Hay que salirse del vestido negro”

Mientras prueba el vestido que Mirtha Legrand usará el domingo para los Martín Fierro, pide las últimas puntadas a la colección que presentará en dos semanas en el Mercedes Benz Fashion Week de República Dominicana. Luego, lo espera el desfile que hará en junio en Buenos Aires y prepararse para París, ya que es el representante argentino de la World Fashion Week. Mucha actividad, y aún no se apagaron los efectos que generó el vestido que diseñó para Juliana Awada, para la Cena de Honor a Barak y Michelle Obama. Asiduo invitado de la prestigiosa revista Collezioni, Gabriel Lage es un referente de la alta costura, que viste a una lista interminable de famosas. En julio va a festejar los 25 años en la moda, fecha en que presentó su primera colección.

¿Te gusta vestir famosas?

Me siento honrado. A Susana la visto desde hace algunos años. A Mirtha desde siempre. También a Natalia Oreiro para sus novelas, a Paula Chaves para su casamiento… Usa mucho nuestros diseños Flavia Palmiero y Valeria Mazza para los encuentros solidarios Starlite Gala, en Marbella.

¿Tuviste muchas repercusiones cuando Juliana Awada uso tu diseño?

Fue increíble. Todo el mundo habló de ese vestido en color acero. Era largo, pero lo modificamos porque el protocolo pedía que fuera corto. Una hora y media después que comenzó la cena, ella me mandó un mensaje agradeciéndome y diciendo qué se sentía muy cómoda. Un gran gesto. Y me parece buenísimo que la Primera Dama muestre diseños de acá.

¿Hay un hilo conductor en tus colecciones? ¿Cosas que te gustan especialmente?

Creo que mi sello está en el trabajo manual que llevan las telas. Yo hago el diseño original y luego se borda en hilo de seda. Además, en esta colección utilizamos estampados láser sobre texturas lisas. Y mucho teñido a mano sobre encaje y organza.

Tus diseños casi siempre son en tonos pastel. ¿Preferís los colores claros?

Sí, tienen más luz.

¿Qué dicen de eso tus clientas?

Protestan, quieren negro. Pero hay que salirse del vestido negro. Además no es que estiliza, si no que pasa más desapercibido en las fotos.

¿Cuánto tiempo lleva hacer un vestido?

Unos seis meses. Es que son muchas manos las que pasan por un vestido. Teñir la organza y la tela de las flores, cortar esas flores a láser. Ah… antes hubo una mano dibujándolas. Luego una bordadora que pondrá un punto de cristal en cada flor. Además, el bordador de hilos de esa organza base, la modista, la cortadora, la modelista, la planchadora… Las pruebas las hago siempre yo, que además diseño. Y una persona se ocupará de los finales del vestido.

¿Cuesta despedirse de esos modelos que te acompañaron tanto tiempo?

(Se ríe). Compensa que son para grandes noches, que a las protagonistas siempre les quedan grabadas. De todas maneras, hay vestidos que no vendo. La idea es que algún día se pueda mostrar algo de eso. Ahora están en un armario al que lo llamamos “museo”. Son todoss muy elaborados, no tienen precio.

“MI SELLO ESTA EN EL TRABAJO MANUAL DE LAS TELAS. LAS BORDAMOS CON HILOS DE SEDA”