“Tenemos un problema de sustentabilidad”
Lo sostuvo Antonio Aracre, presidente de Syngenta para el sur de Latinoamérica. Pide sembrar más maíz.
Las empresas proveedoras de insumos para el agro pade recen estar confluyendo en una misma búsqueda. El crecimiento de los rindes a partir de mejores prácticas y nuevos eventos biotecnológicos ya no es un proyecto sino una premisa básica. La productividad, por más alta que sea, no puede pagar el gran precio del equilibrio ambiental y social.
Con esta premisa, Syngenta realizó la semana pasada en Buenos Aires el Foro para el Futuro de la Agricultura, bajo el lema “Alianzas: Co-creación, Acción y Resultados”. Clarín Rural aprovechó la ocasión para conversar con Antonio Aracre, presidente de la compañía para Latinoamérica Sur, quien abrió el encuentro. - ¿ Cuáles son los desafíos que ven hoy para la agro argentino? - En un país que siembra más 20 millones de hectáreas de soja y menos de 4 millones de hectáreas de maíz. La proporción señala que tenemos un problema de sustentabilidad y demanda una concientización por parte de los productores, no privilegiando la rentabilidad a corto plazo, sino la sustentabilidad a largo plazo. Pero también demanda de políticas públicas que equilibren y fuercen una rotación más sustentable. Por ejemplo, con la regulación de los contratos de alquiler, como pasa en otras partes del mundo. - ¿ Qué aportan las compañías, desde la tecnología, a esa búsqueda de sustentabilidad? - El 80% de la inversión en investigación y desarrollo de casi todas las empresas de tecnología agropecuaria se destina al maíz, tratando de convertirlo en un cultivo de elección, y no solo de rotación obligada. Aun así, es muy difícil torcer una ecuación económica a favor del maíz. Y no lo digo en desmedro de la soja, que es un cultivo extraordinario. La soja nos ha dado ventajas competitivas excelentes, nos ha permitido desarrollarnos incluso desde el punto de vista agroindustrial. Pero la ecuación está desequilibrada y eso es algo que desde los sectores público y privado se debe tratar de modificar. - ¿Cuáles son las tecnologías a las que más potencial le ven para los próximos años? - Una es la resistencia a insectos, que se va “estaqueando” a distintos eventos biotecnológicos, dándoles sustentabilidad a través del uso de distintas moléculas que los hacen más amigables con el medio ambiente. En maíz, la aceleración en el uso de fungicidas, como uno de los principales disparadores en la mejora de la calidad de grano, y el uso óptimo del agua. En soja, tecnologías que contrarresten los efectos de resistencia que cada vez se ven con mayor asiduidad en el uso de glifosato, que se ha difundido tanto y es cada vez mayor. En Estados Unidos, que nos lleva algunos años, ya es muy preocupante. Nosotros estamos desarrollando varios eventos biotecnológicos que tienden a contrarrestar este efecto. En girasol, las mejoras en el aceite, particularmente el alto oleico, orientado a mejorar la salud del consumidor. - Hace pocos días se anunció una alianza de Syngenta con BASF en girasol Clearfield. Las alianzas entre los grandes, en distintos temas, ¿constituyen una tendencia mundial que se viene? - Acuerdos globales de intercambios de tecnología tenemos un montón. Ninguna empresa es dueña de todas las tecnologías disponibles, pero todas quieren tener la oferta tecnológica más amplia, para que sus productores puedan optar por aquella que más se adapta al suelo donde operan. Por eso es que hay un intercambio masivo entre las empresas, licenciándose en forma cruzada sus tecnologías. En Argentina, por ejemplo, tenemos un acuerdo con Rizobacter por la soja Plenus, que no es una semilla sino un nuevo concepto que integra diferentes tecnologías. Estamos probando al productor que la semilla no es un gasto sino una de las inversiones clave. - ¿ Qué peso tiene hoy la Argentina para Syngenta a nivel global? - Enorme. Es uno de los cuatro mercados estratégicos más importantes para la empresa. Por eso estamos aquí no solo como líderes del mercado sino con inversiones muy importantes en términos de producción, de plantas, de incorporación de personas, de investigación y desarrollo. En un año complejo por la situación climática, pero nuestro compromiso a largo plazo con el país es muy grande.