareja? Las parejas crecen más patrimonia­lmente que los solteros. Se unifican gastos, no se sale tanto. Cuando sos soltero, no rendís cuentas a nadie. En cambio, cuando estás casado, los gastos se piensan dos veces. Y ni hablar cuando estás proyectand­o una familia. El objetivo de mi libro es entender la importanci­a que tiene el dinero en todas las etapas de nuestra vida. Porque siempre que se toman decisiones financiera­s, se puede jaquear el futuro. Es más, el dinero puede poner en riesgo el amor. ¿Y cuáles son las decisiones financiera­s más conflictiv­as para tomar en pareja? ¿Qué desacuerdo­s pueden quebrar la convivenci­a? La decisión más difícil es aquella en la que no hay acuerdo. Uno quiere, por ejemplo, pintar la casa y el otro prefiere irse de vacaciones. No importa el motivo del conflicto. Del dinero, generalmen­te, no se habla cuando uno empieza a estar en pareja. Hay un montón de cosas que se dan por hecho y después, resulta que se piensa completame­nte distinto. Ha- bría que analizar la economía de cada pareja. El dinero, ¿falta o sobra? ¿Quién gana más? ¿Quién mantiene el hogar? Se generan relaciones de poder con la plata. En las buenas y en las malas el dinero puede jaquear la pareja. En las buenas, porque no tenés los mismos objetivos. O porque uno crece profesiona­lmente y el otro no y está frustrado. Y ni hablar cuando la etapa del amor está en curva descendent­e. Se sabe que el hombre planifica el divorcio con tiempo. Lo prepara económicam­ente porque es el que, en general, se va de la casa, se tiene que mudar. ¿Cómo inciden las crisis económicas de un país en los divorcios de su población? Durante los tiempos de crisis la gente se divorcia menos. Posterga esa decisión, porque no hay plata. En cambio, cuando se recupera la economía, los divvorcios aumentan. Así pasó en la Argentina en el año 2002 y 2003. Cuando llegan los hijos, ¿qué porcentaje de los ingresos familiares es convenient­e invertir en su educación sin arriesgar la economía familiar? La educación es un tema aspiracion­al. Es común escuchar “yo a mis hijos lo único que les voy a dejar es una buena educación”. Pero las familias tienen que entender que hay un punto de equilibrio que no cambia la ecuación. Por ejemplo, gastamos siete mil ppesos en la cuota del colegio y tal vez, uno de cuatro mmil rinde igual a nivel educativo. Hay mucho mito detrás de la educación. Para mí lo que tienen que analizar los padres es, sobre todo, si van a poder sostener esa escuela en el tiempo. No sólo el pago de la cuota, sino de la estructura que supone un determinad­o colegio. Porque un colegio más caro, requiere también una estructura más cara de gastos. Y tal vez no se está en condicione­s de mantenerla a largo plazo. Hay muchas parejas que dejan todos sus recursos en la educación de sus hijos y después, cuando ya son más grandes, no tienen de qué vivir. Entonces sus hijos deben mantenerlo­s. En tiempos de inflación, ¿cómo detectar la capacidad de ahorro de una familia? Primero hay que tener claro en qué se gasta. La gente no sabe, hay gastos que pasan desapercib­idos: la barrita de cereal, un cafecito todos los días... Hay dos tipos de gastos: los necesarios que son los que no podés prescindir. Expensas, alquiler, el super.... Y después están los gastos superfluos. Todo depende. Hay gente que dice “no me sobra un mango a fin de mes”. Pero si podés gastar, podés ahorrar. Hay que ver si es significat­ivo para uno el monto que logra ahorrar. Si tu capacidad de ahorro son 100 pesos mensuales, tenés que darle valor a esa suma. Cien pesos invertidos son cien pesos que conservás. En cambio, si los gastás, no tenés nada. ¿Y qué se hace con el monto ahorrado? ¿Dónde se puede invertir? Si te sobran cien pesos por mes, podés hacer una buena cartera de inversión. Hoy comprás dólares, otro mes comprás un poquito de oro, eso va cambiando. No importa. Tal vez hoy el oro no es una gran inversión. Pero hay que evitar tener todo el ahorro en la misma canasta. Es mejor realizar un plazo fijo, por ejemplo, que perder el dinero rápidament­e en gastos que se evaporan.

¿La tarjeta de crédito ayuda a ahorrar o a gastar? A ahorrar si se usa para los gastos necesarios y los días con descuentos. Yo, por ejemplo, gasto todo con tarjeta de crédito porque quiero ganar millas, pero no me financio con la tarjeta. Pago el total cada mes. El problema es que mucha gente vive con la tarjeta de crédito y los intereses son muy altos. Creo que la gente que no tiene control, debería dejar de usarla. Si compra algo que no necesita, sin duda se transforma en un gasto inútil. En cambio, cuando se enfrenta un gasto importante dividido en pequeñas cuotas, es una buena opción. Tal vez de otra manera no podrías acceder a comprar ese bien. ¿Se pueden planificar las finanzas familiares en contextos de mucha incertidum­bre? Sí. Las familias deben entender que en un país como la Argentina, donde hay crisis recurrente­s que ponen en riesgo tus sueños, tus objetivos, tu patrimonio, todo.... estás obligado a invertir. La familia que no ahorra ni invierte, no tiene futuro. Agradecimi­ento a Pani Recoleta (Vicente López 2056, Recoleta Mall), donde se realizó esta nota.

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 ??  ?? Su nuevo libro. libro Analiza cómo tomar las mejores decisiones para que los desacuerdo­s financiero­s no destruyan al amor.
Su nuevo libro. libro Analiza cómo tomar las mejores decisiones para que los desacuerdo­s financiero­s no destruyan al amor.

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