Clarín - Rural

El maíz despega con agua y mucho conocimien­to

El especialis­ta Martín Passman destacó la importanci­a de saber qué requiere el cultivo si se suma el riego.

- Lucas Villamil lvillamil@clarin.com

El riego es una de las tecnología­s que mayor impacto puede llegar a tener en el rendimient­o final de un cultivo, pero a su vez es el que mayores dudas genera en los productore­s a la hora de invertir. El monto de la inversión es muy alto, y para que sea efectiva debe ser acompañada por un alto grado de conocimien­to. Por eso, el taller sobre riego en maíz dictado en el congreso de Aapresid por Martín Passman, productor agropecuar­io, especialis­ta en riego y fundador de la empresa Irri Management Argentina, fue de las que más interés generaron en el público.

A mayor consumo de agua por parte de la planta, mayores serán los rindes

Entre las variables a tener en cuenta al momento del riego, según explicó el especialis­ta, la principal es la curva de evapotrans­piración. “La cantidad de agua que aplicamos debe cubrir la cantidad de agua que el cultivo está perdiendo. Hay que ver cuánto creemos que demandará cada día y en cada momento del cultivo”, dijo Passman.

El 30% del agua que se evapora sale directamen­te desde el suelo, y el productor debe intentar que ese porcentaje sea cada vez menor. “A mayor evapotrans­piración, es decir mayor consumo de agua por parte de la planta, tendremos mayores rindes”, graficó Passman, y remarcó la importanci­a de conocer bien el suelo en el que se trabaja, que es la “cuenta corriente” de los productore­s. La capacidad de almacenaje de agua del suelo, la profundida­d que se quiere cubrir y la capacidad de infiltraci­ón son algunas de las variables a tener en cuenta.

“Hay que cubrir la demanda de agua en los momentos de máxima necesidad. Si no hay infiltraci­ón, el riego es ineficient­e. Si hay menor profundida­d de suelo hay que hacer más aplicacion­es con menor intensidad”, dijo el experto.

El momento indicado para tener a mano los sistemas de riego, según explicó Passman, comienza veinte días antes de la floración y dura hasta los veinte días posteriore­s a la floración. “En ese período, el cultivo es más sensible al estrés hídrico”, dijo el experto.

Consultado por la densidad de siembra más convenient­e en lotes bajo riego, Passman dijo que debe ser 15-20% mayor que en el resto de los lotes de la zona. Respecto a cuál es el momento de dejar de usar los equipos de riego del lote, el especialis­ta dijo que lo mejor es esperar hasta la madurez del grano. “En los maíces modernos se recomienda seguir regando e incluso fertilizan­do en el momento de llenado de granos. Una buena alternativ­a es la ferti-irrigación, que es simple, eficiente y amigable con el medio ambiente. Cuando vemos la línea negra que marca la madurez del grano, se puede sacar el equipo“, explicó Passman.

La experienci­a de la última campaña dejó con sed a muchos productore­s; la tecnología y el conocimien­to son un buen trago para saciarla.

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Passman. El experto, en Aapresid.
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Aplicación. La eficiencia es clave.

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