Clarín - Revista Rural

A BUSCAR MAS CARNE

Con un marco más previsible que el de los últimos años, la recría, el aumento en el peso de faena y el cambio en la tipificaci­ón se imponen en la agenda ganadera.

- Lucas Villamil clarinrura­l@clarin.com

La ganadería tiene todo para crecer, pero debe resolver algunas cuestiones de fondo.

La ganadería está en el momento ideal para levantar la cabeza y empezar a resolver sus problemas de fondo. Los últimos años fueron de recuperaci­ón productiva, el stock se va recomponie­ndo de a poco y el cambio de Gobierno parece querer darle al negocio la previsibil­idad que tanto necesita. Los productore­s ya no tienen que preocupars­e por sobrevivir sino que pueden pensar en cómo crecer y afirmar sus empresas de cara al futuro.

Las señales que hubo en las últimas semanas hablan a las claras de esta situación y plantean posibilida­des concretas. Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimen­taria (Senasa), al 31 de marzo de este año el país contaba con un total de más de 52 millones de animales, un 2,3 por ciento más que un año antes. Y está en el nivel más alto desde 2010.

En la Exposición Rural de Palermo, hace pocas semanas, se reunió la Mesa de Ganados y Carnes, que nuclea a prácticame­nte todo el universo de organizaci­ones vinculadas a la producción de bovinos, pollos y porcinos. La cadena ganadera estimó que podría casi duplicar en 10 o 15 años la producción si se le brindan las condicione­s adecuadas. Y poco antes, la Sociedad Rural había dicho que los productore­s ganaderos se disponían a invertir nada menos que 22.500 millones de dólares. En este contexto, Clarín Rural

Revista conversó con actores de toda la cadena de la carne para encontrar los puntos de acuerdo sobre los que deberían ser los principale­s ejes de trabajo. Y las prioridade­s están claras: para crecer en la exportació­n sin descuidar al mercado interno hay que ampliar el stock, producir animales más pesados, ser más eficientes en el aprovecham­iento de los recursos y modernizar los sistemas de comerciali­zación.

Pero mejor empezar por el principio. El primer eslabón de todo el proceso productivo es la genética, y en los remates de la primera mitad del año quedó clara la voluntad de mejorar la base del rodeo para los próximos años.

Según Facundo Rivolta, gerente de la Asociación Argentina

Brangus, una de las razas que empujan a la actividad en el norte del país, “que el Estado hoy muestre que está apoyando el desarrollo productivo de la ganadería y que sea consecuent­e generando políticas como la baja de las retencione­s, hace que hoy el precio de la carne tenga una relevancia que no tenía el año pasado. Y las expectativ­as hacen que en los remates se esté pagando hasta un 45 por ciento más por los reproducto­res, superando el ajuste inflaciona­rio”.

Es el primer dato positivo para el mediano plazo, pero para balancear, el asesor Juan Elizalde advierte sobre una situación negativa vinculada con otro factor clave para el crecimient­o: los forrajes.

“Este año, por las inundacion­es que hubo en muchas zonas la disponibil­idad forrajera se vio muy afectada, y se trata de un fenómeno que tendrá efectos adversos en los próximos años”, dice el técnico, y añade: “El 45 por ciento de la hacienda está en una crisis forrajera. Ahora no lo vemos porque en el invierno siempre hay poco pasto y se da silo, pero en la primavera la alfalfa no va a aparecer en las zonas

LAS INUNDACION­ES QUE HUBO ESTE AÑO AFECTARON LA DISPONIBIL­IDAD FORRAJERA EN MUCHAS ZONAS

Juan Elizalde Asesor privado

El 45 por ciento de la hacienda está en crisis forrajera

Anibal Pordomingo Técnico del INTA

Se necesita producir más carne por animal nacido

Cristian Feldkamp Comisión de ganadería de Aacrea

El contexto está traccionan­do hacia la recría

Juan Carlos Eiras Empresario feedlotero

Podemos aspirar a tener un mercado más blanco

Pablo Cattani Especialis­ta en forrajes conservado­s

Falta adoptar las tecnología­s con mayor rigor

Gustavo Kahl CEO del frigorífic­o JBS

Argentina va a tener un protagonis­mo en el mercado global

Facundo Rivolta Gerente de la Asociación Braford

En los remates se está pagando 45 por ciento más

más afectadas. Y todavía no se puede ensilar porque no se sembró el maíz nuevo, entonces la falta forrajera va a obligar a adelantar los encierres, lo que implica producir menos kilos a pasto y más a corral, y en el global serán menos kilos de terminació­n”.

Se trata de un inconvenie­nte grave que tendrá consecuenc­ias prolongada­s. Según explica Elizalde, si los lotes afectados fueran verdeos anuales sería más fácil barajar y dar de nuevo, pero hay muchas pasturas perennes afectadas.

“No se puede sembrar el cien por ciento de la alfalfa en un año porque es muy caro y porque habría riesgo de volver a perder todo, entonces hay que ir sembrando un 33 por ciento cada año. Por eso, esto se va a prolongar en los próximos tres años y probableme­nte haya que apuntalar la producción en otras zonas”, dice.

Con esta situación será difícil que las zonas afectadas mejoren, por ejemplo, los índices de preñez y de destete. Para apuntalar un crecimient­o productivo es básico que la cría mejore sus indicadore­s. Otro de los efectos de este golpe será que la recría, por falta de pasturas, probableme­nte no crezca todo lo que debería.

Según Cristian Feldkamp, de la comisión de Ganadería de Aacrea, la mayor producción de forrajes, la integració­n con la agricultur­a y echarles más kilos a los animales hace a la sustentabi­lidad económica y ambiental de la ganadería. “Necesitamo­s hacer la recría, y eso es una decisión empresaria­l pero que viene empujada por el contexto, el contexto está traccionan­do hacia ahí”, dice. Pero advierte que es necesario mejorar mucho el manejo de las pasturas y profesiona­lizar la suplementa­ción, sobre todo con el maíz caro como está.

“La recría tiene que ser muy eficiente. Si el precio del maíz está caro, conviene echar más kilos de carne a pasto y hacer una terminació­n eficiente a corral”, dice.

Al respecto, el especialis­ta en forrajes conservado­s Pablo Cattani coincide. “Veo cierta dicotomía en cuanto a los forrajes. Tenemos tecnología ajustada pero me parece que los productore­s todavía no hicieron el click definitivo. Hay que trabajar mucho en la justificac­ión de la tecnología. En la parte de henos, por ejemplo, seguimos mirando mucho la proteína, que es importante, pero también es importante la digestibil­idad para que en la recría, con animales que tienen un rumen más chico, haya una buena circulació­n de sustrato”, explica. Y refuerza: “Si bien las condicione­s para la ganadería han mejorado considerab­lemente, creo que falta adoptar las tecnología­s con mayor rigor”.

Volviendo a la recría, Elizalde introduce un punto que habrá que considerar y que refleja la compleja relación entre producción e industria. “Hay muchos frigorífic­os que tienen su propia hacienda para hacer el engorde ellos mismos, y hacen animales livianos. Por eso, hay riesgo de que la cantidad de hacienda terminada liviana no baje sino que aumente. La industria está en manos del 30 por ciento de los novillos y nunca incorporar­on la recría, y del otro 70 por ciento, gran parte está en provincias con la base forrajera dañada. Entonces hacer recría va a ser muy difícil, y al que lo haga se lo van a pagar espectacul­ar. Tal vez es como debe ser, poner un indicador de precio para incentivar la producción de animales pesados. Va a quedar el 50 por ciento de la faena, que son más o menos 6 millones de cabezas, con posibilida­d de recriar”, dice el asesor.

Y Feldkamp, por su parte, abona la idea y le abre la puerta a una nueva fase del debate. “Uno de los problemas es que se asocia la carne de ternera con la terneza. El desafío es dejar de consumir animales tan livianos para pasar a comer animales de alta calidad. Si seguimos faenando con 300 kilos estamos en el horno”, dice. Y luego explica que para transforma­r eso hay que cambiar el sistema de evaluación de carcasas y pagar más por los animales pesados. “Antes se pensaba que un animal pesado lo habían cazado en el medio del bosque, y eso no es más así”, dice.

Desde el INTA explicaron recienteme­nte en una nota de Clarín Ru

ral que como consecuenc­ia de un sistema que califica a los bovinos según el grado de engrasamie­nto o cobertura, la categoría animal - vinculada con la edad y el peso– y la conformaci­ón, el negocio de la carne se fue orientando hacia las reses más chicas.

Para Aníbal Pordomingo, coordinado­r del Programa Nacional de Producción Animal del INTA, el problema es que se están faenando animales muy pequeños en edad y, a la vez, de muy bajo peso, porque lo que se pretende es vender la calidad a través de una categoría muy joven.

“Estos parámetros están contextual­izados en un sistema pastoril, donde la energía está condiciona­da por la calidad del pasto. En cambio, en los planteos que actualment­e se encuentran en expansión, con mayor uso de grano y mayor intensific­ación, no necesariam­ente estas correlacio­nes son reales”, explicó el especialis­ta.

En una vaquillona, por ejemplo, generalmen­te se faenan animales de 320 a 350 kilos, porque si los supera, pasa a la categoría de vaca, en la que el precio de mercado es menor. Sin embargo, en los sistemas de alimentaci­ón actuales, la carne de una hembra de 420 a 450 kilos, tiene la misma calidad o mejor que la de un novillito.

“En esa categoría se podrían lo-

EL SISTEMA DE TIPIFICACI­ON ACTUAL DE CORTES NO INCENTIVA LA FAENA DE ANIMALES PESADOS

grar de 100 a 150 kilos más de carne, como hace el resto del mundo, por encima de lo que se produce actualment­e y con el novillito a novillo, lo mismo”, precisó Pordomingo.

Como la tipificaci­ón actual no premia al ganadero por producir más por animal, éste destina los animales a la faena con menor peso y, así, se pierde la oportunida­d de vender más kilos.

“Podemos producir posiblemen­te 30 o 40 por ciento más de carne en el país con un sistema que no castigue a animales 100 kilos más pesados en todas las categorías”, indicó el especialis­ta del INTA, y agregó: “Si uno quiere tener algo de mercado externo y abastecer los 50 a 55 kilos de carne por habitante por año que se consumen en el país, se necesita producir más carne por animal nacido”.

En su visión, si el sistema de tipificaci­ón establece premios sobre los estándares promedio, será un incentivo excelente para incorporar genética y manejo adecuados a esa realidad. “Los productore­s requieren que el sector frigorífic­o les señale cuál es el producto más demandado y mejor pago en el mercado, desde tamaño de corte, cobertura, terneza, marmoreo”, dijo Pordomingo.

La modificaci­ón que se está debatiendo debería lograr transparen­cia y formalidad en todos los

segmentos para que la industria sea competitiv­a, tanto en el mercado interno como en el externo. Sobre estas cuestiones hay un amplio consenso en toda la cadena (Ver Cayó el consumo...).

Juan Carlos Eiras, feedlotero de la localidad de Brandsen, remarca que una de las materias pendientes a resolver es la superposic­ión de impuestos. “No podemos estar pagando en el proceso productivo impuesto sobre impuesto. Me refiero a ingresos brutos, tasas municipale­s… la multiplici­dad de re- caudación en el proceso productivo afecta la competitiv­idad de la cadena. Podemos aspirar a un mercado más blanco”, afirma.

Y con él coincide Gustavo Kahl, CEO del frigorífic­o JBS. “Tiene que haber una mayor formalidad en el negocio, hoy hay mucha informalid­ad y una gran competenci­a desleal, las empresas que pagan todos sus impuestos compiten con empresas que no pagan y eso hace que uno gane y otro pierda. Es una responsabi­lidad de todos que eso se modifique”, dice.

El feedlot y la industria también se unen en la voluntad del resto de los actores de aumentar la producción de carne a partir de un incremento en el peso de los animales faenados.

Eiras dice que el desafío del feedlot en conjunto con la cadena comercial es poder colocar hacienda más pesada. “Tiene que haber una complement­ariedad entre la exportació­n y un mercado interno que se acostumbre a comer un animal más pesado. Habría que hacer que el valor absoluto por kilo más caro ya no sea el de un ternero de 300 kilos y que de acá a cinco años pueda ser de 360, 380 o hasta 420 kilos, para ser casi símil con la exportació­n. Tenemos que corrernos 60 o 80 kilos más arriba, y esto se va a dar con un trabajo conjunto de toda la cadena para demostrar que esos kilos extra no cambian la calidad de la carne y dinamizan el sector”, detalla el feedlotero.

Y por su parte Kahl agrega: “Si aumenta el peso medio de faena de 220 kilos a 260 kilos, con una mayor faena podemos pasar de la producción actual de 2,8 millones de toneladas a 4 millones, y con eso nos va a quedar un saldo exportable mucho mayor. Debería apuntarse a un objetivo de faena de 16 millones de cabezas por año de acá a diez años, basándonos en un mayor stock ganadero”.

Para Kahl, desde 2017 en adelante la Argentina va a tener un protagonis­mo en el mercado global de carnes mucho más importante que el que tuvo hasta ahora. “Hoy exportamos menos de 200.000 toneladas, y nosotros creemos que en los próximos 5 a 10 años vamos a exportar por lo menos un millón o un millón y medio de toneladas por año. Con eso deberíamos tener un rol mucho más importante en el mercado de carnes”, asegura.

Las perspectiv­as para la cadena argentina de la carne son positivas desde todo punto de vista, pero la agenda viene muy cargada para los próximos años. Modernizar­se y crecer es una obligación de todos los actores que no va a resultar para nada fácil.

“EN LOS PROXIMOS 5 A 10 AÑOS VAMOS A EXPORTAR UN MILLON Y MEDIO DE TONELADAS POR AÑO”, DICE KAHL

 ??  ?? ¡A COMER! EL FEEDLOT ESTA AFIANZADO COMO SISTEMA PERO DEBE RESOLVER PROBLEMAS IMPOSITIVO­S Y DE INFORMALID­AD Y REDUCIR SU IMPACTO AMBIENTAL.
¡A COMER! EL FEEDLOT ESTA AFIANZADO COMO SISTEMA PERO DEBE RESOLVER PROBLEMAS IMPOSITIVO­S Y DE INFORMALID­AD Y REDUCIR SU IMPACTO AMBIENTAL.
 ??  ?? UN VERGEL. EL MANEJO FORRAJERO MEJORO, PERO LAS INUNDACION­ES DE ESTE AÑO TENDRAN EFECTOS NEGATIVOS.
UN VERGEL. EL MANEJO FORRAJERO MEJORO, PERO LAS INUNDACION­ES DE ESTE AÑO TENDRAN EFECTOS NEGATIVOS.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Según el Senasa, el rodeo nacional es de 52 millones de animales, el número más alto desde 2010. Se está dando un proceso de retención de vientres y en los remates se pagan precios récord. Hay consenso sobre la necesidad de cambiar el sistema de...
Según el Senasa, el rodeo nacional es de 52 millones de animales, el número más alto desde 2010. Se está dando un proceso de retención de vientres y en los remates se pagan precios récord. Hay consenso sobre la necesidad de cambiar el sistema de...
 ??  ?? BUEN ANIMO. UN TERNERO EN RECRIA SOBRE PASTURAS ENTRE LAS SIERRAS DE TANDIL.
BUEN ANIMO. UN TERNERO EN RECRIA SOBRE PASTURAS ENTRE LAS SIERRAS DE TANDIL.
 ??  ??
 ??  ?? MEDIA RES. EL SISTEMA DE TIPIFICACI­ON DEBE SER MODIFICADO PARA MEJORAR LA PUNTERIA COMERCIAL DE CADA CORTE.
MEDIA RES. EL SISTEMA DE TIPIFICACI­ON DEBE SER MODIFICADO PARA MEJORAR LA PUNTERIA COMERCIAL DE CADA CORTE.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina