MAS Y MEJOR LECHE
Parael asesor Mario Irusta, una de las claves de la evolución tambera en la zona, además de la inseminación artificial o el manejo de guacheras, ha sido la mejor calidad de alfalfa producida, la vedette de los sistemas lecheros. “Se empezaron a comprar variedades de alfalfa de mejor calidad y se invierte más en el control de isocas y en herbicidas para que las vacas consuman una pradera de alfalfa pura y no una intersiembra con malezas”, remarcó Irusta. Además, los últimos años se empezaron a hacer correcciones de PH con enmiendas en el invierno para que las alfalfas lleguen a su época de mayor producción, septiembre-octubre, en condiciones óptimas. Así, llegan a producirse 80009000 kilos de materia seca por hectárea por año. Un alimento más calificado (para arrancar, una semilla de calidad cuesta casi el doble que una mala) evolucionó de la mano de mejorar la genética y los rodeos, que ahora son más parejos en cuanto a productividad y justifican una mayor inversión por cada kilo de alimento que se desea convertir en leche. Además, el recurso se aprovecha haciendo cortes cuando sobra la producción para confeccionar rollos y guardar como reservas. A los rollos de alfalfa se suma el silaje de otros cultivos como maíz y sorgo. En muchos sistemas se usan todo el año para complementar la dieta de la alfalfa y en otros se usa para situaciones críticas cuando no se puede entrar al campo por barro. De esta manera, los tamberos ampliaron su carta.