La importancia del mercado
Por sexta cosecha consecutiva, los mercados de trigo y maíz se encuentran intervenidos, sin competencia y con dificultades para su comercialización.
El sistema de cupos a las ventas externas deprime el precio que recibe el productor por su cereal y crea una retención adicional que se suma a la que ya tienen estos granos, por el descuento que aplican las empresas exportadoras y de consumo interno a las ofertas de precios de maíz y de trigo. Se favorece de este modo a unas pocas empresas, y se busca corregir un problema irreal, como es la eventual falta de trigo y maíz para el mercado interno.
Como resultado, la Argentina tuvo este año la menor superficie de siembra de trigo de los últimos 110 años, con una cobertura total de 3,6 millones de hectáreas.
Esto provoca graves consecuencias para toda la cadena, al registrarse menos ventas de insumos y semillas, una menor pasada de sembradoras, cosechadoras, pulverizadoras, fertilizantes y de todos los servicios asociados al cultivo, y menos movimiento de camiones. En suma, se paralizan las economías del interior en el invierno. Además, hay una menor oferta de trigo para el mercado interno y la exportación, haciendo que todo salga al revés del objetivo que se dice buscar, es decir, que haya menos cantidad de trigo disponible.
Desde el gobierno, se ha estima- do la necesidad de 6,5 millones de toneladas de trigo y 8 millones de toneladas de maíz para abastecimiento interno. Pero es sabido que, por ejemplo, para cubrir las necesidades básicas para producir harina para pan, alcanza con 2,4 millones de toneladas de trigo. La determinación de necesidades internas por demás abundantes genera que el mercado esté sobre abastecido y que el precio al productor sea de remate. Y esto sin ningún beneficio para los consumidores. Recordemos que hace tan sólo unos años el kilo de trigo
Cupos de venta Es un sistema que deprime el precio y favorece a unas pocas empresas
valía $ 0,4 y un kilo de pan $ 2,5. Hoy por un kilo de trigo se paga $ 1 y el kilo de pan vale $ 10. Es decir que el precio del trigo incide en alrededor del 10% en el precio del pan, y los aumentos en el precio final del pan permanecen en la cadena de comercialización con perjuicios para productores y consumidores que quedan presos de la concentración en otros eslabones de la cadena.
Pero además, ante la oportunidad que nos brinda el mundo, no podemos conformarnos con que no falte producción para el con- sumo interno. Somos capaces de abastecer la mesa de los argentinos y de hacer crecer la producción para venderla al mundo. Somos capaces de agregar valor transformando la producción en origen sin que esto signifique menos valor para el productor.
Por otra parte, estos cultivos son vitales para mantener una producción sustentable, prevenir la erosión y conservar la estructura de los suelos.
Por eso, frente a esta falta de previsibilidad, y al rotundo fracaso que generó la intervención oficial, la mejor solución es volver a los mercados, a un sistema transparente que permita la sana competencia entre los compradores de granos, y que contemple la apertura de las exportaciones durante todo el año para obtener precios representativos a través de los mercados institucionalizados.
El sistema que funcionó hasta 2007 posibilitó la formación de precios para toda la cadena agropecuaria, estimulando las inversiones al generar un horizonte previsible, tanto al productor como a los proveedores de insumos. Un precio cierto estimula el uso de las diferentes herramientas financieras para la compra de insumos, los contratos de canje y la prefinanciación de exportaciones. De esta forma, otorga liquidez a toda la cadena de producción e impulsa el uso de la mejor tecnología disponible. Además, permite el correcto funcionamiento de los mercados de futuros, que protegen a los productores ante cambios desfavorables en los precios de sus productos, y que permiten disminuir los riesgos en una producción a cielo abierto y sujeta a los azares del clima.
La única solución definitiva a un sistema que ha traído tantos daños y ningún beneficio es impulsar la real competencia entre los compradores de maíz y trigo, liberando las exportaciones. Una solución que suponga el fin de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE), que otorga la
Competencia libre Es necesario impulsarla entre los compradores de trigo y maíz
Secretaría de Comercio Interior y que son el verdadero motivo por el cual los productores han sufrido descuentos de hasta 50 dólares por tonelada.
La Argentina tiene excelentes perspectivas para crear más empleo gracias a la demanda internacional por alimentos y energía. Cuenta con la bendición, por su clima, de poder rotar soja sobre trigo en la misma campaña en un alto porcentaje de su superficie agrícola. Tiene también la ventaja de poder sembrar maíz para asegurar la sustentabilidad de los planteos agrícolas en el largo plazo.
Es por eso que desde la Sociedad Rural Argentina seguiremos trabajando para lograr mercados transparentes y representativos. Y también para que se entienda que las retenciones son una barrera de supervivencia demasiado elevada que muy pocos productores pueden sortear. Pensemos sino en un productor de maíz del norte argentino, que debe afrontar un costo del flete al puerto de Rosario del 50% de su ingreso por el cereal. Si sumamos a esto sus costos directos e indirectos y las retenciones, la cuenta final da negativa. Por eso, creemos que es hora de eliminar las retenciones en forma definitiva para el trigo, el maíz, la carne y el girasol, ya que este impuesto se instauró en un contexto de emergencia económica para la Argentina y, si hemos crecido a tasas chinas, ya no resulta necesario.
Mediante su eliminación y un buen funcionamiento de los mercados, el productor accederá a precios competitivos que le permitan crecer y generar mayor desarrollo en sus comunidades. La mejor opción es abrir el comercio de productos agrícolas y liberar las enormes energías que tienen nuestros suelos y las fuerzas productivas del interior. De esta forma ganaremos todos. No un grupo, ni un sector. Así el campo podrá sumar para que gane el país en su conjunto.