Argentina, en la mira de varios líderes globales de empresas de tecnología agrícola.
El máximo referente mundial de cuidado de semilla de Syngenta dice que esa tarea será exclusivamente industrial en algunos años más.
Vinieron para hablar de microbiología de suelos, tratamiento de semillas y herbicidas.
En el marco de una agricultura cada vez más eficiente, los productores buscan nuevas soluciones para simplificar sus procesos y conseguir el máximo rendimiento posible. De esta manera, y con semillas que incorporan más tecnologías, ya se augura que el tratamiento profesional de este insumo se convertirá en un proceso exclusivamente industrializado en los próximos años.
En este camino, ¿cuáles son las perspectivas en el mediano y largo plazo? Clarín Rural habló con Karsten Neuffer, líder global de cuidado de semilla de Syngenta, quien sostuvo que los productores buscan cada vez más un tratamiento profesional.
“Lo que moviliza a este mercado es el valor de la semilla y, para que exprese su rendimiento necesita protección”, destacó el directivo, hace pocos días en Buenos Aires. Simplicidad y sustentabilidad son las claves y, en este sentido, Neuffer remarcó que uno de los modos más eficientes para aplicar menos agroquímicos es hacerlo de manera directa con la semilla.
Así se genera un paulatino pero sostenido cambio en los actuales paradigmas productivos, porque al contar con esta tecnología desde el comienzo del ciclo se obtienen dos ventajas: van menos productos al suelo y, con los cuidados tempranos, se libera todo el potencial de la semilla.
En otro sentido, el ejecutivo se refirió a los efectos del cambio climático y los cuidados sanitarios. “El cambio climático produce también una variación en el ciclo de enfermedades y otras especies para lo que debemos estar preparados”, enfatizó.
Estos posibles escenarios se traducen en el desarrollo de semillas con mejores características, como raíces más vigorosas, u otras para afrontar situaciones climáticas extremas.
Otro de los objetivos a los que apunta la compañía suiza, según indicó Neuffer, es que se puedan sembrar menos semillas por hectárea, como consecuencia de una mayor eficiencia, y que esto se pueda hacer con una implantación más fácil.
Con todas estas mejoras en cartera, el ejecutivo planteó que, en el mediano plazo, los productores dejarán de expresarse en kilos de semilla por hectárea y pensarán en unidades.
“Es más importante hablar de valor por hectárea, siempre que la tecnología permita generar ese valor para el productor”, destacó.
El tratamiento profesional de semillas explora de manera continua nuevas alternativas de protección. En este punto, el directivo detalló que gracias a estas herramientas se ofrecerá -en complemento con los avances aportados por la biotecnologíaun control más amplio e integrado de un gran espectro de insectos y enfermedades y, adicionalmente, cubrirá problemas como los nemátodes, que generan importantes pérdidas de rendimiento en soja.
Vinculado a esta situación, Neuffer detalló que Syngenta presentó en Estados Unidos el insecticida Fortenza, que constituye el primer producto biológico con efecto sobre nemátodes. “Contiene una bacteria que los mata, y próximamente estará disponible en Argentina”, adelantó.