PRODUCTOR Y CONTRATISTA, UNA MIRADA Y DOS VISIONES
En el centro cordobés, Rafael Morant cosecha y pulveriza unas 22.000 hectáreas de terceros y produce en 400 por su cuenta. Desde ese lugar, analiza el negocio agrícola.
Ala gente de campo, le mostrás un poco de luz y se pone a trabajar”, dispara el productor y contratista cordobés, Rafael Morant como descripción del envión que se está viviendo en el sector agropecuario desde diciembre de 2015. Falta mucho, claro, pero el camino y las condiciones están dados.
Morant comenzó su vínculo con el campo desde chico. Sus padres tenían un tambo de vacas holando hasta el año 1981, “cuando tuvimos que rematar el tambo porque todo estaba muy complicado y a mí me tocó el servicio militar”.
Años más tarde, tras haber dejado el tambo, empezaron a dedicarse a la agricultura. “Primero empezamos a sembrar sorgo, después soja, también maní, y más tarde empecé a trabajar como contratista de Aceitera General Deheza”.
Actualmente, hace cosecha de soja, maíz y maní. Tiene una cosechadora John Deere 1185 hidrostática, una manicera desarrollada en el país Cobra Evo-2 de dos hileras. “Es de las grandes que hace trilla, separación y limpieza, y mientras que las otras máquinas sacan el 18 por ciento de tierra con esta sacás el 3- 4 por ciento”, dijo Morant. También hacen trabajos de aplicación de fitosanitarios con una pulverizadora Metalfor 3200.
Como productor trabaja unas 300 a 400 hectáreas, pero este año podría animarse a alquilar algunas hectáreas más. “No una locura, veremos cómo están los alquileres, y si no le meteremos más inversión al maíz con mejores híbridos, fertilización y protección”, anticipó Morant.
Como contratista cosecha maní, soja y maíz, además de las hectáreas que pulveriza. Dependiendo el año cubre unas 22.000 hectáreas. En la zona se sembraron 340.000 hectáreas y se perdieron 80.000 por el temporal. En trilla, la campaña 2015/16 de maní estuvo muy inestable, pensaban trillar 800 hectáreas y pudieron hacer sólo 400 porque por los excesos hídricos una parte se perdió y, como se atra-
“EN ESTE CONTEXTO MAIZ Y TRIGO VAN A REPUNTAR MUCHO, LA DIVERSIFICACION VA A SER MUY BUENA PARA TODA LA ZONA”
só todo, cuando el clima lo permitió los dueños de los campos pusieron muchas máquinas a trabajar juntas.
En la zona, campos que tenían el agua de napa a 6 metros ahora la tienen a 40 centímetros. Esa situación preocupa aunque esperan que el año Niña o neutro mejore ese panorama.
Actualmente, Morant no está sembrando maní porque “los costos son altísimos, tenés 1.500 dólares por hectárea mientras que con el maíz rondás los 800-1000 dólares por hectárea”. No sembraron trigo tampoco y apuestan a la soja y al maíz, que este año va a ocupar un 30-40 por ciento de la superficie implantada.
“Un maíz sin retenciones ayuda mucho a inclinar la balanza a su favor, porque cuanto teníamos retenciones había un costo de 90 quintales por hectárea, que es el rendimiento promedio de la zona, pero ahora, que los costos rondan los 50-60 quintales el alivio es enorme y cambia diametralmente el panorama para el cultivo”, graficó el productor.
En la zona rinde más el maíz de segunda o tardío que el de primera, puesto que se siembra en diciembre dejando la floración para marzo, cuando el régimen de lluvias es más “seguro”. En este contexto, “maíz y trigo van a repuntar mucho, la diversificación va a ser muy buena para toda la zona”, destacó Morant.
El rendimiento de la soja en la zona es de 26 quintales por hectárea. “En este sentido, no hay que avalar para la zona alquilares de más de 10 quintales por hectárea, porque si a esos 10 le sumás los 12 quintales de costos tenés 22 quintales por hectárea y te quedan de ganancia 6 quintales, estás ahí”.
El problema, según Morant, es que en el tema alquileres siempre