Ahora, mirando la alfalfa
Un trabajo del fallecido Hugo Fontanetto analiza los mejores antecesores para implantar el cultivo a través de la siembra directa.
La región central de la provincia de Santa Fe tiene en la tradicional producción lechera una de las principales actividades agropecuarias, lo que la convierte en una de las más importante cuenca lechera del país. Se puede mencionar que en esta zona la actividad tambera, con sus diferentes variantes productivas, representa el 35,5% de las empresas existentes y el 40 % de las ganaderas.
Bajo este contexto, las plantas forrajeras ocupan un papel central como fuente de alimentos para el ganado lechero o cárnico. En este sentido, los verdeos y las pasturas plurianuales se convierten en el principal componente de la dieta.
La alfalfa es una de las forrajeras más importantes y uno de los principales limitantes para trabajarla en directa es el logro de mayor cantidad de plantas dado por el volumen de rastrojo al momento de la siembra.
Durante los seis últimos años, el recientemente fallecido Hugo Fontanetto, junto con Oscar Keller, de INTA Rafaela, realizaron experiencias con la finalidad de evaluar la viabilidad de implantación de la alfalfa sobre pasturas degradadas de la misma forrajera y con otros cultivos como predecesores.
Sobre la pastura degradada se registraron muy bajas eficiencias de implantación (20%), debido principalmente a los efectos de las sustancias hormonales que segregó la pradera antecesora que limitan el crecimiento de la nueva pastura. Con otros cultivos como predecesores, se midieron eficiencias de implantación de entre 55% a 90%. Los mayores logros se obtuvieron sobre lotes de girasol (90%), moha (90%), soja (85%), maíz para silo (85%) y trigo (85 %) y los menores después de maíz para grano y sorgo granífero, destaca el informe de los investigadores.
Las implantaciones menos satisfactorias, logradas con el sorgo granífero y el maíz para grano, se debieron a los altos volúmenes de rastrojos que dejan estos cultivos, que se convierten en un impedimento físico para el crecimiento de la alfalfa.
Estos resultados confirman, además, que los efectos de la pastura anterior, junto con la compactación por el pisoteo de los animales en pastoreo y las máquinas sembradoras, complica lograr un stand de plantas adecuado de alfalfa en siembra directa. Por otra parte, con otros cultivos como antecesores, la eficiencia de implantación depende del volumen de rastrojos que éstos dejan en la superficie del suelo.