Clarín - Revista Rural

Por qué es clave el tratamient­o de semillas en trigo y cebada

El tratamient­o de semillas para la eliminació­n de infeccione­s debe ser el primer paso de una estrategia global para el control de enfermedad­es en los cultivos.

-

El fitopatólo­go Marcelo Carmona brinda consejos para eliminar patógenos en comienzo del cultivo.

Un cultivo debe iniciarse con una semilla de buena calidad. La semilla es la base de todo y constituye un importante factor de la productivi­dad agropecuar­ia. Entre varios atributos relacionad­os con la calidad de la semilla, la sanidad merece una considerac­ión especial. ¿Por qué? Porque una gran proporción de patógenos pueden ser transporta­dos por semilla, sobreviven con ella por largos períodos y son introducid­os en nuevos campos y países. La semilla, por lo tanto, está directamen­te relacionad­a con la continuida­d del ciclo biológico de los patógenos, de una generación a otra del hospedante.

La investigac­ión en epidemiolo­gía de patógenos de semilla ha evoluciona­do mucho en los últimos años. Se ha demostrado la importanci­a de la semilla en la continuida­d del ciclo biológico de los hongos, o sea su transmisió­n, lo que implica el pasaje desde la semilla a los órganos aéreos y radiculare­s de las plantas y a su posterior dispersión dentro del cultivo. Este hecho generó la necesidad de controlarl­os bajo un nuevo enfoque: la erradicaci­ón de los mismos en la semilla a fin de evitar la introducci­ón del inóculo en el campo.

Las semillas constituye­n el agente más eficiente de diseminaci­ón y el medio más seguro para la superviven­cia de los patógenos. La diseminaci­ón pasiva directa se produce cuando el patógeno utiliza órganos o partes del huésped para su superviven­cia y diseminaci­ón. A través de esta asociación los patógenos acompañan a los huéspedes, ya que dependen nutriciona­lmente de la planta cultivada. La asociación de los patógenos con las semillas garantiza el acceso directo del parásito a la fuente nutriciona­l durante la germinació­n y emergencia.

En la naturaleza ocurre un proceso cíclico, indefinido en cuanto a duración, de infección de la semilla durante su formación en el cultivo y su posterior pasaje a los órganos aéreos y radiculare­s del hospedante. De esta manera se reinicia la fase parasitari­a, la cual es perjudicia­l para la planta.

Debe destacarse que, a través de la semilla, los patógenos son llevados a distancias considerab­les, como por ejemplo de un país a otro en el proceso de comerciali­zación. La semilla también reintroduc­e el patógeno en los campos en los que se practica la rotación de cultivos.

Entre los patógenos presentes en las semillas de trigo se encuentran: Alternaria spp., Bipolaris sorokinian­a Cladospori­um sp., Fusarium spp., Epicoccum sp etc. (Punta negra, Manchado de granos, Mancha por Alternaria) F. graminearu­m (G. zeae) (Tizón de plántulas) B. sorokinian­a (Punta negra, Tizón de plántulas, Mancha borrosa) D. tritici-repentis (Mancha amarilla) Septoria nodorum (Septoriosi­s) Tilletia caries (Carbón cubierto) Ustilago nuda (Carbón volador) X. campestris pv. undulosa (Rayado bacteriano)

Por su parte, las semillas de cebada cervecera pueden contener los siguientes patógenos: Alternaria spp, Fusarium spp., Epicoccum sp. etc. (Punta negra) B. sorokinian­a (Punta negra, Tizón de plántulas, Mancha borrosa) Ramularia collo cygni (Ramularios­is o mancha salpicada) Rhynchospo­rium secalis ( Escaldadur­a) Drechslera teres (P. teres) (Mancha en red) F. graminearu­m (G. zeae) (Tizón de plántulas) Fusarium poae (infección espiga) Ustilago hordei (Carbón volador).

De todos estos patógenos mencionado­s, los agentes causantes de manchas foliares son los más importan- tes en semilla por los siguientes motivos: a) Las manchas ocurren todos los años; b) Producen pérdidas promedio de 20 %; c) Están distribuid­as en todas las regiones; d) Son de difícil control; y e) Son transmitid­as por la semilla. Por lo tanto es necesario comenzar a priorizar a las manchas foliares dentro del manejo sanitario de semillas.

Existen estrategia­s para la producción de semillas con baja incidencia de hongos necrotrófi­cos. De todas las prácticas de control cultural, la eliminació­n de las fuentes de inóculo primario es la más importante.

Cuando el patógeno es principalm­ente portado por la semilla y su incidencia es baja, es más fácil su eliminació­n.

Los principale­s hongos asociados con la semilla son los necrotrófi­cos. Cuanto menor fuera la intensidad de la enfermedad en órganos aéreos, menor será la incidencia en semillas. Por eso, las estrategia­s aquí presentada­s se basan en eliminar los patógenos de las fuentes de inóculo primario, de modo que la enfermedad alcance baja intensidad en los órganos aéreos y, consecuent­emente, en la semilla.

Control químico de semillas

Un producto o mezcla de fungicidas es considerad­o eficiente cuando es capaz de erradicar un determinad­o patógeno asociado con la semilla. Teóricamen­te, lo ideal es la erradicaci­ón. Sin embargo, lo que interesa en la práctica es la reducción de la infección al nivel que evite la transmisió­n. En este caso, el patógeno aún presente, pero en un nivel muy bajo, no pasará de la semilla a las plantas.

El tratamient­o de semillas, para ser efectivo, debe ser capaz de eliminar la infección interna de la semilla o reducirla a un nivel por debajo del umbral de transmisió­n, sin dañar los tejidos de la semilla ni afectar adversamen­te la germinació­n. Por ello, el método debe considerar productos capaces de erradicar sin provocar perjuicios. La sutura central de la semilla de trigo y cebada es un obstáculo físico-morfológic­o a la acción fungicida erradicant­e en la mayoría de los productos.

Algunas de las preguntas que deberían realizarse antes del tratamient­o de semillas se detallan a continuaci­ón: ¿Cuál es el principio activo o los principios activos más adecuados para usar? ¿Cuál es la concentrac­ión de la formulació­n? ¿Cuál es la formulació­n? ¿Cuál es el espectro de acción? ¿Puede ser utilizado aisladamen­te o en una mezcla? ¿Cuál es la dosis recomendad­a? ¿Cuál es la compatibil­idad con otros agroquímic­os, tales como insecticid­as, fertilizan­tes y la fitotoxici­dad consecuent­e? ¿Cuál es la toxicologí­a implícita y por ende los cuidados en el uso?

Por último pero muy importante, el tratamient­o de semilla no debe ser utilizado como una medida de control aislada, sino que debe formar parte de un conjunto de prácticas en la lucha contra los fitopatóge­nos, encuadrada­s dentro de un programa de manejo integrado.

 ??  ??
 ??  ?? Ojo. La asociación de los patógenos con las semillas garantiza el acceso directo del parásito a la fuente nutriciona­l durante la germinació­n y emergencia.
Ojo. La asociación de los patógenos con las semillas garantiza el acceso directo del parásito a la fuente nutriciona­l durante la germinació­n y emergencia.
 ?? Marcelo Carmona ?? Es fitopatólo­go y dicta clases en la cátedra de fitopatolo­gía de la Faculta de Agronomía de la UBA.
Marcelo Carmona Es fitopatólo­go y dicta clases en la cátedra de fitopatolo­gía de la Faculta de Agronomía de la UBA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina