Con una visión compartida
Los Paladini alquilan su campo y acordaron con la empresa que lo trabaja una manejo sustentable que cuide el capital suelo. Un sueño hecho realidad.
Mentes amplias, miradas lejanas, oídos dispuestos, voluntades firmes: puntos comunes entre los integrantes de un equipo diverso y sólido a la vez. Así es el grupo de personas que sostiene el esquema de trabajo en Las Mercedes, y que recientemente logró implementar el sistema de Agricultura Certificada (AC) en este establecimiento agropecuario de Luis Palacios, al sur de Santa Fe.
En 2003, Rodolfo, María y Nello Paladini constituyeron Manero S.A. y decidieron invertir en el establecimiento Las Mercedes. Desde un comienzo tuvieron claro que lo importante no era la obtención de renta inmediata, sino preservar y acrecentar su capital. Y, para eso, producir en forma sustentable resultaba fundamental.
Delegaron el trabajo de esas tierras a Todesca S.A y eligieron el sistema de aparcería: de ese modo comparten el riesgo y el resultado de lo producido. Normalmente, en los contratos se establece que quien alquila debe cuidar los recursos, pero Manero fue un poco más allá: “Nosotros le pedimos que incremente en forma sostenida el capital que se le entregó y esto se tenía que demostrar en la práctica”, cuenta Nello.
Fue así que pensó en implementar la Agricultura Certificada como una herramienta idónea para corroborar, a través de registros, cómo se acrecentaba ese capital a largo plazo. Además, “era una manera de ordenarse, documentar los procesos, hacer más eficiente el trabajo diario y bajar costos”, agrega.
Cuando Manero planteó la idea de la certificación, “Todesca no dudó en acompañar”, dice la ingeniera agrónoma Silvia Etcharren, responsable de producción de la firma, convencida de los beneficios del sistema. Esta empresa es parte del CREA Monte Buey y venía trabajando con buenas prácticas desde hacía largo tiempo.
“Todo lo que se exigía ya lo estábamos haciendo: siembra directa, rotación, fertilización, análisis de suelos; los datos ya los teníamos, sólo había que ordenarlos y volcarlos a registros”, expresa la ingeniera.
Carolina, la hija de Nello, fue la encargada de llevar adelante el proceso hacia la Agricultura Certificada, ese gran proyecto que nació en el seno de AAPRESID. Finalizando sus estudios en Administración de Empresas y sin vinculación con la actividad agropecuaria, tuvo que arrancar de cero.
“Al principio me costó mucho entrar en tema”, reconoce. Hacia fines de 2010 comenzó a interio- rizarse de los pormenores del sistema de AC y sus posibilidades de implementación. A partir de allí puso manos a la obra para el cumplimiento de los requisitos y el diseño de los registros necesarios. Junto a la ingeniera Et- charren dedicaron varios meses a redactar sus propios manuales de procedimiento.
“Hicimos un manual de planificación de campaña, uno de siembra, otro de cosecha y uno