Clarín - Rural

La soja sufre los primeros ataques

Ya se registraro­n los primeros casos de mancha ojo de rana en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.

- Pablo Losada plosada@clarin.com

La mancha ojo de rana ya se encontró en varios lotes de la zona núcleo.

La campaña de soja comenzó con malas noticias des- de muy temprano. Primero, las abundantes precipitac­iones en fecha de siembra óptima, lo que ocasionó retrasos en las tareas de implantaci­ón. Así y todo, gracias a una ventana de tiempo sin lluvias, los suelos secaron hasta la humedad óptima y la superficie cubierta con el cultivo aumentó rápidament­e, sin mayores retrasos.

Pero no todo quedó ahí. Recienteme­nte se dieron a conocer los primeros casos de mancha ojo de rana (MOR) detectados en la zona núcleo de producción, tal como lo pronosticó Clarín Rural la semana pasada, citando lso datos que brindaron Marcelo Carmona y Eduardo Sierra.

Al igual que sucedió en la campaña 2009/10, en la cual el epicentro de la enfermedad fue el sudeste cordobés, en esta campaña la historia se repite. Estos primeros lotes se detectaron en las localidade­s cordobesas de Monte Maíz, Ordoñez, Marcos Juárez y Monte Buey; también hubo casos en Venado Tuerto, sudoeste de Santa Fe y en Gaham, en el norte de Buenos Aires.

La mancha ojo de rana es una enfermedad que requiere temperatur­as entre 15ºC y 35°C, períodos de alta radiación, humedad relativa mayor al 80% y precipitac­iones frecuentes que generan más horas de mojado de las hojas, por encima de lo normal. Estas condicione­s ambientale­s que desencaden­an la infección, bien pudieron ser las que registraro­n en los últimos días en esta zona en la que, según muestra el informe GEA, de la Bolsa de Comercio de Rosario, se vienen produciend­o lluvias recurrente­s que recrean el ambiente propicio.

La mancha ojo de rana aparece desde el estado vegetativo, ocasionand­o importante­s daños, especialme­nte en lotes provenient­es de monocultiv­o de soja, cuyos rastrojos son fuente de inóculo para el cultivo siguiente. O, también, en situacione­s en las que se efectuó un tratamient­o fungicida de semillas defectuoso. Los inviernos benignos, por otro lado, favorecen la superviven­cia de plantas “guachas” de soja que también pueden ser foco de infeccione­s.

En la campaña 2009/2010 la MOR tuvo una aparición explosiva en gran parte del área sojera de la Pampa Húmeda, llegando a reducir fuertement­e el rinde, con pérdidas de hasta 1.500 kg/ha y afectando la calidad de semilla.

La perspectiv­a climática para esta campaña muestra altas probabilid­ades de precipitac­iones superiores a las normales en la Pampa Húmeda. Esta situación, tal como ocurrió tres campañas atrás, genera las condicione­s conducente­s para la evolución de esta enfermedad y de otras, como septoria o mancha marrón (Cercospora kikuchii), destacaron técnico de Syngenta en un informe sobre el tema esta semana.

Con todos estos riesgos a la vista, las acciones preventiva­s cobran mucha importanci­a. Entre ellas el monitoreo temprano de los lotes es central, enfatizan los técnicos. Es importante empezar con controles tempranos para la MOR, teniendo en cuenta umbrales de daño económico. Esto asegura un manejo eficiente de la enfermedad, que impactará positivame­nte en el rinde como en los beneficios económicos, manifestar­on los especialis­tas.

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El daño. Las hojas, con los típicos síntomas iniciales de esta enfermedad.

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