Clarín - Rural

Haciendo punta en una z Ona difícil

En Avellaneda, los Muchut revelan sus secretos: financiami­ento, diversific­ación de actividade­s y seguir las apuestas en el tiempo.

- AVELLANEDA. ENVIADA ESPECIAL Verónica Puig clarinrura­l@clarin.com

“El girasol es estable y permite ingresos en una época clave: meses de fin de año” Como contratist­as, nuestros clientes piden cada vez más una siembra con equipos neumáticos para maíz o girasol.

Fernando Muchut

Maneja la maquinaria La mayoría de estos lotes tienen suelos marginales, que requieren fertilizac­iones que elevan fuertement­e los costos productivo­s.

Hernán Muchut

Mira los números de la empresa Endeudarse, pagar e ir tomando actividade­s en red con otros productore­s fue nuestra manera de ir creciendo.

Enzo Muchut

Otro de la nueva generación

En el noreste de la provincia de Santa Fe, sobre la costa del río Paraná, el paisaje es verde intenso, con campos bajos, de lotes despojados que pierden la vista en el horizonte. Clarín Rural recorrió diferentes zonas del departamen­to San Cristóbal para conocer cómo trabajan en sistemas agrícolas de alto rendimient­o, y con el girasol como cultivo estrella. La familia Muchut, oriunda de estos parajes, es un claro ejemplo de agricultor­es de tradición pero que crecieron de la mano de la innovación, junto con la incorporac­ión de las nuevas generacion­es y el asociativi­smo. El concepto “ganar, ganar”, que se ha escuchado en diversas teorías, en esta empresa es una realidad de todos los días.

Elías es uno de los tres herma- nos que junto a Aníbal y Celso formaron la sociedad inicial de La Cariola, empresa agropecuar­ia que produce en 4.000 hectáreas arrendadas, entre el departamen­to San Cristóbal y, hacia el oeste, en Tostado y Bandera, Santiago del Estero. Y brindan servicios como contratist­as de maquinaria en otras miles en esta región.

Elías habla sobre su visión de los emprendimi­entos en forma serena, pero muy precisa. Dice que en estos tiempos, a diferencia de cuando comenzaron a trabajar con sus hermanos en la actividad heredada de su padre, ahora existen más opciones y se entusiasma con que lo que se cultiva no depende, como entonces, del mercado interno, sino de la demanda global. Además, rescata que ahora se puede crecer con pequeñas asociacion­es, con financiami­ento para adquirir herramient­as y sin capital propio inicial.

Aquí, el cultivo más importante de la campaña de gruesa es el girasol. Argentina mantiene entre los tres primeros productore­s mundiales y gran parte de lo que se genera a nivel nacional se con- centra en esta zona. En este ciclo, en el centro norte de Santa Fe, se destinaron a girasol, más de 100.000 hectáreas.

De visita por los lotes, Enzo Muchut, hijo de uno de los socios fundadores de la empresa, comenta que “frente a otros, el girasol es estable y permite ingresos en una época clave, como los meses de fin de año”. En cuanto a los costos, opina que es menos oneroso que otros, como el algodón.

Acerca de los rendimient­os, en la última campaña, en los campos que trabajan en Avellaneda, rondaron los 24 quintales promedio. Y consideran­do los de la zona de Tostado y Bandera, el promedio general de los últimos años en la empresa es de 18 quintales. “La diferencia fundamenta­l que vemos es que en los campos de Santiago del Estero los rendimient­os son más erráticos. Las principale­s mermas se dan por falta de agua y por daños por aves”, detalló el joven profesiona­l, especializ­ado en Administra­ción de Empresas Agropecuar­ias y parte del equipo técnico de la empresa familiar.

Los arrendamie­ntos oscilan de 4 a 6 quintales de soja, comentó Hernán, otro de los integrante­s de la nueva generación que conforma la compañía. Dice que, para las caracterís­ticas y aptitud de los campos de la zona, el precio es alto, porque se trata en su mayoría de lotes con suelos marginales, que requieren fertilizac­iones que elevan fuerte los costos. Producir una hectárea de girasol les cuesta 180 dólares, sin contabiliz­ar el arrendamie­nto ni el alquiler de la maquinaria, especifica.

Enzo explicó, además, que hacen girasol y maíz, en secuencias, básicament­e para tener buenas rotaciones. Y agregó que llevan adelante, junto a los integrante­s del CREA Villa Ana, del que forman parte, ensayos de densidades, ya que creen que ésto permite lograr estabilida­d en los rendimient­os y bajar los costos, ya que en maíz la semilla es el principal insumo.

El equipo de la familia Muchut tiene, como una unidad de negocios, los servicios de siembra, cosecha y pulverizac­ión para terceros. Trabajan con maquinaria propia, como contratist­as. Fernando es uno de los que está encargado de este segmento y en referencia a las tecnología­s de mayor demanda por parte de los productore­s dijo que para los de cosecha, por ejemplo, piden trabajar con equipos axiales. “En el rubro siembra, los clientes nuestros piden equipos neumáticos -para maíz o girasol-, con piloto automático”, detalló.

Señaló, también, que para recuperar la inversión en una máquina de este tipo se requiere no menos de 5 años. “En zonas mar-

ginales, se paga menos por los servicios. Los márgenes se vienen achicando en los últimos años. Es una tendencia global. Por eso, se viene hablando de la necesidad de agregar valor en origen para recuperar márgenes de ganancia. Esto ocurre no sólo en agricultur­a; también en ganadería. Hoy, ser un productor primario significa trabajar con márgenes de ganancia cada vez más acotados. Por eso la industria y la producción tienen que ser unidades productiva­s integradas”, consideró Elías.

Acerca de los objetivos a futuro de la empresa, las dos generacion­es que forman parte de La Cariola coinciden en que es fundamenta­l, para seguir adelante, la incorporac­ión permanente de tecnología, tanto en maquinaria como en paquetes para el desarrollo de los cultivos.

Mirando el horizonte cercano, evalúan la incorporac­ión de más hectáreas productiva­s y señalan que frente a esto, el componente de riesgo climático tiene un peso importante. “En equipos, tenemos pensado sumar más aplicacion­es para agricultur­a por ambientes, que si bien ya se hace, tiene escasa participac­ión. Y pensamos también en poder aprovechar mejor la informació­n que nos dan los equipos de agricultur­a de precisión, como los mapeos, que por ahora no estamos utilizando al 100 por ciento”, mencionó Enzo.

Los Muchut hablan de a uno a la vez, escuchando atentament­e las opiniones y esperando su turno, en un claro ejemplo de considerac­ión hacia el otro. Del mismo modo desarrolla­n sus pequeñas asociacion­es, que les han permitido grandes avances. Andar a la par, sumando, tras un objetivo común. Un modo de seguir en el camino de una agricultur­a cada vez más compleja.

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Apasionado. Elías Muchut, uno de los fundadores de la empresa, en un lote girasolero que conoce a fondo, cerca de Avellaneda.
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 ?? JOSE ALMEIDA / ENVIADO ESPECIAL ?? Manejo. A la derecha se nota el uso de desecantes para adelantar la cosecha y evitar un mayor daño de las palomas.
JOSE ALMEIDA / ENVIADO ESPECIAL Manejo. A la derecha se nota el uso de desecantes para adelantar la cosecha y evitar un mayor daño de las palomas.
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JOSE ALMEIDA / ENVIADO ESPECIA Ahora, llega la nueva generación al manejo.
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ROBERTO PERA ¡Mamita!. Un peón registra cómo quedó el capítulo tras el ataque de las aves.

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