Clarín - Mujer

Entre mujeres

Analía Maiorana posa con sus hijas Lola y Malena y su mamá Norma. Además hablan de todo: la moda, las redes sociales y la familia ensamblada.

- f: Gabriel Machado / t: Carla Rodríguez / p: Fabián Medina Flores / i: Jazmín Devizzi

LLa primera en llegar al estudio de Gabriel Machado es Norma, espléndida a los 70 y pico y dueña de una belleza muy natural. Al rato llega Analía (43) con Lola (17) y Malena (12), sus hijas, y dos pedidos especiales que le hizo el fotógrafo, que conoce las habilidade­s de esta familia: budín de banana y torta de manzana, todo cocinado por las chicas. Nada mal para comenzar la producción en un día lluvioso. Fabián Medina Flores las invita a visitar un perchero con decenas de cambios, Mabby Autino se encarga del make up y Diego Impagliazz­o da los últimos toques al peinado para que en las fotos todas se vean aún más bellas. Porque es innegable que estas tres generacion­es llevan la belleza en la sangre. Y la sensibilid­ad. La charla se desarrolla en medio de risas mezcladas con lágrimas de emoción.

¿Cómo es su relación con la moda?

Analía: Para todas es distinto. A mamá, la moda le pasa de largo. Para ella es lo mismo, no se desespera. Pero siempre está espléndida.

Norma: Yo a veces le decía: “Analía, con una camisa natural ya estás”. Y ella me respondía: “Mami yo no soy tan formal”. Siempre fui más clásica pero me gusta estar bien y sencilla. Cuando me maquillan mucho me quiero morir.

Analía: La ropa tiene que ver con la vida que uno lleva. Ahora estoy un poco más urbana. De chica tenía una onda más hippie porque vivía en el Delta los fines de semana.

Lola: Con mis amigas tratamos de estar todo el tiempo dando lo máximo (risas): maquillaje a full, un viernes para salir estamos todas súper arregladas. Puedo tener una fiesta en un mes y me emociona ir pensando qué me voy a poner.

Male: Yo creo que salí más a mamá, a mí me gusta estar cómoda, obvio que canchera... También sigo las tendencias de la moda, me divierte.

Analía: El shopping no es un hábito en nuestra familia y tampoco van atrás de las marcas. Eso sí, somos fanáticas de la ropa de Benito Fernández que es como un tío en la familia.

¿Creen que las redes sociales y el mostrarse todo el tiempo modificó la relación con la moda?

Analía: En una de las charlas que organizo para mujeres, una de las participan­tes me dijo: “Cuando viajo armo la valija en función de Facebook, para que la gente no me vea con la misma ropa en las fotos”. Y

dije guauuu, qué loco, qué pilas esta mujer.

Lola: Y sí, las redes te exponen. Si yo salgo un viernes y también el sábado, no voy a ponerme lo mismo. Te sacaste una foto o alguien la subió y ya está.

Norma: Pero qué horror, estar mostrando a los demás cómo está uno, qué me puse, en dónde estoy... No me gustan las redes sociales.

Y ustedes chicas, ¿cómo se llevan con las redes sociales?

Lola: A mí me gustan mucho, uso Instagram a full. Male: A mí también, me encanta, es divertido.

¿Su uso tiene límites?

Analía: Las redes sociales hoy son clave, pero todo tiene que ver con cómo se utilizan. El uso excesivo no está bueno. Pero cuando se utilizan con un fin solidario hasta le podés cambiar la vida a la gente. Los papás tenemos que acompañar este proceso.

Norma: El control es bueno. Yo a veces veo a los chicos con el teléfono y pienso: con quién hablan, qué están diciendo... Porque me asusta, es tremendo lo que uno escucha hoy en día, todo lo que vemos de chicas que desaparece­n.

¿Cómo eran los controles en tu época, Norma?

Norma: “No salís”, así era. Yo decía: “Mami hoy me invitaron a un té con los del Liceo Naval”. En esa época era una maravilla. “¿Qué?, ¿adónde?” “No”, era la respuesta. Me tenía que poner de novia para salir un poquito y con horarios.

¿Qué le aconsejás a Analía cuando Lola sale con sus amigas?

Norma: A veces me quiero morir, ya ahora no digo nada. Recuerdo cuando Analía viajaba de chica por su trabajo, pero ella siempre estaba presente llamando por teléfono o mandando un fax. Nos contaba qué hacía y me quedaba tranquila. Yo sabía la hija que tenía y cómo iba a actuar.

Analía: Eso me pasa con mis hijas, para mí la palabra clave es acompañar y aconsejar. Me gusta que sus amigas vengan a casa, compartir esos momentos.

Lola y Male, ¿se sienten controlada­s por mamá?

Male: Sí, igual bien, por ejemplo, en Pinamar me dejó ir por primera vez a una matiné y no estuvo cada minuto mandando mensajes como hace siempre, estuvo relajada (risas).

¿Cómo manejan la exposición familiar? Las fotos, ir a lo de Susana Giménez...

Lola: Al principio no me gustaba nada. Creo que en sexto grado hice un clic y me empezó a gustar, me divirtió producirme, ir a los eventos, lo llevo bien.

Male: A mí me encanta, me gusta, pero hay veces que está bueno un poco de tranquilid­ad.

Hoy conforman una familia ensamblada. ¿Cómo resultó esa unión?

Norma: Como yo también me divorcié, lo tomé bien, sé lo que es. Eso sí, pensé mucho en las chicas, cómo lo podrían tomar ellas. Me encanta ver la familia ensamblada que formaron. Mis consuegros son un amor y los chicos de Diego (Santilli) divinos.

Male: Viajar los siete me parece un gran programa, me re divierte.

Analía: Es de película, aparte tenemos todas las edades, desde 5/6 años hasta 17.

Lola: Nosotras de ser dos pasamos a ser cinco y cuando viajamos, siete. La camioneta es un tema muy divertido. A veces llegamos al hotel a la noche y con Malena y decimos: “¡Cómo nos reímos hoy!”

Ahora que te casaste con Diego, ¿en qué cambió tu vida cotidiana?

Analía: Yo creo que el cambio fue más para Diego que para mí. A veces me mira y me dice: “Sos un huracán”, aunque también reconoce que le doy mucha paz. No sé de dónde saco eso (risas). ¡Las tres somos muy efusivas! Y ni te cuento de mis amigas que son igual de intensas que yo (más risas).

¿Te sentís con más responsabi­lidad ahora que tu marido es vicejefe de Gobierno?

Analía: Colaboro con fundacione­s desde hace 18 años y soy la madrina de Cuerpo y Alma, y Fundación Padres. Los dos siempre fuimos personas muy comprometi­das con lo social, cada uno desde su rol. Hoy nos complement­amos y compartimo­s esta inquietud.

Lola y Male, ¿les gusta acompañar a mamá en sus tareas solidarias?

Lola: Sí, re. Siempre la acompañamo­s.

Analía: Para ellas es algo natural: desde chiquitas siempre visitamos hogares de bajos recursos así como de chicos en tránsito. También me inculcaron el valor del trabajo y la educación. Estar sentados en la cena sin la tele prendida o mirando los celulares es clave en una familia para poder dialogar.

Lola: Nuestras comidas en casa son eternas, pero pasándola bien, es el momento que compartimo­s.

¿Son confidente­s con la abuela?

Lola: A mí me encanta contarle cosas, obvio que no todo, pero es una forma de mantenerla en tema.

Norma: Es divertido, yo siempre le compro libros románticos (risas).

Siempre se habla de la competenci­a femenina, de las madres con las hijas.

Norma: Acá no existe eso. Lola: Nunca fue un tema.

Norma: Lo único que yo sentí, pero nunca me molestó, es que cuando caminaba con Analía, yo no existía. No me miraban ni siquiera las personas mayores. Decía: “Dejé de existir” (risas).

Analía: Con respecto al vestuario, cuando uno empieza a tener hijas adolescent­es, como madre vas moderándot­e un poco: si usaba algo más corto, me lo fui alargando. En esas cosas me cuido mucho, me nace, hay que dejar lugar a las nuevas generacion­es.

Para terminar me gustaría que definan en una palabra la relación que tienen las cuatro.

Norma: Bárbara, respetuosa (se emociona). Male: Compañeris­mo. Lola: Auténtica, con mucha personalid­ad.

Analía: Amor. Siento que el amor es lo que te hace pasar por los malos y buenos momentos. Con amor todo se puede, que es lo que mamá me dijo cuando me iba a casar con Diego: “Te felicito y te admiro porque te volviste a enamorar”. Y con amor funciona todo, una familia, un ser humano, un país.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina