El legado de Oscar Alvarado
Una organización de gestión solidaria que impulsó un grupo de amigos con ganas de hacer cosas por el bien social y convencidos de poder inspirar a otros. De eso se trata la Fundación para la Integración Social Oscar Alvarado.
“Oscar era una persona que veía más allá y fue quien dio los primeros pasos en el vínculo con movimientos sociales, como el de Trabajadores Desocupados (MTD) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), con los que hoy compartimos varios logros y proyectos”, contó Mariano Alvarado, presidente de la fundación y hermano de su precursor.
La fundación nació en homenaje y como legado de su líder, poco después de su muerte en septiembre de 2010. El evento más importante del año es la cena a beneficio que permite recaudar dinero para solventar diversos proyectos. Con la primera cena, en 2010, recuperaron una escuela en Laferrere, La Matanza, en conjunto con la
La fundación nació como homenaje a este reconocido empresario del agro
Cooperativa del barrio La Juanita, del mismo partido. “Ahora estamos terminando la segunda etapa de construcción”, comentó Alvarado.
Los tres pilares que sustentan el trabajo de la fundación son la educación, con el foco puesto en la integración; la articulación entre organizaciones privadas, cooperativas y empresas recuperadas; y la creación de espacios de diálogo y construcción social. “Partimos de la concepción de que todas las partes ganan, desmitificando los prejuicios y buscando los puntos en común que nos permitan avanzar”, sostuvo el directivo.
La cena de este año será el 28 de noviembre en La Rural. Allí se presentará el libro “Oscar Alvarado. Emprender con valores”, obra que será bandera de la fundación. Para 2013, la ONG concluirá la sala de salud del barrio Salamanca de La Matanza, e impulsará en escuelas el programa de la fundación Defensores del Chaco, que propone el fútbol como herramienta para la educación en valores como tolerancia, respeto y trabajo en equipo.
“Soñamos con volver a la Argentina de hace 100 años, cuando la mirada y el apretón de manos bastaban para sellar un compromiso; sabemos que no es fácil, pero sí posible, vivir en un país más sano”, finalizó Alvarado.