Jugando en el mundial de la soja
Rizobacter armó en Sudáfrica una movida fuerte para difundir la tecnología argentina en el continente.
Nos sorprendió el año pasado con una carpa en el legendario Farm Progress Show. La semana pasada nos volvió a impactar, ahora con un stand en Durban, Sudáfrica, en el marco del Congreso Mundial de Soja. Sí, son los de Rizobacter Argentina, que parecen decididos a atacar el mundo con su interesante paleta de productos.
“Nuestra decisión estratégica es ir a cualquier lugar del mundo donde haya soja o perspectivas para su desarrollo”, explica Ricardo Yapur, presidente de la empresa que, desde Pergamino, ya tiene filiales en dos países (Uruguay y Brasil) y distribuidores en Estados Unidos y otros países. Entre ellos Sudáfrica, desde donde la empresa MBFi atiende a los países vecinos: Botswana, Mozambique, Kimbawe. Pero ya están también lanzados en otros países africanos, como Kenia, mientras están en proceso de registro de sus productos en Nigeria.
La incursión en Africa es parte de la estrategia de expansión en el mercado internacional.
“Tenemos el objetivo de lograr a corto plazo que el 30% de nuestra facturación provenga de exportaciones”, sostiene Yapur. Ya llegaron a la mitad de la meta: con ventas por 80 millones de dólares, exportan por 12.
En Durban, Rizobacter puso toda la carne en el asador. Acompañaban a Yapur otros seis funcionarios de máximo nivel de la empresa, de las áreas técnicas, de marketing y ventas. Después de una semana de recorrida por establecimientos y charlas con productores, evaluando ensayos de sus inoculantes y coadyuvantes, se dieron el lujo de realizar una Congreso Científico paralelo al mundial de soja, para los distribuidores y principales clientes de MBFi. Allí, el ingeniero agrónomo Gustavo González Anta, director de investigación y desarrollo de la empresa, se explayó sobre las características de los inoculantes microbianos, los mecanismos de acción, las condiciones edáficas y cómo ajustar la técnica para las condiciones locales.
“En la recorrida encontramos de todo, pero quedamos muy satisfechos porque conseguimos excelentes niveles de nodulación”, dijo González Anta, exhibiendo las plantas colectadas en la recorrida. La inoculación con cepas del género Rhizobium, recordemos, permite la fijación simbiótica de nitrógeno en las leguminosas como la soja, asegurando la nutrición de los cultivos.
La tecnología está ampliamente difundida en la Argentina, pero no es una práctica habitual en otros países. En nuestro país no sólo se han seleccionado cepas de alta capacidad de fijación de nitrógeno, sino que se ha perfeccionado el mecanismo de acción a través de promotores biológicos.
Los sudafricanos están haciendo sus “pininos” en esto de la soja. Empezaron hace poco, impulsavantes dos por el fuerte interés que despierta la siembra de este cultivo.
En todo el continente negro el principal objetivo es mejorar el perfil de la dieta humana, elevando el contenido de proteínas.
Están convencidos de que la oleaginosa es el camino para lograrlo.
Sudáfrica está haciendo punta, con una superficie cultivada de 500.000 hectáreas, que rápidamente puede expandirse a las dos millones.
Además del producto bandera, que es el inoculante, Rizobacter también llevó su gama de coadyu-
El plan va más allá de Sudáfrica. Kenia, Botswana y otros, están en la mira
para las aplicaciones de agroquímicos. En este caso, quien explicó su utilidad fue el ingeniero Alejandro Lehmann, un experto que supo ser contratista de pulverización.
Planteó la utilidad del uso de antievaporantes y tensoactivos para asegurar la eficacia de los tratamientos, en el ambiente cálido y seco que caracteriza a las sabanas ahora sojeras.
“Se puede”, es la síntesis sencilla de Ricardo Yapur sobre la aventura de abrir mercados tan remotos y extraños. “No es sencillo…, pero se puede”, remata a modo de mensaje.