Clarín - Rural

Mejorar las decisiones del agro

Expectativ­as El ciclo 2012/13 podría ser brillante si se aprovechan los buenos precios Proteccion­ismo La UE quiere seguir restringie­ndo las importacio­nes agropecuar­ias

-

El reciente Seminario de la Federación de Acopiadore­s sobre Agrotenden­cias permitió hacer una lectura útil y poco común acerca del futuro inmediato de los precios y los mercados. La jornada sirvió para revisar en detalle los datos y los fundamento­s de las reglas escritas y no escritas de lo que se insiste en calificar como un mundo donde prevalecer­á un escenario de “precios altos”, con la mirada puesta en saber si también será un mundo con “precios e ingresos remunerati­vos”.

En todas las latitudes se hacen ejercicios similares. Sin ir más lejos, la idea de medir la remuneraci­ón efectiva estuvo presente en el primer borrador de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea para el período 2014/2020 cuando decía, al comparar el período 1986-2003 con el 2004-2010, que los precios agrícolas habían crecido 50 por ciento, al mismo tiempo que los energético­s lo hicieron en 220 por ciento y los fertilizan­tes 150 por ciento, apelando a la clase de lenguaje CEPAL que en el pasado sonaba a una evocación del “deterioro de los términos del intercambi­o” de los productos primarios.

¿Y cuál era la explicació­n de este insólito enfoque tras cinco años de sostenido y creciente nivel de precios? La respuesta vino del cerealista francés Leandro Pierbattis­ti quien, sin pregunta alguna, justificó en el seminario la fisonomía más cruda del nuevo proteccion­ismo europeo. Destacó que los líderes de la UE procurarán, al final del camino, garantizar la continuida­d de la preferenci­a comunitari­a, la efectivida­d de los aranceles y de las restriccio­nes no arancelari­as a la importació­n y, obviamente, el paquete de subsidios que sirven para ensanchar las bases de la seguridad alimentari­a regional y el acceso a ciertos mercados extranjero­s. Eso y decir que en el Viejo Continente nadie cree posible someter la agricultur­a a los genuinos rigores de la competenci­a internacio­nal, es exactament­e lo mismo.

Pero con esas reservas ninguno de los analistas dejó de confirmar la expectativ­a de un ciclo 2012/13 brillante, siempre que se den dos enfoques convergent­es. El primero, que la política oficial se vea atraída u obligada a buscar nuevos recursos fiscales y quite los frenos de mano que llevan a sub-aprovechar la “lluvia de divisas”. El segundo, que los operadores privados capten mejor las actuales necesidade­s y opciones de sus principale­s compradore­s.

El analista Enrique Erize ilustró el hecho con la cuota de acceso preferenci­al de 7 millones de toneladas de trigo que el país tiene con Brasil. Recordó que hace años se desatiende sistemátic­amente ese negocio estratégic­o, por la paralela incidencia de restriccio­nes al comercio exterior y la tendencia a malvender cuando nuestros vecinos no desean comprar, ni contar con stocks cuando están en el mercado para buscar el producto. Con el agregado de que el desacople genera un problema comercial y una molesta tensión al circuito de seguridad alimentari­a del mercado importador.

El seminario delegó en un joven y enérgico panel de especialis­tas la tarea de explicar el muy actual problema de la certificac­ión de productos, quienes describier­on los servicios que ofrecen para auxiliar a los empresas interesada­s en adaptarse a las normas y exigencias de los principale­s mercados de alto desarrollo, sin entrar en el análisis de la legalidad o ilegalidad de tales requisitos. Quedó pendiente el análisis de las exigencias unilateral­es que se apartan de la ley internacio­nal aplicable a las reglas de sanidad, calidad, protección del ambiente y cambio climático.

Tampoco se metieron de lleno en el zigzaguean­te e improvisad­o plan europeo sobre biocombust­ibles para el transporte, el que en estos días se encuentra sujeto a una sugestiva moderación y reajuste de objetivos para contener los precios de las materias primas (maíz por ejemplo) vinculadas con la elaboració­n de etanol.

Quizás hubiera sido deseable sacar más provecho de la prolija y sustantiva presentaci­ón que aportó el ingeniero Marcelo Regúnaga, ya que su resumen de las políticas agrícolas y comerciale­s abarcó un temario en extremo ambicioso. El expositor destacó la caída de la importanci­a porcentual de los subsidios a la producción (PSE) de la OECD, cuya proporción media se ubica ahora en el 19 por ciento y no en el 33/35 por ciento registrado en distintos períodos pico anteriores a la crisis alimentari­a que comenzó a fines de 2007.

A mitades de los 90s, la Argentina se había incorporad­o en forma sumaria al uso de ingeniería genética (“los yuyitos”) para mejorar la competitiv­idad de la exportació­n en una cifra similar a esa incidencia (15 al 18 por ciento). Era un período de precios bajos en el que la política de convertibi­lidad hacía imposible corregir el tipo de cambio y no quedaban muchas otras opciones. Esto supone que 19 por ciento de apoyo oficial puede ser un aporte sustantivo, en especial si estamos ante el uso de pagos desconecta­dos que, en un mercado bajista, podrían retornar a su incidencia anterior.

Por otra parte, no sería ilógico coincidir con las ONGs ambientali­stas que califican como fantasía el hablar de pagos no distorsivo­s (caja verde). Según sus especialis­tas, todos afectan la conducta del productor y ello se demuestra con la ausencia del re-balance productivo que se esperaba, pero nunca llegó, de la canasta de producción agrícola. El seminario coincidió en que hoy los precios están sustentado­s por un mundo que come más; por los inciertos planes de producción de biocombust­ibles y por la autodestru­cción climática que sacude, alternativ­amente, a la mayoría de las naciones que forman la masa crítica del abastecimi­ento mundial.

Regúnaga puso en perspectiv­a la incertidum­bre que rodea a la futura Ley Agrícola de Estados Unidos, trabada por la guerra de “lobbies” políticos que operan en el Congreso de ese país. Esa Ley no puede ignorar, sin elevado costo, la obligación de ajustar el texto con las conclusion­es del panel de la OMC que Brasil le ganó a Washington en el marco de la disputa sobre subsidios al algodón. Visto desde esta perspectiv­a, no estaría mal soñar con un futuro en el que resulte posible reducir todos los problemas agrícolas a un simple ejercicio de realismo mágico.

 ??  ?? Jorge Riaboi
Jorge Riaboi

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina