Te quiero, pero cuidame más
Un grupo de referentes destacó el aporte de la tecnología, pero dijo que debe haber un uso más cuidadoso.
El avance en la aplicación de tecnología agropecuaria parece haberse convertido en una obligación básica para los productores argentinos, pero son pocos los espacios de debate sobre los riesgos e implicancias de este precepto. La búsqueda de mayores rendimientos puede tener un precio demasiado alto, y de eso deben hacerse responsables los productores, las empresas y el Estado, para que la palabra sustentabilidad no termine por vaciarse de sentido.
El seminario realizado esta semana por la Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA), en Buenos Aires, intentó dar un marco para que los
Muchas veces los deberes se demoran en la propia casa”, reconoció Belloso
actores de la cadena agroindustrial brinden su visión sobre las responsabilidades compartidas en materia de uso de la tecnología y sobre las necesidades que plantea el futuro. La charla se dio en un panel moderado por el presidente de ACTA, Oscar Domingo.
En representación de los productores estuvo César Belloso, presidente de Aapresid, quien reconoció que “muchas veces, los deberes se demoran en la propia casa”, pero afirmó que el sector se ve a la defensiva en algo en lo que debería estar orgulloso. Belloso se refirió seguramente a los avances logrados por los agricultores argentinos en materia de manejo durante las últimas décadas, pero advirtió que aun quedan muchos temas por resolver. “En la discusión por la Ley de Semillas, por ejemplo, nos sentimos anclados en el pasado. Hoy más que nunca tenemos que hacer un esfuerzo para el entendimiento mutuo”, afirmó.
Por su parte, Martín Lema, director de Biotecnología del Ministerio de Agricultura, coincidió con Belloso en la necesidad de una mayor interacción y se mostró en línea con el deseo del sector productivo de incorporar nuevas tecnologías. “Conocemos la potencialidad de las tecnologías que ya están desarrolladas y trabajamos para que estén a disposición de los productores. Para eso pedimos que nos ayuden a crear consensos: el Estado es el encargado, pero la tarea se facilita si no hay posiciones de trinchera”, dijo.
El investigador del Conicet Osvaldo Barsky aportó el contexto histórico en el que se da el debate sobre el crecimiento productivo argentino. “Llevamos muchas décadas en las que han habido más desencuentros que encuentros, sobre todo alrededor del debate sobre qué hacer con el excedente agropecuario en un país que no tiene muchos sectores con excedentes. A pesar de esos desencuentros hemos logrado la construcción de un sector moderno”, dijo. Por otro lado, el investigador remarcó que el país aun tiene grandes problemas por tener una sociedad fragmentada, y que falta entendimiento entre el agro y amplios sectores.
“Estamos muy atrasados en el acuerdo social que implica una ley de suelos. Hay sectores que perciben en la modernidad del agro un gran peligro. El sector es muy pujante pero aun debe hacer un enorme esfuerzo en la comunicación”, advirtió.
A su turno, el economista Guillermo Nielsen coincidió con Barsky en la necesidad de una mejor comunicación sectorial. “Los argentinos tenemos una intuición de que el sector agropecuario tiene mucha importancia, pero no conocemos la compleja relación que existe entre las empresas y los productores. Si eso se entiende mejor, las políticas públicas serán mejores”, dijo.