CON LA PRODUCCION Y LOS SERVICIOS
En el norte bonaerense, los hermanos Cornejo apuestan a la tecnología para crecer tanto en los campos que trabajan como productores como en los que van como contratistas.
En Buenos Aires, los Cornejo se animan a crecer como productores y como contratistas.
Ellos viven arriba de una máquina, yendo de campo en campo (además de los que trabajan para sí mismos prestan servicios como contratistas) y su madre es la que acomoda los números y pone acelerador o freno según corresponda desde su visión integral del negocio. “Ellos” son Cristian, Mauro y Diego Cornejo - por edad de mayor a menor-. “Su madre” es Cristina. Los tres trabajan denodadamente para que Don Miguel, una empresa familiar que se gestó tres generaciones atrás, se vaya adaptando a los tiempos que corren a partir de la gestión, el trabajo y las maquinarias.
“Mi abuelo, Don Pedro Angel
UNA DE LAS CLAVES ES TENER LAS MAQUINAS PROPIAS PARA SALIR A LA CANCHA EN EL MOMENTO PRECISO
Cornejo, trabajó toda la vida en el campo, en distintas chacras, y mi padre, Miguel Angel Cornejo, empezó de empleado hasta que mi hermano terminó el colegio y con una cosechadora empezaron a empujar para crecer y comprar más fierros”, explicó, así de sencillo, Mauro Cornejo en diálogo con Cla
rín Rural Revista mientras iba de un campo al otro.
Son productores y prestan servicios a terceros como contratistas de siembra, fertilización y cosecha en la zona de Rojas y Pergamino, bien metidos en el corazón del norte bonaerense. Trabajan alrededor de 150 hectáreas como productores y como contratistas suman entre 2.000 y 2.500 más, según cómo “pinte el año”.
En lo que les atañe como productores, en esas 150 hectáreas tratan de “hacer todo lo que corresponde” aún en los últimos años que se presentaron peliagudos para trigo y maíz. Hacían 50 hectáreas de trigo y soja de segunda, 50 de maíz y el resto de soja. “Lamentablemente, estos años fueron difíciles y nosotros alrededor vimos muchos que aún con más espaldas y hectáreas iban todo a soja”, dijo.
En 2015/16 los rendimientos de trigo no han sido bajos pero tampoco exultantes. Los 4.500 kilos por hectárea que se obtuvieron se acercaron al promedio de la zona, que ha llegado a dar en años excep- cionales 6.000 kilos. En la cotidianeidad de cada campaña, Cornejo remarca que es difícil superar los 5.000 kg/ha.
“El maíz está viniendo muy bueno y esperamos que si no hay demasiadas lluvias que lo estropeen va a tener un potencial interesante”, auguró Cornejo. “Se buscan híbridos de grupos cortos, y por los maíces de segunda, también empezamos a mirar con agrado los VT-Triple PRO. Los maíces de se-