UNO AÑO MUY DIFICIL PARA EL CRECIMIENTO
Solo los contratistas con más espalda pueden incorporar las nuevas tecnologías disponibles.
E l 2015 parece ser un año para la supervivencia. O al menos eso es lo que expresan los productores medianos y chicos de la zona núcleo, que ante la ajustada rentabilidad que arroja la mayoría de los cultivos se ven imposibilitados de renovar sus equipos e incorporar tecnologías de avanzada.
Aldo Ranni, productor y contratista de la zona de Ascensión, en el norte de la provincia de Buenos Aires, dice que le gustaría poder mejorar mucho la fertilización y renovar el parque de maquinaria. “Tenemos una Argentina que gracias a Dios en este tema está muy avanzada, pero nosotros hoy estamos un poco quedados y no la podemos incorporar porque los números están ajustados. Hay créditos, pero uno no se anima a tomarlos porque la rentabilidad es muy baja”, afirmó el productor durante una jornada organizada por Firestone en la localidad de Ferré.
Una de las mejoras que Ranni dijo que le gustaría incorporar son los neumáticos radiales de alta flo- tación que la firma organizadora del evento mostró en una dinámica y que generan menor compactación del suelo y menor consumo de combustible que las cubiertas tradicionales. “Sin duda quisieramos sumar esa tecnología, y todo lo que tiene que ver con la agricultura de precisión, pero hoy nos está costando la ilusión”, remarcó el productor.
Por su parte Edgardo Chivisky, de la localidad bonaerense de Colón, dijo: “Hay mucha tecnología hoy como los pilotos automáticos, los equipos de siembra variable, pero en zonas como esta que están tan fraccionadas cuesta amortizarlas. Además, después esa tecnología no se le reconoce al que presta el servicio. Una cosechadora axial y una convencional se cobra lo mismo en el trabajo a campo. Deberíamos ir en un camino de empezar a reconocer al que tiene la tecnología y pagarle un plus por invertir y brindar un mejor servicio”.
De la localidad de Rojas, en la misma región, es Osvaldo Ricci, quien coincide en que este es un año para quedarse en el molde. Si el pudiera incorporar la tecnología que quisiera, dice que apostaría, sobre todo, por los monitores de siembra y el piloto automático. El detector de malezas, que ahorra cientos de litros de producto, aparece más lejano en el horizonte.
Este es el sentir actual de los productores de la zona núcleo, pero probablemente refleje lo que piensan muchos alrededor de todo el país. Más allá del clima y los rendimientos, la apuesta a crecer es un impulso que surge del estado anímico, y las señales que vienen recibiendo en el campo los invitan por ahora a buscar el empate.