La era de las mujeres reales
Cuando esta tarde, en lo que ya es una bienvenida costumbre que celebramos dos veces al año, científicas, artistas, referentes solidarias, y tantas otras protagonistas de la vida de nuestro país recorran la pasarela de #ARFW 16, en el desfile organizado por este suplemento, las mujeres reales, de carne, hueso y todas las medidas que la diversidad alberga habrán sido, una vez más, protagonistas en tanto y en cuanto modelos de mujer. Este concepto, enarbolado frente al de mujeres modelo, representado por un muy estricto canon de belleza cuyo paradigma es el famoso 90- 60-90, está empezando a imponerse, sin prisa pero, podría inferirse, también sin pausa. Ya el año pasado, en el tradicional número de trajes de baño de Sports Illustrated había aparecido, en un aviso, una mujer cuyas curvas desafían al estereotipo: 96-96-116 cantaba, a sus 27 años, la bella Ashley Graham, fundadora además de una asociación de modelos de talles grandes para promover la diversidad de los cánones de belleza. Este año la publicación redobló la apuesta, y Graham llegó a la tapa. A ella se sumaron, en sendas páginas publicitarias, los 56 años de Nicola Griffin, y la morena y curvilínea Philomena Kwao, asidua participante en campañas de lucha de las mujeres africanas en la ONG Women for Women International. Una de las mayores sorpresas, sin embargo, vino de la mano de la última edición del mítico calendario Pirelli: frente a la lente de Annie Leibovitz, desfilaron, “exactamente tal como son”, doce mujeres que - como aclararon los responsables- no se destacan por sus atributos físicos sino “por sus logros profesionales, sociales, culturales, deportivos y artísticos”. Bienvenida la era de las mujeres reales.